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14

dez
2015

Em EDITAIS
Notícias

Por IberCultura

O programa anuncia os projetos habilitados nas categorias 1 e 3 do Edital IberCultura Viva de Intercâmbio

Em 14, dez 2015 | Em EDITAIS, Notícias | Por IberCultura

arte-edital-cortadoA Unidade Técnica do programa IberCultura Viva informa a relação de projetos habilitados nas categorias 1 e 3 do Edital IberCultura Viva de Intercâmbio. As inscrições estiveram abertas de 4 de agosto a 1 de dezembro. O prazo de apresentação de recursos terminou às 23h59 de 14 de dezembro.

Vinte e sete projetos foram habilitados na categoria 1, que tem como objetivo promover e fortalecer o intercâmbio entre agentes culturais ibero-americanos por meio da criação de redes. Na categoria 3, dirigida a produtos feitos em conjunto por organizações da sociedade civil de dois ou mais países ibero-americanos, foram habilitados para continuar na seleção 16 projetos.

A etapa de julgamento será de responsabilidade do Comitê Intergovernamental e do Comitê Técnico do programa. Serão destinados US$ 35 mil a cada uma das categorias (US$ 5 mil para os sete primeros colocados). Os resultados serão divulgados até 15 de fevereiro de 2016.

Informações aos interessados:

Resultado_da_Fase_de_Recursos_aos_Projetos_Habilitados_nas_Categorias_I_e_III

 Aviso Prazo de Resolução do Edital

Confira a relação de projetos habilitados (*atualizada em 18/12/2015):

CATEGORIA 1 

Nome do projeto – Entidades/ Coletivos

1. Las mujeres decimos basta a la violencia! – Museo de la Mujer (Argentina) / Museo de las Mujeres (Costa Rica) / Centro Cultural Ensamble (Colômbia)

2. Redes de Fuego – Museo Casa Bruzzone (Argentina) e Asociación de Ceramistas de Catalunya (Espanha)

3. Somos Guerreras. Tour 2016 – Cooperativa Sulá Batsú (Costa Rica) / Investigación y Educación Popular Autogestiva, A.C (México) / Producciones y Milagros Agrupación Feminista, A.C. (México)

4. Festival de Teatro TAT (Temporada Alta em Timbre 4) 2016: Semana Iberoamericana en Buenos Aires, Argentina – Teatro Timbre 4 (Argentina) / Temporada Alta (España)

5. Trenzando caminos. Una construcción político cultural, desde la sociedad civil en el Mercosur –  Asociación Ecuménica de Cuyo ( FEC) Argentina / Centro Tierra Nueva Argentina /Centrac – Centro de Acción Cultural Centrac Brasil / CPP – Centro de Participación Popular Montevideo- Uruguay / ECO – Educación y Comunicaciones Chile /SEDEJ – Servicio para el desarrollo de los jóvenes Chile / Decidamos – Campaña por la Expresión Ciudadana Paraguay

6. Mapeamento de coletivos de artivismo, comunicação alternativa e cultura livre na Espanha –
Baixa Cultura (Brasil) / ZEMOS98 – Cultura Libre e Innovación Social (Espanha)

7. Primer Intercambio de Experiencias y Formación en el circo: Costa Rica y España se unen – Asociación Cultural Arte y Circo (Asocarte, Costa Rica) / Asociación Cultural Malabaracirco (Espanha)

8. Intercambio de experiencias de fomento a la lectura entre México y Colombia para fortalecer la Red de Colmenas de Lectura en Chiapas – Germinalia A.C. (México) / Fundación para el Fomento de la Lectura – Fundalectura (Colombia)

9. Labareda – Laboratórios Artísticos em Rede – Club Cultural Matienzo Asociación Civil (Argentina) / Nodo (Chile)

10. Red de Festivales Internacionales de Teatro de Titeres Colombiatiteres – Red Colombia Títeres; Fundación La Tortuga Triste; Manicomio de Muñecos de Medellín; Trotasueños de Cartagena –y Agárrate Catalina de Argentina- grupo para la movilidad.

11. Encontro Étnico Afrodescendente – Resgate e Difusão da Memória Viva na América do Sul – Rede Criativa Moreterra Produções (Brasil) / Agitando Cultura (Argentina)

12. Mundo Puckllay y Pé No Chão. Un enlace artístico y cultural entre Perú y Brasil (1ra Etapa) –
Puckllay (Peru) / Pé no Chão (Brasil)

13. Movimente em Rede – Cia. Dançurbana & Los INnato – Associação Cultural Dançurbana (Brasil) /
Los Innato (Costa Rica)

14. Knots-Nudos Festival Encuentro Itinerante Internacional de Teatro de Grupo / IV edición, Brasil – Asociación Civil Teatro In (Argentina) / Impulso Coletivo (Brasil)/Teatro Grito (Bolivia)

15. La Visión Compartida – Cinco Minutos Cinco (Peru) / Asociación Maipú Cine (Argentina)

16. Proyecto JuglarEX “Guardianes de la Cultura” – CEU EMEF Professora Mara Cristina Tartaglia Sena (CEU Parque Bristol) (Brasil) / Colegio Santa Teresa (España) / Centro Regional de Educación Juan E. O´ Leary (Paraguai)

17. Preparación de una muestra teatral con la Comunidad Nativa Yánesha de Tsachopén, en la Provincia de Oxapampa, Peru – Selvámonos (Peru) / Colectivo Ámbar (Argentina)

18. Museu da Pessoa. Rede Internacional de Histórias de Vida – Instituto Museu da Pessoa (Brasil) / Emiliano Polcaro – Museo de la Persona Argentina (Argentina)

19. Intercâmbio – Entepola Santiago – Chile /2016 – Companhia Etc e Tal Artes Cenicas e Manipuladora de Formas (Brasil) / Fundación Entepola (Chile)

20. Jornadas de Teatro y Cine Comunitario Infantil México-El Salvador – Cinematequio (México) / Gruta (Grupo Universitario Teatral de la Unasa, El Salvador)

21. Corredor Cultural Ruta 40” – Fundación Catalina (Argentina) / Teatro Andante (Brasil)

22. Red Iberoamericana de Talleres de Música Popular – Fundación Al Toque Taller Creativo Musical- Argentina / Casa do Núcleo-Brasil / TUMP- Taller Uruguayo de Música Popular-Uruguay

23. Festival Internacional de Videodanza Perú 2016 – Vasos Comunicantes (Peru) / Festival Internacional Videodanzaba (Argentina)

24. Red de Fortalecimiento en el tejido de acciones de arte comunitario en América – Lunasol / La Pochoclera- Multiespacio Cultural y Biblioteca (Argentina)/ Casa da Rua do Amor (Brasil)

25. II Foro educativo centroamericano. Desarrollo curricular y Arte Social, Etapa I – 
Sociedad Civil para el Arte y la Cultura Guanared / Red Centroamericana Maraca

26. Integración entre agentes culturales de Costa Rica (Red Cultura Viva Comunitaria) y Chile (Nodo Valpo) – Costa Rica (Red Cultura Viva Comunitaria) y Chile (Nodo Valpo)

27. Maca en las alturas: murales comunitários a partir de la memória territorial del pueblo aymara
Fundación Kine Cultural y Educativa (Argentina)/ Fundación Arte Amaru (Chile)/ Colectivo Teatro de Tierra (Chile)


CATEGORIA 3
 

Nome do projeto – Entidades/ Coletivos

1. Encontro de Bastidor Traços Aéreos. Soluções para artes do circo (Brasil) / Coletivo instrumento de ver (Brasil)/Ciclicus (Espanha)

2. Festibero – Festival Iberoamericano de Teatro de São Paulo – Associação São Pedro Pró-Cultura (Brasil) /Centro Paraguayo de Teatro (Paraguai)

3. Kwatiara Abya Yala (Escrita Indígena da América) – Thydêwá (Brasil) / Comunidad Indígena Territorial Comechingón Sanavirón Tulián (Argentina) / Comunidad Linkan Antai Corralitos (Argentina)

4. Primer plano para Los Derechos. Web serie. “ Arte, Cultura y Trabajo”. Una herramienta de Promoción de Derechos para las y los jóvenes – Fundación Crear desde la educación popular (Argentina) / Superarte AC (México)

5. Ventana a la biodiversidad – Cultura Savia A.C. (México) / Unesco Etxea – Centro Unesco del País Vasco (Espanha)/ .txt Texto de Cinema (Brasil)

6. EnSEÑA y aprende – Seña y Verbo Teatro de Sordos SC (México) / IBBY
México/A leer AC (México) / Fundación Leer / IBBY (Costa Rica)

7. Porto Alegre – Tijuana: mulheres olhando para seu cotidiano e além dele – Cidadania e Arte (Brasil) / Imagen y Creación (México)

8. Mainumbí. Voces, tradición y memoria oral Iberoamericana – Artesanas de la Palabra de Paraguay (Paraguai) / ONG Asociación Civil Proyectos Culturales para el Desarrollo (Argentina)

9. Anotación Núm 7. (Anotaciones Sobre El Miedo) – DOOS Colectivo (Espanha) / La Cantera-via Julia Färber (México)

10. Brasil – Colômbia: Literatura e Arte em Toda Parte – Grupo Scenário (Brasil) / Corporación Debluss – Duberney Arias Parra (Colômbia)

11. Taller Comunitario de Creación Cinematográfica Intercultural con y para Niños – CinemaTequio (México) / Sociedad de Arqueología e Historia Museo Fonck (Chile) / Club de excursionismo Grupo Tacitas (Chile)

