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Gobiernos locales y organizaciones comunitarias inician el proyecto de construcción colectiva del Manual de Buenas Prácticas Territoriales
Em 12, Sep 2024 | Em Noticias |
La Municipalidad de Alajuelita (Costa Rica) presentó el proyecto de construcción colectiva del Manual de Buenas Prácticas Territoriales, el lunes 9 de septiembre, en un encuentro por videoconferencia transmitido en vivo por Facebook. La iniciativa es una de las actividades que se desarrollan en el año de 2024 con el apoyo de la Red IberCultura Viva de Ciudades y Gobiernos Locales.
El proyecto comenzará el próximo lunes, 16 de septiembre, con conversatorios semanales (todos los lunes, hasta el 14 de octubre), talleres y mesas de trabajo con representantes de organizaciones culturales comunitarias y de gobiernos locales, con la intención de documentar prácticas que sean replicables y adaptables a diferentes realidades territoriales.
Hasta el viernes 13 de septiembre estará abierta la convocatoria en el Mapa IberCultura Viva para las organizaciones interesadas en participar en este proceso de construcción colaborativa. La presentación del manual está prevista para el día 15 de noviembre, en el Concejo Municipal de Alajuelita.
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La sesión de lanzamiento
Ronald José Montero Bonilla, gestor cultural de la Municipalidad de Alajuelita, estuvo a cargo de la mediación de este primer encuentro virtual del proyecto, que contó con una charla del colombiano Jorge Melguizo, consultor en gestión pública, cultura, convivencia y urbanismo social. Entre las personas participantes estaban Johanna Madrigal, directora de Gestión Sociocultural del Ministerio de Cultura y Juventud (DGS/MCJ) y representante (REPPI) de Costa Rica ante IberCultura Viva, y Eduardo Reyes Paniagua, encargado de Puntos de Cultura y enlace técnico del MCJ en este programa de cooperación.
También participaron en la conversación Tania Álvarez Chavarría (Fundación Keme), representante de Alajuelita en la Red IberCultura Viva de Ciudades y Gobiernos Locales; Luisa Velásquez, representante de Guadalajara; Eric Madrigal, miembro de la Asociación Cultural del Swing y el Bolero Costarricenses (Aswingbol) y del Movimiento de Culturas Vivas Comunitarias de Costa Rica; Santiago Buitrón Chávez, de la Red Awasqa (Ecuador); Carlos Alfredo Perez Rigirozzi y Aurora Beatriz Silva, de Convocados por Lúdica (Argentina); Lucio Berrios Moya, de la revista La Bitácora (Chile), y Carlos Eduardo Barajas Robles, de Vertientes Medios y la Red Puntos de Cultura Guadalajara.
Por parte de la Red de Gestores Culturales de Alajuelita, una de las instancias creadas por la política cultural de base comunitaria del cantón, aprobada en el año 2020, estuvieron presentes: Rocío Diaz, representante del distrito de Alajuelita Centro; Emilia Martínez, del distrito de Concepción, y Elizabeth Campos Briones, del distrito de San Antonio. Asimismo, acompañaron la videoconferencia Carolina Mora Sibaja, regidora presidenta de la Comisión de Asuntos Culturales del Concejo Municipal y la alcaldesa Rosario Siles, quien felicitó al equipo “por el gran proyecto que tienen en mano”.
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Miedos, refugios y encantamientos
Jorge Melguizo, que participó como invitado para dictar una charla en este marco, fue secretario de Cultura Ciudadana y de Desarrollo Social de Medellín, y desde 2010 ha trabajado como consultor, conferencista y profesor en varias universidades de Latinoamérica y España. Además es parte del plantel docente del Curso de Posgrado Internacional de Políticas Culturales de Base Comunitaria, que IberCultura Viva desarrolla en conjunto con FLACSO-Argentina.
A manera de introducción, contó que empezó a buscar cosas que había dicho en diferentes momentos sobre cultura viva comunitaria, gobiernos de las ciudades, gobiernos subregionales. En sus escritos vinieron tres palabras: miedos, refugios y encantamiento. Alrededor de estas tres él hizo sus reflexiones para este primer encuentro virtual del proyecto del Manual de Buenas Prácticas Territoriales.
Comenzó por “miedos”, palabra que siempre ha surgido en los encuentros con las organizaciones culturales. “Enfrentarnos a esos miedos, a las incertidumbres por sus entornos, las incertidumbres frente a las continuidades y a la sostenibilidad de los proyectos, debería ser uno de los resultados de un manual de trabajo para gobiernos locales en proyectos de cultura viva comunitaria”, sugirió.
Sobre la palabra “refugio”, comentó que la usa para definir cualquier proyecto cultural. “Hoy una biblioteca, un centro cultural, un espacio cultural barrial, un museo, es un refugio. Refugio de muchas cosas”, afirmó, recordando un episodio ocurrido en el año 2020, cuando en Medellín volvieron a abrir las bibliotecas, después de meses de encierro por la pandemia de Covid-19, y la primera persona que entró en una de ellas fue un niño de 12 años que le abrazó a la directora y le dijo “¿usted me puede adoptar?”.
“Detrás de ese abrazo estaba una situación de abuso sexual. Ese niño no iba a la biblioteca a leer un libro, iba a buscar un abrazo, una protección. Pienso que la mayoría de los proyectos culturales, barriales y rurales, de esto que llamamos en toda Latinoamérica ‘Puntos de Cultura’, son refugios. Y tenemos que hacerlos valer como refugios, fortalecerlos”, señaló.