12. Lxs jóvenes cantamos nuestros derechos – Fundación SES (Argentina) / Fundación Salvadoreña Para la Promoción Social y el Desarrollo Económico (FunsalProdese) (El Salvador)

13. Cooperación Ecocultural Perú (A.C.E.R. “Montaña”) – Costa Rica (Yarä Kanic) – Coopercost
Asociación Cultural Ecoturística de Recuperación “Montaña” (A.C.E.R. “Montaña”) (Perú) / Asociación Yarä Kanic (Costa Rica)

14. Oralidade escrita – Fundación Abriendo Surcos (Argentina) / Coletivo Aty Sâso (Brasil)

15. Proyecto Ja’ab de edición colectiva y fomento de la escritura y la lectura en el área maya – Museo de la Palabra y de la Imagen (El Salvador) y SOM Editorial Colectiva A.C. (México)

16. Músicas del Sur – Fundación Al Toque Taller Creativo Musical (Argentina) / Casa do Núcleo-Brasil / TUMP- Taller Uruguayo de Música Popular (Uruguai)

09

dez
2015

Em Artigos e publicações
Notícias

Por IberCultura

Los caminos de la incidencia política de Cultura Viva Comunitaria – Incidencia de alianzas y acuerdos

Em 09, dez 2015 | Em Artigos e publicações, Notícias | Por IberCultura

Por Patricia Requena

La Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria, de la que forman parte colectivos y redes sociales, comunitarias y también entidades gubernamentales y universidades y centros de estudio, ha realizado un largo camino que ya habían iniciado nuestros pueblos, tanto en la lucha contra la colonización como en la promoción en el campo del desarrollo y la ciudadanía desde el arte y la cultura.

Esto, en tanto que la instalación que hace el movimiento del concepto “Buen Vivir”, propio de las etnias latinoamericanas, es un aporte para repensar la Democracia, ya que este contiene en sí misma la idea y la necesidad de relaciones armónicas entre sociedad civil y Estado, basadas en la participación ciudadana como columna vertebral de los procesos de desarrollo.

Hoy este punto es central, más cuando vemos el deterioro de nuestras  democracias, las que no han podido hasta ahora  restablecer integralmente las ciudadanías dañadas. En lo particular, en el ámbito cultural creemos que la ciudadanía cultural aún no es reconocida ni ejercida; el ciudadano solo se siente receptor de ofertas culturales que vienen de un sistema que produce y se las hace llegar como “consumidor”. Así, el protagonismo de las comunidades y sus grupos no es visto y menos  apoyado como legitima expresión del ciudadano (cultural). Un resultado y a la vez un reflejo de esta situación son las distancias y las desconfianzas que mantienen los actores culturales con el Estado y con sus instituciones.

En ese plano y en una mirada panorámica de las políticas culturales de los estados latinoamericanos, se percibe aún una muy tibia voluntad de apoyo a procesos de culturas comunitarias. Es destacable la voluntad de ciertas autoridades y agentes por instalar una mirada política que acentúa la mirada en las miles de experiencias de base, pero tenemos que reconocer que siguen siendo una minoría respecto del total de instancias y procesos legislativos y de políticas públicas.

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Cultura Viva Comunitaria como palanca de cambio institucional

El movimiento Cultura Viva Comunitaria ha hecho en los países de Latinoamérica propuestas concretas que intentan asegurar el reconocimiento y el apoyo a las experiencias culturales locales a través de la promoción de condiciones  institucionales  y políticas para su fortalecimiento. De este propósito hay ejemplos que destacar como son inicialmente  “Puntos de Cultura” en el Brasil y casos como el de la Alcaldía de Medellín y Bogotá en Colombia, o las gestiones en Lima, Perú y en otros países de Latinoamérica. En ellos se ha buscado que sea la misma voz ciudadana, de la base de la sociedad, la que entre en el diálogo con el Estado. No está demás decir que esos esfuerzos se encuentran generalmente con culturas institucionales, gubernamentales y municipales llenas de trabas y rigideces, que una mirada que les propone otra direccionalidad de las decisiones o de los motivos de la política los cierra e inhibe de hacer intentos por esos cambios.

Este proceso, con sus dificultades y potencialidades, fue visibilizado y proyectado por el movimiento, que en su momento diseñó el “Plan Acción Pública Conjunta y Continental” en el se especifican una serie de propósitos, uno de los cuales fue lograr un impacto político que contribuya a mejorar los escenarios institucionales y sociales en cada lugar en el que se desarrolle una acción. Desde ese momento, es que toma cuerpo la línea de incidencia dentro del movimiento, la que se tradujo en algunos puntos claves para la Cultura Viva Comunitaria:

. Promover la gestión pública participativa que apunte a la construcción de una democracia cultural deliberante y transformadora.

. Aportar a construir políticas culturales pertinentes para nuestras comunidades y territorios, que sean incluyentes, respetuosas de la autonomía, integrales y conducentes al empoderamiento social y a la construcción de sistemas territoriales de cultura democráticos, que incluyan la lógica y el lenguaje del arte. Ello implica una participación directa de las comunidades en estos procesos.

Desde esa misión se aterrizó un plan de acción que define entre sus líneas fundamentales de trabajo, la Incidencia, la que en concreto se propone:

. Plantear legislaciones nacionales inspiradas en la acción cultural comunitaria y hacerlo de manera participativa.

. Impulsar las metas del 1% del presupuesto nacional y municipal para la cultura, y el 0.1% de esos presupuestos para la Cultura Viva Comunitaria.

. Propiciar alianzas de políticos locales latinoamericanos.

. Promover la creación de los Consejos Municipales de Cultura como referencia pública de debate y decisión del quehacer cultural.

. Hacer un mapeo de aliados.

. Implicación en políticas públicas en toda la región.

. Identificación de los espacios nacionales y locales donde se están construyendo programas culturales e incidir e intervenir en ellos” (1)

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Incidir, ¿qué significa?

Para explorar lo que ha sido y puede seguir significando para el movimiento estas líneas de acción, es necesario profundizar en sus diversas aristas, definiciones, condiciones, estrategias. En primer lugar, decir que de las diversas acepciones, tomaremos para el propósito de esta reflexión la siguiente, ya que nos parece más completa y clara que otras revisadas: Incidencia política es un proceso de acciones planificadas por alguna instancia de la sociedad civil para cambiar las relaciones de poder que impiden el ejercicio de los derechos.

Desde esa perspectiva, incidir está concebido como una acción de influencia y  también de involucramiento; es decir, implica que los actores se hacen parte del proceso de cambio para hacer valer sus derechos e intereses. Por ello, la incidencia política es un ejercicio de democracia y también de empoderamiento.

Se puede incidir a través de varios medios, tales como la comunicación, la construcción de agenda, el diseño de  propuestas para visibilizarlas en el debate público. Sin embargo, cualquiera de estas prácticas sólo tendrá peso y legitimidad si están insertas en procesos de participación ciudadana, de diálogo entre el Estado (en sus distintos niveles) y la sociedad civil. Sin este marco, la incidencia puede ser estéril ya que no posee el respaldo que en democracia solo la ciudadanía activa puede asegurar. Es por ello que los procesos de incidencia desde Cultura Viva Comunitaria se han planteado como espacios abiertos y representativos, como efectivos pasos hacia la creación de una Democracia Participativa, Deliberativa e Integral.

En este sentido, es fundamental que la participación vaya de la mano de organización de la gente, que a su vez es una manera que han encontrado los grupos, sus asociaciones y alianzas de habitar el espacio público y por qué no mirarlo así, de ir haciendo política pública desde el territorio, desde los barrios.

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¿Hacia adónde apunta la incidencia en Cultura Viva Comunitaria?

El punto de partida que fundamenta la acción de incidencia que plantea Cultura Viva Comunitaria es la afirmación que la cultura es un derecho humano que si no se ejerce se pierde y que a quien le corresponde satisfacer ese derecho es al Estado.

Recordemos aquí lo que expresa la Declaración de La Paz, que emana de los acuerdos a los que se llegó en el Primer Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria: “Las mujeres y hombres reunidos en la ciudad de La Paz decidimos usar como herramienta la exigibilidad de los derechos culturales como materia básica para la elaboración de políticas públicas de culturas vivas comunitarias, de manera de generar y fortalecer en nuestras comunidades prácticas integrales de descolonización, despatriarcalización y de igualdad de géneros entre todos y todas”. (2)

Los derechos culturales empezaron a ser “reconocidos” en nuestra sociedad, al menos en las declaraciones internacionales, cuando las ciencias sociales tuvieron la evidencia que la cultura le entrega los significados a nuestro mundo, a los grupos y a las personas: la cultura es el espejo de las sociedades; es decir, la cultura nos ayuda a ser humanos. Estos derechos son del individuo y de las comunidades. Y solo para tener en cuenta su referencia, la Declaración de Friburgo (3) los define como:

. Derecho a la identidad y patrimonio culturales.

. Derecho a referencias a comunidades culturales.

. Derecho al acceso y participación en la vida cultural.

. Derecho a la educación y formación.

. Derecho a la información y comunicación.

. Derecho a la cooperación cultural.

Desde estos principios (derechos), lo que aspira Cultura Viva Comunitaria son legislaciones y políticas culturales que efectivamente aseguren su cumplimiento, para lo cual deben tener varias condiciones:

. Ser pertinentes culturalmente para las comunidades y territorios

. Ser incluyentes

. Ser respetuosas de la autonomía de las organizaciones

. Ser integrales,

. Ser conducentes al empoderamientos social y a la construcción de sistemas democráticos territoriales de cultura.

Tal como lo expresan los documentos de Cultura Viva Comunitaria, este resultado solo es posible si las comunidades y sus grupos se involucran en los procesos.

De otra forma, solo implicarán recursos que llegarán de forma vertical a los grupos, no produciéndose el involucramiento que requiere un proceso transformador de la cultura de relaciones, de la cultura institucional y también de la cultura de alianzas y de autonomía.

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Aspectos y preguntas relevantes acerca de la incidencia en Cultura Viva Comunitaria

Desde lo anteriormente dicho, y proyectando lo que pueden ser nuevos procesos de incidencia de Cultura Viva Comunitaria por la transformación de políticas y las decisiones públicas, especialmente tomando como referencia el caso chileno, podemos mencionar varios elementos a considerar en estos procesos.

En primer lugar, debemos recordar que por naturaleza el Estado es el administrador de los bienes del pueblo, administración que debe hacerse en función de las necesidades de los gobernados. Para esta función existen las políticas públicas, que son “el conjunto de decisiones tomadas y de acciones emprendidas por una serie de actores, tanto públicos como privados, orientada hacia la solución de un problema publico delimitado” (4)

Desde allí es que ante la construcción y el diálogo de incidencia es fundamental un diagnóstico serio y amplio, que defina las características de las culturas comunitarias del territorio, sea país, región o comuna según el ámbito de la política que se diseña.

En Latinoamérica podemos decir que los modelos de gestión pública en relación con la cultura de base han sido insuficientes; la han percibido fundamentalmente como “destinatarios” (gente que accede, publico, beneficiarios) a la cultura. No se ha promovido su asociatividad y los recursos destinados a resolver sus necesidades son siempre escasos y, en muchos casos, ni siquiera son considerados como ítems en los presupuestos. Los modelos tradicionales de políticas culturales en nuestro continente no han logrado atender las necesidades que surgen desde las dinámicas culturales cotidianas ni de las personas y colectivos que las animan.

Esta situación evidentemente tiene que ver también con lo nuevo que es este campo en tanto concepto que agrupa este tipo de iniciativas; se habla aún de cultura tradicional, cultura popular, cultura poblacional, situadas en su mayoría en el campo del patrimonio cultural.

Con toda la complejidad de la tarea, es necesario que al menos la organización que se siente a la mesa de la incidencia política sepa las características generales y específicas que tiene el ámbito de la cultura comunitaria, ya sea en su comuna, su región o su país.

Otro elemento en este camino es el conocimiento y la formación de los colectivos culturales respecto de los aspectos básicos de las políticas públicas y las leyes. Es necesario educarse y dominar los parámetros y los límites, las distinciones y diferencias entre tipos de leyes, entre políticas y normativas. Ese conocimiento no es algo complejo para el movimiento y debe ser procurado por los mismos actores involucrados.

Es bueno recordar y asumir que en el movimiento existe ya una vasta experiencia de incidencia que debe acopiarse y ordenarse y que así servirá de base y orientación a los distintos movimientos locales, nacionales y regionales.

Un aspecto estratégico a definir en estos procesos por parte del movimiento es la perspectiva desde la cual se dialogará. Con esto queremos decir que en esa “conversación” está implicado un gran mundo de acción comunitaria, más allá de las fronteras de dos entes dialogantes; es decir, la conversación no puede realizarse en función de intereses corporativos de un grupo o sector,

Una condición fundamental para que el diálogo sea amplio e inclusivo es que el “carácter” del proceso debe ser participativo. Para ello es evidente que se requiere una voluntad política y también la alianza con el mundo de las organizaciones que se debe lograr que confíen, que se abran y sean actores protagónicos de ese proceso. Los y las dirigentes deben cumplir el papel de informar y socializar las condiciones y las reales expectativas de cada instancia, de tal forma de no crear falsas expectativas y desencuentros a mitad de camino. El proceso participativo en sí mismo irá empoderando a las y los líderes mas claros y convencidos, los que serán fundamentales a su vez en el fortalecimiento de las mismas redes.

Es relevante establecer una comunicación fluida y sincera con el Estado, el que debe disponerse a un diálogo que implica un recorrido mayor pero de más riqueza y legitimidad.

Aunque parezca menor, y dada la experiencia en Chile, en este asunto hay distinciones que es necesario realizar ya que en estos procesos es fácil a veces, por la falta de claridad o bien por la inexperiencia de los agentes que participan de la incidencia, confundir los límites de las experiencias “comunitarias”. Se trata de poner en el centro a los grupos históricamente segregados de las políticas y de las decisiones de lo público, es decir a las experiencias multiplicadoras que se constituyen desde los valores del respeto a la diversidad, el protagonismo y la autonomía de las organizaciones.

En general, son experiencias que han nacido desde el seno mismo de los barrios, sin fines de lucro, procesos comunitarios posibles solo gracias al trabajo voluntario, a la gestión de proyectos y a diversas estrategias creativas para resolver las necesidades. En ellos, por cierto, se dan múltiples innovaciones para solucionar los problemas pero en general han subsistido pese a la escasez de recursos, la falta de infraestructura, de espacios y de estabilidad en el trabajo.

Desde el movimiento Cultura Viva Comunitaria se apuesta ala reconstrucción de una acción política y de la sociedad a partir de un nuevo paradigma que instala el poder e la base social: poder de iniciativa, poder de la experiencia, poder de los movimientos sociales.  Con esta mirada se logra, paulatinamente, que las dinámicas que se construyen sean más dinámicas, horizontales y democráticas. Creemos que estas iniciativas deben estar guiadas por la práctica de la ciudadanía donde las personas y los grupos son actores de sus derechos y deberes.

Es claro que la perspectiva de Cultura Viva Comunitaria choca con un modelo de gestión (estatal, especialmente, pero presente también en muchas organizaciones que se piensan “alternativas”) vertical y con muchos rasgos de autoritarismo y exclusión.  A pesar de lo que dicen algunos relatos políticos y de organizaciones, las prácticas tradicionales que se han instalado en el poder en la mayoría de nuestros países, así lo ratifica. Y es así que en lo referente a la política cultural el paradigma vigente asume cultura como gasto, todo lo cual está basado en que es una élite la que “hace” cultura. Por esto, el objetivo es lograr que finalmente el Estado se asuma como promotor y facilitador.

Un factor también importante en estos procesos es el nivel organizativo de la sociedad civil que constituye el sector de la cultura comunitaria. Sabemos que en los distintos países es, en general, incipiente o, al menos, inicial. Se han conformado redes y asociaciones y en la práctica juegan un rol fundamental en la articulación de los grupos. Esta acción es central y hay que cuidarla y fomentarla, no perder la articulación como eje porque ese carácter articulador le dará más fuera a las organizaciones en su necesaria de interlocución y negociación con las entidades estatales y, especialmente, con los funcionarios de esas entidades estatales.

Promover el tejido social, que es su misión, es un componente central de la participación ciudadana ya que es evidente que el trabajo en red permite sumar esfuerzos y en definitiva construir opinión y acción colectiva y comunicativa para la transformación social.  Otra ganancia que permite la existencia de estas redes es la formación que se hace posible en encuentros y el necesario intercambio de materiales y de experiencias.

Finalmente, es claro que debemos estar atentos a los distintos aspectos, etapas y actores que juegan en estos procesos. Así, en la formulación de las políticas públicas hay que involucrar tanto a las entidades que conforman el poder ejecutivo como a quienes tienen la tarea de legisladores en lo local, subregional o nacional.

En la tarea de construir un mejor escenario político, institucional, programático y presupuestal para la Cultura Viva Comunitaria, debemos ser capaces de sensibilizar, motivar e involucrar a los funcionarios, a los directivos de las entidades públicas, a la academia y a los diferentes espacios de participación de nuestras sociedades.

(1) Pensar, Sentir, Hacer… ¿Por qué Cultura Viva Comunitaria? Texto surgido del encuentro fundador de Plataforma Puente, Medellín, Colombia, 2010.
(2) Declaración de La Paz. Documento declarativo que firman los y las participantes del Primer Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria, La Paz, Bolivia. Mayo 2013.
(3) Los derechos culturales. Declaración de Friburgo. Mayo de 2007, en la Universidad de Fribourg.
(4) Subirats, Knoeptfel, Larrue, Varone, 2012, p13.

  • Patricia RequenaPatricia Requena Gilabert es gestora, actriz y docente en temas de cultura, políticas locales de cultura y animación comunitaria. Es una de las fundadoras del movimiento CVC en Chile y actualmente es parte del colectivo Cultura Viva Comunitaria Plataforma Chile

 

* Fuente: Este artículo es parte del libro Cultura Viva Comunitaria: Convivencia para el bien común, presentado en el marco del 2º Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria, en San Salvador, en octubre de 2015 (Compilación y edición: Jorge Melguizo)

 

03

dez
2015

Em Notícias

Por IberCultura

Manifesto do II Congresso Latino-americano de Cultura Viva Comunitária

Em 03, dez 2015 | Em Notícias | Por IberCultura

 

Leia o manifesto publicado hoje no site do II Congresso Latino-americano de Cultura Viva Comunitária (www.cvcelsalvador.cc):

 

el-salvador-capa“Em nossas línguas originárias dizemos Yek Tunal, iki anikilan aylor, bom sol, bem-vindos irmãos e irmãs; recebê-los, companheiros e companheiras latino-americanos, nos traz uma imensa alegria. Os laços de irmandade foram revalidados ao acolhê-los em nossos lares e compartilhando com nossas comunidades o trabalho de Cultura Viva Comunitária que se vive dia a dia, desde a criança até o ancião. No II Congresso Latino-americano de Cultura Viva Comunitária, a Rede Salvadorenha, integrada por diferentes comunidades, associações, grupos artísticos, artesãos e artesãs, coletivos, representantes de povos originários, Conselhos de Desenvolvimento Artístico Cultural Comunitário, rádios comunitárias, Casas da Cultura, coletivos de cultura urbana e diferentes instituições e organizações vinculadas ao fazer cultural – e que trabalhamos com o impulso de desenvolver novas realidades no interior das comunidades que agora representamos e com o amparo de seus integrantes, que alimentam nosso andar há várias gerações; procedentes dos quatro pontos cardinais do país e reunidos no coração desta terra de preciosidades [1].

Declaramos:

Este dia é histórico para nosso país, o “pulgarcito de América”. Vivemos de novo a identidade e nossas culturas vivas, sentimos o tato ancestral, cultural e histórico, que nos foi roubado há 500 anos, que nos impôs um patriarcado e um sistema extrativista. Mas não é só histórico por ser sede do II Congresso Latino-americano de Cultura Viva Comunitária, e sim também porque este é um reconhecimento de que todas as forças vivas, todas as expressões aqui presentes e as que não estão aqui, mas nas ruas, nas praças, nos parques, nos mercados, nos ônibus, são parte da cultura.

Isso é reafirmação palpável e visível da identidade coletiva, de fazermos entender que as comunidades devem ser círculos nos quais todos sejamos pilares de uma nova sociedade, do nascimento de um novo ser, com a arquitetura da paz, a inclusão e o serviço para nossos povos. É uma reafirmação a nossa identidade artística, que reconhece que a arte pode ser feita fora dos edifícios que ao longo do tempo têm sido vistos como templos de cultura. Que entre o popular e o acadêmico, entre o urbano e o rural, entre o objetivo e o subjetivo, todos fazemos cultura e damos vida à identidade comunitária.

A cultura é de todos e todas. Não é feita só pelas instituições, nem pela academia, e sim por pessoas que dia a dia seguem costumes que têm deixado de ser estranhos. A Cultura Viva Comunitária trata disso: de cultivar as virtudes, uma melhor cultura para poder colher um melhor país. É reabrir um rumo em direção a um denominador comum: a vida com melhores condições, com inclusão, com igualdade e dignidade, harmonizando as ideias, os costumes e as tradições, inclinando-se a respeito da identidade e da aceitação, que são o sopro de vida da cultura de um povo. A Cultura Viva Comunitária gira sua vista em direção ao povo, escuta os que pouco têm sido escutados, é a voz dos sem voz.

Nesse sentido, as políticas públicas têm um grandíssimo papel, pois já não se trata só de ter os espaços para exercer nossas expressões, e sim que estas tenham as condições adequadas para seu funcionamento e que isso, por sua vez, seja um dinamizador social.

É por isso que nos unimos a um só grito continental para exigir como minimo 1% dos orçamentos nacionais para a cultura, e 0.1% para a Cultura Viva Comunitária. Dessa maneira, reafirmamos nossa posição de nos somar a esta grande campanha para fortalecer os processos de participação cultural comunitária.

Então propomos o acompanhamento e apoio das instâncias, organismos, instituições, ministérios, e aos que têm em suas mãos as tomadas de decisões, lhes fazemos o chamado para que não fechem os olhos diante dessa nova realidade que está se gestando.

Ao mesmo tempo, fazemos um chamado para retomar o compromisso e conseguir uma efetiva articulação e dinamização da Rede Latino-americana de Cultura Viva Comunitária.

Nós, como Rede Salvadorenha de Cultura Viva Comunitária, nos comprometemos a realizar o II Encontro Nacional de Cultura Viva Comunitária em 2016, assim como encontros zonais prévios. E nos comprometemos a seguir fortalecendo a RSCVC através de processos inclusivos e participativos.

Semana continental de CVC.

Lei de Cultura.

Anticapitalista e antipatriarcal

I Caravana de CVC

A Rede Salvadorenha de Cultura Viva Comunitária, mais que falar como organizadores, viemos falar com o coração, já que compartilhamos um mesmo ideal.

Não somos ameroica somos abdiayala

de ser a pátria grande”

[1] Declaração de San Salvador, I Encontro Nacional Cultura Viva Comunitária – San Salvador, El Salvador. 26, 27 e 28 de junho de 2015.

27

nov
2015

Em EDITAIS
Notícias

Por IberCultura

Confira o resultado da Convocatória IberCultura Viva/ Emergências

Em 27, nov 2015 | Em EDITAIS, Notícias | Por IberCultura

emergencias-port Saiu a lista dos selecionados na Convocatória IberCultura Viva/Emergências. Vinte representantes de iniciativas culturais ibero-americanas receberão passagens aéreas para o Rio de Janeiro, para que participem do Emergências, encontro global de cultura, ativismo e política.

Serão sete dias, de 7 a 13 de dezembro, de debates, oficinas e apresentações. O evento é uma realização do Ministério da Cultura (MinC), por meio da Secretaria da Cidadania e da Diversidade Cultural (SCDC), e conta com o apoio do programa IberCultura Viva e da Organização dos Estados Iberoamericanos (OEI).

A seguir, a lista dos 20 contemplados, por ordem de classificação. Os nomes citados como suplentes (a partir da 21ª colocação) podem ser chamados em caso de desistência dos primeiros colocados. Os selecionados devem fazer a inscrição no site do evento: https://emergencias.cultura.gov.br/inscricao

Obs: A convocatória refere-se à compra de passagens aéreas. Não serão pagas diárias nem hospedagem. A organização do evento oferecerá alternativas de hospedagem solidária, acampamento e alimentação. Haverá um camping com banheiros e controle de entrada e saída para receber os participantes do encontro. Informações: emergencias@cultura.gov.br.

 

1- Laura Marcela Garay (Argentina)

2- Neysa Rivadineira Urey (Bolívia)

3 – Rosa Angelini Figueroa (Chile)

4 – Julián Andrés López Flórez (Colômbia)

5 – Sara Beatriz Garcia (El Salvador)

6 – André Fabricio Vasquez de Paz (Guatemala)

7 – Corina Elsa Rueda Borrero (Panamá)

8 – Sebastian Segovia Gamarra (Peru)

9 – Janette Terrazas Islas (Mexico)

10 – Paula Álvarez (Espanha)

11 – Yaxiry Sánchez Vargas (Costa Rica)

12 – Danilo Javier Martínez Garcete (Paraguai)

13 – Daniel Cordones (Uruguai)

14 – Roberto Carlos Guillen Salinas (Nicarágua)

15 – Ronald Corrales León (Costa Rica)

16 – Yoeliza Matos Perez (Republica Dominicana)

17 – María Florencia Parodi Cánavas (Argentina)

18 – Livis Mercedes Gonzales Mina (Equador)

19 – Viviana Vanesa Delgado Del Puerto (Uruguai)

20 – Karen Lizeth Mejia Paz (Honduras)

 

Suplentes

 

21 – Isaac Peña Herrera (Equador)

22 – Ana Paola Quispe Quispe ( Chile)

23 – Lizbine Carlota Zayas Barboza (Paraguai)

24- Juan Francisco Maravilla Lopez (El Salvador)

25- Adriana María Vera Aguinaga (Peru)

26 – Diego Leonardo Mora Bello (Colômbia)

 

25

nov
2015

Em Notícias

Por IberCultura

Três dias de Cultura Viva no encontro Emergências

Em 25, nov 2015 | Em Notícias | Por IberCultura

meme-emergencias-ptEmergências, o encontro global de cultura, ativismo e política que será realizado no Rio de Janeiro de 7 a 13 de dezembro, terá três dias dedicados à Cultura Viva. Entre os dias 10 e 12 serão discutidos temas relacionados à cultura de base comunitária, como economia viva e participação cidadã através de políticas públicas.

Confira a seguir os temas, os participantes e a programação:

 

Programação

10/11 – Abertura do Encontro Cultura Viva

10h – Local: Espaço Canto das Flores / Fundição Progresso

Participantes:
Comitê Intergovernamental Iber Cultura Viva
Conselho Latino-Americano de Cultura Viva Comunitária
Comissão Nacional dos Pontos de Cultura
Rede de Gestores Estaduais e Municipais do Cultura Viva
Fórum dos Pontos de Cultura do Estado do RJ
Rede Carioca de Pontos de Cultura
Projetos contemplados no Edital de Redes 2015
Representações Regionais do MinC
Equipe Secretaria de Cidadania e Diversidade Cultural (SCDC) do MinC
Pontos e Redes Autodeclarados, coletivos, grupos e produtores culturais

Das 14h às 18h – Roda de Diálogo #CulturaViva
Local: Espaço Canto das Flores / Fundição Progresso

Painel de temas:
Cultura Viva e a construção de um repertório comum para as políticas culturais na América Latina
Cultura e Economia Viva
Cultura de Redes e Estratégias de Circulação e Articulação entre organizações culturais
Política Nacional de Cultura Viva: Desafios da implementação e regulamentação.
Fortalecimento da participação cidadã através das políticas culturais
Apresentacão dos objetivos do programa IberCultura Viva.

 

11/12 – Cultura Viva no Brasil e no Espaço Ibero-americano

Das 10h às 13h – Roda de conversa
Local: Espaço NEC Fundição Progresso

Cultura de Redes e Cultura Viva: a construção de um repertório comum para as políticas públicas de cultura na América Latina e no mundo.

Das 14h às 18h – Painel de temas
Local: Espaço NEC – Fundição Progresso

Do Comunitarismo às Redes: Estratégias de Circulação e Articulação entre organizações culturais
Cultura, Economia Viva e Economia Solidária
Política Nacional de Cultura Viva – Desafios da regulamentação e da implementação

Dia 12/12 – Reuniões de trabalho

Das 10h às 14h

Local: Palácio Gustavo Capanema

Participantes:
Comitê Intergovernamental IberCultura Viva
Comissão Nacional de Pontos de Cultura
Conselho Latino-Americano de Cultura Viva Comunitária
Rede de Gestores do Cultura Viva

 

 

09

nov
2015

Em EDITAIS
Notícias

Por IberCultura

Convocatória IberCultura Viva/Emergências levará ao Rio de Janeiro 20 representantes de iniciativas culturais ibero-americanas

Em 09, nov 2015 | Em EDITAIS, Notícias | Por IberCultura

meme-emergencias-ptPensadores, ativistas, artistas, produtores culturais, gestores e agentes políticos de todo o mundo estarão reunidos no Rio de Janeiro, de 7 a 13 de dezembro, para discutir temas da atualidade a partir da cultura, da política e da cidadania. Serão sete dias de debates, oficinas, encontros e apresentações no Rio, em Niterói e na Baixada Fluminense. O evento, que ganhou o nome de Emergências, é uma realização do Ministério da Cultura (MinC), por meio da Secretaria da Cidadania e da Diversidade Cultural (SCDC).

Para apoiar a participação de representantes de iniciativas culturais ibero-americanas no encontro, o programa IberCultura Viva lança nesta segunda-feira (9/11) a Convocatória Emergências. Vinte pessoas receberão passagens aéreas para o Rio de Janeiro. Não serão pagas diárias. A organização do evento oferecerá alternativas de hospedagem solidária, acampamento e alimentação. Um camping com banheiros e controle de entrada e saída será montado para receber os participantes do encontro.

Podem participar da convocatória representantes de movimentos sociais, organizações e coletivos culturais e redes de toda a comunidade ibero-americana, com a exceção do Brasil. Os interessados devem ter idade mínima de 18 anos.

Entre os critérios a serem avaliados estão a experiência em atividades culturais e em articulação de redes. Também serão levadas em conta questões de gênero, etnia e faixa etária (jovens, mulheres, transgêneros, afrodescendentes e indígenas terão pontuação extra).

As inscrições devem ser feitas até o dia 16 de novembro por meio do preenchimento on-line do formulário disponível nos sites do evento (emergencias.cultura.gov.br) e da Organização dos Estados Ibero-americanos (www.oei.org.br).

O encontro

O evento pretende criar um território cognitivo e afetivo, um espaço de conexão e diálogos para viver e pensar as aventuras políticas do século 21. A ideia é reunir coletivos, indivíduos e redes que entendem que a mudança só virá a partir de uma transformação cultural e de uma mentalidade baseada no respeito à diversidade.

“Emergências”, aqui, deve ser entendida em dois sentidos. Primeiro, o da urgência, pela necessidade de ações de enfrentamento dos retrocessos no campo dos direitos culturais e no conjunto dos direitos humanos. Segundo, pelo surgimento de um novo contexto social, cultural, político e econômico marcado por novas formas de convivência.

O objetivo é pensar a cultura na centralidade das lutas pela ampliação dos direitos e entender as mudanças no campo da política, dos comportamentos, da economia, das artes, e debater a emergência de novos modelos de sociabilidade.

Serão temas de debate o contexto político do Brasil, os feminismos, a relação entre a cultura e a cidade, as culturas indígenas, a revolução comunicacional, a internet como espaço público, a crise migratória e a interculturalidade, as estéticas emergentes, arte e diversidade, o aquecimento global, as intolerâncias religiosas, a política de drogas e o relacionamento com o extermínio da juventude negra, entre outros.

Link formulário:

https://emergencias.cultura.gov.br/pb/convocatoria-ibercultura-viva-emergencias/

 

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05

nov
2015

Em Notícias

Por IberCultura

El Salvador: semeando alegria, esperança e comunidade

Em 05, nov 2015 | Em Notícias | Por IberCultura

Foto: Bladimir Nolasco

As imagens da “comparsa” (bloco, passeata festiva), os malabaristas, os meninos nos tambores, os pernas-de-pau, os palhaços, os dançarinos, a população nas ruas e os sorrisos não deixam dúvidas. Fazia mesmo todo sentido que El Salvador fosse sede do 2º Congresso Latino-americano de Cultura Viva Comunitária. Um país marcado por lutas, conflitos, massacres, e que vive um momento histórico com um governo que busca promover mudanças sociais por meio da cultura.

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Foto: Bladimir Nolasco

“Aprendemos que a cultura sai do povo, não sai do governo”, afirma Ramón Rivas, secretário de Cultura da Presidência de El Salvador, que apoiou o evento organizado pela sociedade civil (a Rede Salvadorenha de Cultura Viva Comunitaria), de 27 a 31 de outubro, sob o lema “Convivência para o bem comum”.  “A arte e a cultura são do povo e para o povo e é a partir daí que podemos impulsar as mudanças necessárias.”

E foi um povo alegre que saiu às ruas a receber com largos sorrisos os cerca de 500 congressistas da América Latina e do Caribe durante os cinco dias de conferências, foros, debates, reuniões, cursos, apresentações e visitas às comunidades. A cordialidade, o respeito e o espírito de irmandade marcaram o encontro antes, durante e depois. E mostraram que muitas das mudanças pelas quais o país passa hoje deveriam estar resolvidas desde os Acordos de Paz.

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Foto: Bladimir Nolasco

Antes e depois

A assinatura dos Acordos de Paz, em 16 de janeiro de 1992, marcou um antes e depois na história de El Salvador. Firmados entre o governo e a Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), em Chapultepec, México, os acordos terminaram com 12 anos de guerra civil no pequeno país centro-americano. Mais de 70.000 pessoas morreram nesse período. O ano de 1992, portanto, marcaria o começo da reconstrução do país.

Ainda que tenham trazido valiosas conquistas para a construção e o fortalecimento de uma institucionalidade democrática – os Acordos de Paz colocaram fim não apenas à parte armada do conflito, mas também a 60 anos de ditadura militar –, as coisas não aconteceram como se esperava. As batalhas continuaram. Mudaram de forma e cenário, passando à beligerância político-eleitoral, direita versus esquerda.

Como o mesmo partido político seguiu no poder, El Salvador seguiu como um país de modelo neoliberal, sem moeda própria (ainda está dolarizado), até 2009, quando a Aliança Republicana Nacionalista (Arena) perdeu as eleições presidenciais para o FMLN (a frente de guerrilha virou partido político em 1992). Começava, então, um governo de esquerda, o primeiro da história do país. Em 2014, o FMLN ganharia mais uma vez as eleições.

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Foto: Bladimir Nolasco

De guerrilheiro a presidente

Salvador Sánchez Cerén, o atual presidente, foi um dos guerrilheiros que negociaram com o governo de El Salvador os Acordos de Paz em 1992. “Isto é histórico: um presidente que foi membro do FMLN hoje é presidente, comandante geral das forças armadas”, destacou Wilfredo Zepeda, secretário adjunto de Arte e Cultura do FMLN, no painel-foro “Políticas Públicas e Cultura Viva Comunitária”, em 30 de outubro, no Cine Teatro da Universidade de El Salvador.

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Wilfredo Zepeda, do FMLN

“Estamos em um momento histórico que é fruto das lutas populares que vêm num processo contínuo desde a década de 1970, quando surgiram os movimentos revolucionários”, acrescentou Zepeda. “E o momento histórico que vive El Salvador é também um momento de disputa de hegemonia, não apenas política, e sim cultural e ideológica. Nunca antes na história de El Salvador isso havia estado em disputa.”

Segundo o secretário Ramón Rivas, a cultura nunca havia sido um objetivo de país, mas agora é um dos pilares que sustenta a atuação do governo. “Já não nos referimos à cultura como sinônimo de belas artes, e sim como a dimensão de vida que constitui a força viva, criativa e coletiva do país.”

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Foto: Bladimir Nolasco

As Casas da Cultura

Umas das ações do Plano Quinquenal de Desenvolvimento (“El Salvador, produtivo, educado e seguro”, 2014-2019), apresentado pelo presidente Sánchez Cerén, é a implementação do programa Cultura Viva Comunitária, por meio da Direção Nacional das Casas da Cultura para o Desenvolvimento da Convivência e do Bem Viver.

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O secretário Ramon Rivas. Foto: Secretaria de Cultura de El Salvador

Ramón Rivas conta que as Casas da Cultura – hoje presentes em 155 municípios do país – eram espaços onde havia uma biblioteca e os funcionários passavam seus dias emprestando livros, recebendo livros, cuidando para que não fossem roubados…. “Agora não. As Casas da Cultura hoje são pontos de socialização. São espaços de convivência onde homens, mulheres, crianças e sobretudo jovens, em vez de estar na esquina ou ser presas das ‘maras’ (gangues) e outros grupos delinquentes, têm um espaço onde podem se encontrar, se entreter.”

César Pineda, o diretor nacional das Casas da Cultura, também ressalta que as casas, antes tão preocupadas com a biblioteca, hoje são centros de convivência e troca de saberes. São espaços que dão poder ao povo, que buscam restituir o bem comum, o interesse coletivo sobre o privado. “O pecado não é estar organizado. O pecado é um povo sem organização”, comenta o diretor, citando uma frase de Monsenhor Romero, o bispo mártir dos salvadorenhos.

E é assim que o 2º Congresso Latino-americano de Cultura Viva Comunitária acaba marcando um antes e depois na abordagem da temática cultural no pequeno país centro-americano: com o povo em movimento, organizado e sorridente nas ruas, participante de seu destino.

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Foto: Diana Iliescu

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03

nov
2015

Em Artigos e publicações
Notícias

Por IberCultura

Compilação de artigos sobre Cultura Viva Comunitária é lançada em El Salvador

Em 03, nov 2015 | Em Artigos e publicações, Notícias | Por IberCultura

Eram muitas as opções de títulos para o livro que foi lançado durante o 2º Congresso Latino-americano de Cultura Viva Comunitária, em El Salvador. Uma das alternativas era Cultura Viva Comunitária, chave para a inclusão social nos bairros da América Latina. Outra era Cultura Viva Comunitária, para construir a convivência em tempos de insegurança. No final, ficou o que dava nome ao congresso e representava o norte de tudo: Cultura Viva Comunitária, convivência para o bem comum.

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Jorge Melguizo, o editor do livro, é consultor e conferencista em gestão pública, cultura e segurança e convivência

Compilada e editada pelo colombiano Jorge Melguizo, a publicação reúne artigos de pessoas de 17 países da América Latina. Entre elas, Eduardo Balán (Argentina), Célio Turino (Brasil), Iván Nogales (Bolivia), Patricia Requena (Chile), Fresia Camacho (Costa Rica), Marlen Argueta (El Salvador), Liz Osorio (Paraguai), Paloma Carpio (Peru) e Paula Simonetti (Uruguai).

“É um livro para reunir, com a intenção de que uma vez reunido se dissemine”, afirma Melguizo. “Poucos programas podem se dar o luxo de ter em mais de 17 países processos similares que se compartilham e que se alimentam reciprocamente. Não é um livro memória, ou ao menos não é só isso o que pretende. Procura ser uma ferramenta: o que fazer e como fazer”.

Com 220 páginas, Cultura Viva Comunitária: Convivência para o bem comum tenta contar um processo de anos e que propõe algo muito simples: decisão política para destinar orçamentos públicos a projetos de Cultura Viva Comunitária.

“Incluir as culturas vivas comunitárias nas decisões políticas e orçamentárias nos levará a incluir na sociedade os múltiplos projetos culturais que são feitos em nossos bairros e zonas rurais sem o Estado, apesar do Estado ou inclusive contra o Estado”, escreve Melguizo. “Nessas expressões culturais de bairro e rurais, múltiplas e diversas, está uma boa parte da cultura para a paz de que necessitamos com urgência potencializar para que a convivência seja uma palavra que nos defina como sociedade.”

Coordenação

capa-livro_editedJorge Melguizo conta que teve a ideia do livro há uns seis meses. A proposta era para que os organizadores do congresso preparassem a edição, aproveitando a oportunidade de apresentá-la no evento. A aprovação veio em setembro, com um pedido: que ele mesmo fizesse a compilação e a edição.

A coordenação ficou a cargo de Julio Monge e Marlen Argueta, da Rede Salvadorenha de Cultura Viva Comunitária. Julio Monge, segundo Melguizo, “foi chave no impulso e na insistência” em El Salvador para que o livro saísse, e Marlen Argueta foi a responsável pela concretização do desenho e da impressão. “Sem eles dois, o livro teria ficado apenas na ideia”, ressalta.

Leia também:

Cultura Viva Comunitaria: Convivencia para el bien común, por Jorge Melguizo

Os outros artigos estão disponíveis aqui: https://iberculturaviva.org/publicacoes/es-libros/

 

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03

nov
2015

Em Artigos e publicações
Notícias

Por IberCultura

Caminho dos futuros – Aportes para o Conselho Latino-americano de Cultura Viva Comunitária

Em 03, nov 2015 | Em Artigos e publicações, Notícias | Por IberCultura

Por Eduardo Balán

A irrupção do conceito da Cultura Viva Comunitária no campo dos debates sobre políticas públicas culturais na América Latina teve e tem algumas dimensões que se destacam. Em pouco menos de dez anos, reuniu adesões e compromissos que levaram à realização de centenas de encontros e atividades em 17 países, criou redes de experiências organizadas, dois Congressos continentais, ajudou a impulsionar uma dezena de programas nacionais e locais por parte dos governos e a converter-se, por exemplo, no eixo do VI Congresso Ibero-americano de Cultura, que a Secretaria Geral Ibero-americana realizou em Costa Rica em 2014.

Publicações, curtas-metragens, festivais e distintas produções foram o eixo de âmbitos de criação e reflexão num caminho que deixa uma perspectiva nova sobre temas centrais da política e da cultura contemporânea em nosso continente. Um conceito ligado à prática de milhares de coletivos e redes populares de teatro comunitário, meios locais de comunicação, bibliotecas populares, centros culturais, agrupações de música, arte de rua, culturas colaborativas, hip-hop, grupos de dança popular etc., que descobriram nesta categoria (a Cultura Viva Comunitária) um sistema de ideias e valores eficaz na hora de defender e projetar suas práticas políticas, estéticas e organizativas.

No entanto, sabemos que a transcendência ou o caráter de novidade de uma formulação conceitual não são por si mesmas uma garantia de sua eficácia em nenhum sentido específico, muito menos o começo obrigatório da geração de práticas de emancipação; as superestruturas instituídas na esfera do estatal ou do mercado geram permanentemente supostas inovações teóricas que, em muitos casos, são apenas mudanças superficiais em conteúdos tradicionais, ocultamentos ou passes de mãos exagerados apenas para efeito de fazer circular um novo “produto” nos campos de interação de funcionários, políticas, ONG, organismos de financiamento e burocracias de distintas categorias.

Frente à inapelável realidade de que se consolida em nosso continente um modelo de desenvolvimento baseado na desatenção irresponsável aos nossos bens comuns, a precarização laboral de milhões de compatriotas, uma desigualdade social escandalosa, o avanço sobre os direitos de milhares de comunidades territoriais e a degradação ambiental de nossa terra, estamos forçados a discernir entre o que são “modas” intelectuais e políticas dos conceitos que efetivamente fazem um aporte à possível transformação de estas realidades.

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A Cultura Viva Comunitária tem, neste sentido, um notável primeiro valor como ideia-força, porque surgiu dos debates e das lutas de centenas de coletivos latino-americanos; não resultou desta ou daquela elucubração “de autor” em sua dimensão individual. Como num jogo de participação crescente, tomou sua forma em um processo de encontros territorializados, alguns criados por motivações artísticas (festivais, mostras de diferentes grupos) ou políticas (a luta no Parlamento do Mercosul ou na legislação de Medellín, por exemplo).

Ao longo de uma sequência de eventos e ações, criados em sua grande maioria a partir do desejo de autoafirmação de numerosas redes e grupos, o conceito da Cultura Viva Comunitária sintetizou a visão proveniente de Colômbia, Guatemala, Costa Rica, a influência da experiência dos chamados “Pontos de Cultura” no Brasil, as iniciativas históricas no Peru, Bolívia e Chile e a força organizativa de redes e coletivos autônomos de Argentina e Uruguai. Alinhando-se com iniciativas de El Salvador, Paraguai, Honduras, Equador, México, Panamá, Venezuela, Cuba e Nicarágua, logo se comprovou que, ainda que fragmentado, se tratava de uma espécie de “sistema nervoso” continental e identitário.

Efetivamente, existem em nosso continente umas 130 mil experiências populares e redes que, através da arte, da comunicação e do trabalho “cultural”, protagonizam processos locais que questionam e transformam seus próprios bairros, convocam a participação popular e alteram assim o cenário institucional das políticas públicas locais, regionais e nacionais com êxitos e avanços díspares e diversos.

Um ponto de inflexão terá sido, seguramente, o 1º Congresso Latino-americano de Cultura Viva Comunitária, em La Paz, Bolívia, em 2013. Ali foi possível (auto)reconhecer um movimento continental com mística e símbolos próprios, mesmo na diversidade de culturas e representações.

Com características épicas e profundamente emocionais, cerca de 1.500 ativistas (em sua maioria jovens), deram impulso a um incipiente processo que assumiu uma identidade ligada ao longo percurso protagonizado por nossos povos originários, passando pelas comunidades de bairro, rurais e urbanas de todo o continente, pelos trajetos descritos pelos movimentos sociais, ambientais, por uma economia solidária e uma democracia participativa, abraçando a cultura de paz e com uma forte marca anticapitalista e antipatriarcal, enfrentando todas as lógicas da colonização, mas a partir de uma prática festiva, ancorada em grande medida no poder da alegria e do encontro como força de transformação. Esse “magma” cultural da América Latina começava a demostrar que pode portar uma visão política comum, um horizonte de perguntas e buscas similares.

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Um processo de construção

E não acabaram ali as “novidades” trazidas por este novo movimento continental. Desde o início, este caminho compartilhado trouxe consigo dois elementos que lhe dariam uma dinâmica particular nos processos de transformação: sua vocação de construção orgânica e sua interpelação ao vínculo tradicional com o público e o estatal. Efetivamente, a chamada Plataforma Puente Cultura Viva Comunitária (integrada por mais de uma centena de redes e organizações latino-americanas) foi o ator principal da convocatória ao Congresso na Bolívia, mas advertiu, em sucessivas reflexões, que era necessário arbitrar os meios que permitiram que tudo não ficasse reduzido ao “evento” e seus efeitos superficiais de difusão ou prestígio. A experiência que tínhamos em “shows” institucionais, passado o momento luminoso do encontro, pouco ajudaria a estruturar uma ação cotidiana, organizativa e formativa.

A Cultura Viva Comunitária necessitava criar uma ferramenta de diálogo e apoio aos processos locais, outorgando visibilidade e uma “cobertura” fraternal que pudesse ser caixa de ressonância em conflitos e situações difíceis, fatos que ainda hoje fazem parte de nossa vida organizativa. A violência, o narcotráfico, as diferentes caras da dominação política não poucas vezes dirigiram (e dirigem) suas ações contra as experiências da cultura comunitária, não apenas criando obstáculos aos processos, mas também agredindo suas referências, fechando os locais ou chegando inclusive a causar a perda da vida de companheiros e companheiras, como no caso de Victor Leiva, animador cultural guatemalteco de apenas 24 anos, morto em 2011. Era necessário criar uma ferramenta que desse continuidade às resoluções que se iam fixando, que visibilizasse nossas redes e melhorasse a comunicação, o cuidado e o impulso aos processos.

Assim, aquele primeiro Congresso na Bolívia postulou a América Central como o lugar do encontro continental seguinte – em virtude de ser um dos lugares com dramáticas situações de violência repressiva –, lançou a convocatória para a realização de congressos nacionais de Cultura Viva Comunitária e criou o Conselho Latino-americano para a Cultura Viva Comunitária, um âmbito mais cotidiano para o fortalecimento dos processos locais, nacionais e continentais, integrado por áreas e equipes de trabalho em temas específicos.

Esta tensão em direção a um crescimento “enraizado” e em espiral, constituindo âmbitos coletivos e orgânicos em níveis locais, nacionais e regionais, e em uma dinâmica de democratização permanente, deixou claro desde o início que este movimento resistia a converter-se em una mera representação “setorial” de um punhado de ONGs, referências ou instituições frente às estruturas conjunturais do poder instituído existente, na negociação de programas pontuais ou iniciativas exclusivamente governamentais.

Pelo contrário. Assumindo a perspectiva de que “a Cultura Viva Comunitária não vem para decorar a democracia, e sim para transformá-la”, redes e grupos avançaram com decisão na multiplicação de âmbitos de debate, formação e encontro, com diferentes graus de institucionalização, mas com uma forte vocação de multiplicação política e espiritual. Viagens sinérgicas, caravanas, feiras de intercâmbio e até conferências em “streaming” foram ferramentas que permitiram que se formalizassem mais de 70 coletivos nos distintos países, aglutinados em torno da premissa da Cultura Viva Comunitária, produzindo documentos e reflexões que circulam permanentemente entre nós.

Campamento Consulta Juvenil

Como veremos mais adiante, não se trata de uma postura reativa ao diálogo com os governos; está mais voltada a um diagnóstico realista das condições críticas de nossos sistemas institucionais e a convicção profunda de que é necessária e imprescindível voltar a ação dos movimentos sociais a partir de um projeto integral, um paradigma civilizatório alternativo e uma perspectiva de questionamento radical às formas e procedimentos de uma democracia exclusivamente representativa, tão sensível à condução das forças do mercado. Essa mística, presente em obras artísticas, instalações e produções de distintas linguagens, expressou a contextura ideológica de uma ação também persistente no terreno da política institucional.

Um vínculo particular com o público e o estatal

Nesse plano, o movimento continental pelas Culturas Vivas Comunitárias foi sintetizando suas visões em elementos para uma proposta integral; sem perder de vista as particularidades das distintas redes e distintos países, buscamos extrair uma possível dinâmica que amplificasse a dispersão e a fragmentação, tentando construir, baseado no diálogo, um condutor compartilhado em uma perspectiva comum, possível graças a certas realidades que atravessam o continente.

Assim foi surgindo o reclamo continental mais importante de nossas lutas, que pede a destinação de 0,1% dos orçamentos nacionais para o desenvolvimento das expressões da cultura comunitária, autogestionada e independente. Não se trata de uma exigência “setorialista” nas formas nem desmedida em seu conteúdo; muito pelo contrário, frente aos cenários sociais que estão combinando pobreza, exclusão, presença crescente do narcotráfico, precarização do trabalho em nossos jovens, crescimento da violência urbana e degradação do meio ambiente, a necessidade de destinar uma porcentagem dos orçamentos nacionais ao impulso de processos que consolidem uma cultura de desenvolvimento comunitário é uma prioridade que não pode ser deixada de lado.

Rigorosas análises de companheiros e companheiras economistas de nossos movimentos assinalam com cifras concretas que esse investimento geraria a participação ativa de milhões de famílias e bairros, em uma dinâmica virtuosa nas economias locais que permitiria inclusive seu autofinanciamento de modo indireto através dos impostos ao consumo em nossos países; em média, esta proposta poderia autofinanciar-se em todos os países latino-americanos numa ordem de 57,9% (1).

Nosso movimento, sem perder de vista este reclamo principal, tem articulado em torno desta demanda a luta por um sem número de programas cidadãos, locais e provinciais, de apoio às Culturas Vivas Comunitárias, com suas respectivas normativas jurídicas e ferramentas institucionais. Avanços e retrocessos foram balizando um caminho em que nossos vínculos com os governos e o Estado permitiram um processo conflitivo, mas rico em aprendizados e desafios, em que temos tratado de cuidar para que a ação sobre o institucional não nos distancie da “via” principal do processo de transformação que protagonizamos, fundado nos processos sociais e populares. Esta certeza nos tem permitido enfrentar com firmeza as ambiguidades e ilusões tão frequentes nos lances institucionais; não perder de vista que nossas lutas estão efetivamente ligadas à perspectiva de uma nova sociedade, com as dimensões de uma verdadeira transformação cultural. Isso nos ajuda a entender as verdadeiras razões do atraso na concretização de muitas de nossas demandas.

LEITURA DO DOCUMENTO

Mensurados, por exemplo, os efeitos positivos que a promoção da Cultura Comunitária teria no relativo à educação e à saúde pública, ao cuidado dos espaços cidadãos e às melhorias nas práticas cidadãs, fica claro que a destinação de 0,1% dos orçamentos nacionais a estas expressões mediante leis e programas específicos é prioridade, embora ocultada e irritante para os poderosos na América Latina das primeiras décadas do século XXI. A negativa a dar curso institucional a este reclamo é outra evidência de que a exclusão e a dominação seguem sendo parte do núcleo duro dos interesses que têm para este continente os principais decisores governamentais e empresários em seu modelo de desenvolvimento. Enquanto os movimentos populares estendemos o vínculo com o Estado em direção a um crescimento e a um empoderamento do público, dividindo um cenário superior no governo de nossas realidades, os poderes econômicos conduzem a dinâmica institucional na direção contrária e utilizam o aparato estatal para privatizar a vida e convertê-la em mercadoria.

“Progressismo” e modelos de desenvolvimento

Um rápido olhar sobre a realidade atual latino-americana nos permite estabelecer um conjunto de elementos comuns e regionais. Por um lado, as últimas décadas têm sido o cenário da irrupção de movimentos populares e democráticos em capacidade de acessar e  gestionar o poder do Estado em alguns lugares, em grande medida em reação ao funesto desdobramento dos neoliberalismos ultramontanos em vários de nossos países durante a década de 90.

Essa aparição tem permitido o ressurgimento de núcleos discursivos e ações institucionais com uma ressonância positiva naquelas organizações e referências ligadas à tradição da busca de uma Pátria Grande latino-americana, emancipada dos imperialismos e com uma justiça social efetiva na vida cotidiana. Nestes últimos 15 anos abundaram ações continentais e nacionais estruturadas em torno destas grandes e queridas bandeiras populares, acompanhadas de não poucas reformas políticas de importância (leis de democratização dos meios de comunicação, reformas constitucionais, programas sociais de maior cobertura social, visibilização de nossos povos originários, posturas diferentes frente aos organismos multilaterais de crédito, etc).

No entanto, nossa visão seria muito limitada se não disséssemos também que essas ações não têm tentado estruturar outro modelo de desenvolvimento, um modelo alternativo ao apresentado pelo capitalismo global em sua fase atual para nosso continente. Enquanto o PIB de nossos países experimentou um crescimento de 100% nas últimas décadas, as porcentagens de pobreza e desigualdade permanecem inalteradas, num modelo de desenvolvimento protagonizado pelo capital global e estrangeiro, que mantém níveis escandalosos de endividamento de nossos Estados, que dilapida nossos bens comuns e saqueia nossos recursos.

Em diferentes níveis nos distintos países, tampouco foram conquistados avanços importantes na transformação de nossas instituições. As “consultas populares” e outras ferramentas de democracia participativa só tiveram uma sistematicidade digna de atenção em países como Bolívia e Venezuela, sendo praticamente inexistentes no resto do continente. As práticas “delegativas” e “de consumo” foram consolidadas como dinâmica fundamental por estes governos no campo cultural e cidadão, na economia cotidiana y, por tanto, no terreno da arte e da comunicação, permitindo em todo caso uma maior exposição da narrativa “de esquerda”, mas sem alterar os circuitos de produção e distribuição de bens culturais.

2009 - 5 años radio (51)

Enfrentamos assim um cenário em que a década de governos chamados “progressistas” na gestão de nossos Estados nacionais na América Latina tem operado como uma expressão de processos emancipatórios na política institucional e, ao mesmo tempo, como um dispositivo de contenção e reorientação do conflito social e de redirecionamento de nossos modelos produtivos nos andaríveis de um capitalismo global fortalecido. Esta situação, em que milhares de processos organizativos e institucionais têm ficado truncados e apagados, vem provocando um desgaste profundo na mesma “base social” dessas gestões, que hoje enfrentam em todo o continente o ressurgimento de expressões eleitorais e institucionais mais claramente ligadas ao poder econômico dominante.

As consequências sociais destes modelos de gestão que combinam uma retórica “de esquerda” com a ausência de processos genuínos de democratização e organização popular inteligíveis pelas maiorias de nossos países, foram e são altamente destrutivos das redes sociais e organizadas da comunidade. Ao desaparecer aquele projeto político integral que exibia níveis crescentes de nitidez nos setores médios e populares durante a resistência aos neoliberalismos dos anos 90, vai prevalecendo na prática uma lógica individualista de sobrevivência, uma resignação política e uma fragmentação que convivem, no território, com uma pobreza cada vez mais estrutural, com a violência organizada e com um modelo ambiental suicida, sem que existam, como há dez anos, núcleos autônomos de intransigência social com a força suficiente para enfrentar essas realidades.

Que potencialidades pode desatar, neste cenário, o núcleo de valores expressado por este conceito sugestivo e provocativo que expressamos ao dizer Cultura Viva Comunitária?

Uma ideia chave no debate sobre os futuros

Crear-vale-la-pena-4-335x310A visão da Cultura Viva Comunitária foi tomando forma na mesma sequência de tempo em que experimentamos o processo descrito no parágrafo anterior. De algum modo se poderia afirmar que surge em reação à queda, ao paulatino desmanche ou ao retrocesso, no terreno das formulações políticas dos grandes movimentos populares, da necessária integralidade com que entendemos que podem e devem se vincular os olhares sobre o público, o comunitário e o estatal em épocas de crise da modernidade, capitalismo tardio e mudança de paradigmas.

A Cultura Viva Comunitária interpela os postulados do capitalismo moderno, a ideia do consumo como eixo do progresso, o mito dos “desenvolvimentismos” industrialistas “ad infinitum” e a democracia burguesa, mas também as concepções das vanguardas partidárias de esquerda, as perspectivas de transformação instaladas exclusivamente na órbita da condução do Estado e das políticas instituídas, os olhares que situam como problema principal de nosso tempo a ausência de “direções” que orientem a sociedade em este ou aquele sentido, as práticas centradas na “representação” como núcleo fundamental da política.

A Cultura Viva Comunitária considera a possibilidade de que a palavra “povo” designe algo mais que o que entendemos como “eleitorado”; a hipótese de que efetivamente possa sustentar-se no tempo a aposta de uma subjetividade coletiva em processo, uma vocação planetária realizada no reencantamento do espacio público compartilhado. Ilumina dimensões distintas da arte e da política; postula a arte como criação da comunidade humana, a “obra” como parte de um processo na criação de beleza, a organização comunitária como possível continente de um projeto cultural, realizado em uma relação criativa com o conflito social, e utilizando a memoria, o presente e o futuro como materiais de trabalho. Aparenta este impulso com o da economia e da política, recuperando as dimensões rituais e a gramática de nossos povos originários, mas sem assumir nenhum essencialismo étnico excludente. A multiplicidade, longe de ser um obstáculo para seu desenvolvimento, é sua condição de existência: também é Cultura Viva Comunitária a que alimenta as redes colaborativas virtuais que hoje disputam a autonomia criativa das multidões através do software livre o das culturas em rede.

A Cultura Viva Comunitária ressignifica ideias como a da democracia participativa e a economia social configurando um conjunto de afirmações capazes de revisar o que podemos sonhar no plano da educação, da ciência ou da recreação, assumindo, por exemplo, o que chamamos de “festa” ou “feira” como dispositivos na produção de conhecimento e riqueza. A Cultura Viva Comunitária é, acreditamos, a única com capacidade de opor um destino à oferta do narcotráfico aos nossos jovens nos bairros suburbanos, ou de resistir no continuo embate dos empreendimentos econômicos baseados no saqueio dos bens comuns e o desastre ambiental. São suas expressões em bairros e povoados as que enfrentam os projetos de megamineração ou desmatamento no continente, e as que lutam por sustentar a identidade de comunidades inteiras condenadas ao desaparecimento pelas leis do mercado. As Culturas Vivas Comunitárias talvez tenham algo fundamental a dizer no debate por um futuro possível para as gerações que vêm.

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Artes do mistério

Muitas são as interrogações abertas nestas primeiras décadas do século XXI sobre o devenir político e social em nosso continente e no mundo. Mas desde a foto de Aylan Kurdi, o menino sírio morto na praia da Turquia, até o patético giro da revolta do povo grego, passando pelo massacre de Ayotzinapa, que já completa um ano, a pergunta que corre o mundo é de onde surgirá uma força capaz de colocar um limite ao desenvolvimento capitalista suicida no planeta, se é possível que isso efetivamente aconteça. Não é pouco o que está jogo, e impressionam os gestos públicos e teatrais das grandes estruturas de poder no mundo a respeito desta crise.

Neste contexto, marcado por discursos institucionais empolados e silenciosos, processos de morte desdobrando-se mais e mais a cada dia, a aparição do enclave narrativo que chamamos Cultura Viva Comunitária pode, talvez, configurar um ponto do qual tomarmos para desatar processos sanadores e de futuro. A Cultura Viva Comunitária não apenas como eixo de estruturação da política, da economia, da produção de conhecimento e do desenvolvimento em cada lugar, e sim como a ética e a estética que possa convocar o coletivo humano (esse povo dos povos) a recuperar um destino consciente no planeta. Para isso, entendemos que o Movimento das Culturas Vivas Comunitárias na América Latina, ainda que longe de sectarismos endogâmicos, deve lutar por apartar as permanentes tentativas de reenviar nossa potência aos canais da “representação” e trabalhar, sim, na “apresentação” desta força numa progressão de visibilidade e construção.

Dessa forma, a enorme iniciativa de criar registros públicos e mapeamentos dinâmicos e acessíveis das experiencias existentes, assim como a multiplicação dos Congressos Nacionais de Cultura Viva Comunitária e o impulso de processos de articulação locais, regionais e continentais com outros movimentos sociais (ambientais, sindicais, de bairro, pela terra, etc) aparecem como uma tarefa primordial. Talvez, enfrentando a força do capital, um novo paradigma civilizatório esteja começando a surgir entre as tensões de uma relação distinta entre o público, o comunitário e o estatal. Se é assim, não temos dúvidas de que a Cultura Viva Comunitária pode ser o nome de um desafio esperançoso, um conceito e uma prática eficazes na recuperação de nossa potência.

Argentina-Eduardo-Balán-150x150Eduardo Balán é artista, educador e comunicador popular. É coordenador geral do grupo cultural El Culebrón Timbal (www.culebrontimbal.com.ar) e líder do coletivo Pueblo Hace Cultura (www.pueblohacecultura.org.ar)

 

* Fonte: Este artigo é parte do livro Cultura Viva Comunitaria: Convivencia para el bien común (lançado durante o 2º Congresso Latino-americano de Cultura Viva Comunitária, em San Salvador, em outubro de 2015. Compilação e edição: Jorge Melguizo)

02

nov
2015

Em EDITAIS
Notícias

Por IberCultura

Programa amplia recursos e prazos do Edital de Intercâmbio

Em 02, nov 2015 | Em EDITAIS, Notícias | Por IberCultura

arte-edital-cortadoFoi ampliado de US$ 20 mil para US$ 70 mil o montante referente às categorias 1 e 3 do Edital IberCultura Viva de Intercâmbio. Serão destinados US$ 35 mil a cada uma das categorias (US$ 5 mil para os sete primeiros colocados). O prazo de inscrições também ficou maior: termina no dia 1º de dezembro.

O edital tem como objetivo promover e fortalecer o intercâmbio entre agentes culturais ibero-americanos por meio da criação de redes (categoria 1) e de produtos feitos em conjunto por organizações da sociedade civil de dois ou mais países (categoria 3).

Podem participar entidades legalmente constituídas ou coletivos reconhecidos nacionalmente pelo desenvolvimento de atividades ou processos culturais nos 10 países membros do programa: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, El Salvador, Espanha, México, Paraguai, Peru e Uruguai.

Os formulários de inscrição estão disponíveis no site da Organização dos Estados Ibero-americanos (www.oei.org.br) e devem ser enviados via correio eletrônico para o email edital.iberculturaviva@gmail.com.

Seleção

Os candidatos podem fazer uma única inscrição por categoria. Os projetos apresentados nas categorias 1 e 3 devem contemplar alguns objetivos, como a valorização da diversidade cultural e da educação, a promoção da participação social como um direito cidadão, a defesa dos direitos humanos, a geração de oportunidades para o desenvolvimento integral de crianças, adolescentes e jovens, e a integração entre países.

A etapa de habilitação dos projetos será de responsabilidade da Unidade Técnica do IberCultura Viva e da Organização dos Estados Ibero-americanos (OEI). A etapa seguinte, de julgamento, ficará a cargo do Comité Intergovernamental e do Comitê Técnico do programa. Os recursos para a premiação vêm do fundo comum dos países membros do IberCultura Viva, administrado pelo escritório da OEI em Brasília.

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Perguntas frequentes

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