Finalmente, la palabra “encantamiento”, que según él, está relacionada con culturas vivas comunitarias porque las organizaciones y los proyectos culturales comunitarios son epopeyas. Y las epopeyas producen encantamiento. “Debería ser una prioridad para los gobiernos municipales, regionales, nacionales, conocer, reconocer, valorar y potenciar esas epopeyas que se construyen en nuestros barrios y en nuestras zonas rurales, en esos lugares de encantamiento, donde la vida hace posible otras vidas, donde las experiencias son el acumulado de muchas experiencias”, afirmó.
Para Melguizo, también debería ser prioritario recoger el trabajo de gestión del conocimiento de lo que las organizaciones culturales ya saben. “Las organizaciones culturales comunitarias tienen conceptos construidos durante años, tienen metodologías, pedagogías, didácticas, indicadores, documentos. Y se nos va la vida haciendo informes para los gobiernos, cuando deberíamos estar haciendo ensayos de reflexión sobre el trabajo cotidiano, recogiendo qué sabe cada una de las personas que están involucradas allí. ¿Cuál es el conocimiento de sus geografías físicas, sociales y humanas? Nada mejor que una organización cultural de un barrio para conocer su geografía, cada uno de los rincones del territorio.”
El consultor terminó su ponencia proponiendo que inicien esta construcción colectiva con algunas “tareas básicas”. Comenzar por darse cuenta que existen las culturas vivas comunitarias. “Darse cuenta significa que sean vistas, nombradas, que se conviertan -como en Alajuelita o en Medellín- en políticas públicas municipales. Los gobiernos tienen que ser conscientes del papel que cumplen esas culturas vivas comunitarias en el desarrollo integral de sus barrios o de sus zonas rurales, de los microterritorios, porque en estos proyectos hay cultura, por supuesto, pero hay también educación, inclusión, perspectiva de género, miradas y enfoques poblacionales, diversidad, creatividad, desarrollo personal, desarrollo social, desarrollo económico. Hay construcción de convivencia. Es decir, construcción de seguridad”.
Entre las “tareas básicas” de los gobiernos también estarían estas: comprometerse con el fortalecimiento de las culturas vivas comunitarias; asumir la cultura como una tarea necesaria para todas las dependencias del gobierno; destinar buenos presupuestos; crear un programa de Cultura Viva Comunitaria comprometiendo a varias áreas; impulsar en los órganos legislativos, y sumarse como gobierno local a otras redes de trabajo en cultura viva comunitaria, con otros gobiernos similares.
“Hay que entender la integralidad de los proyectos culturales. Estos tienen que hacer parte de acciones mucho más amplias, de articulación e integralidad de los territorios, de todas las áreas de gobierno, y tienen que estar en alianzas con las comunidades y con sectores privados”, destacó, resaltando también que en Medellín se aprobó en 2011 la política pública de Cultura Viva Comunitaria, una ley municipal que permite asumir los programas más allá de la temporalidad de los periodos de gobierno.
Para las organizaciones culturales comunitarias, la tarea básica sería esta: “No aislarse”. “No encerrarse entre las organizaciones de cultura viva comunitaria, a conversar solo entre ellas. Hacemos encuentros latinoamericanos, son divertidos, nos entendemos mucho, vamos y nos encontramos en otro país, 300 organizaciones, nos abrazamos mucho. Pero estamos los mismos con las mismas. Estamos los que ya nos conocemos. Nos vamos a convencer a quienes ya estamos convencidos. (…) Es (necesario) salir de sus encierros, salir de sus propias lógicas, y empezar a incidir de manera distinta en los gobiernos locales, regionales y nacionales, mostrándose también en otras dimensiones”.
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Intercambiando experiencias
Terminada la presentación de Melguizo, Tania Alvarez explicó que la intención es documentar, hablar, “hacer aportes con respecto a lo que hacemos como organizaciones de base, hacer un trabajo en conjunto para definir qué nos parecen estos miedos, dónde están estos refugios y estos encantamientos que decía Jorge”. La representante de Alajuelita también recordó algo que escuchó del consultor colombiano en otra ocasión y que le quedó muy grabado: “Una vez mencionaba que cuando una organización tiende la mano, no está pidiendo, está ofreciendo. Eso es parte de lo que está pasando aquí.”
Según ella, uno de los objetivos básicos de este proceso será analizar, en las mesas de trabajo y conversatorios, qué se ha ido plasmando en las diferentes instituciones que conforman la Red IberCultura Viva de Ciudades y Gobiernos Locales. “Vamos a conocer los Puntos de Cultura de Guadalajara, conocer los hechos y esfuerzos y el trabajo que ha hecho la Secretaría de Cultura de Bogotá, la Comisión de Corresponsabilidad de Alajuelita… Vamos a saber qué pasó con la Carta de Derechos Culturales de Concepción”, contó.
En los conversatorios se presentarán experiencias de México, Chile, Costa Rica, Argentina, Colombia, Perú y Ecuador. Las mesas de trabajo, a su vez, serán híbridas y tendrán la intención de compartir experiencias y generar un espacio de escucha activa sobre prácticas útiles y necesarias en la construcción de leyes, reglamentos y presupuestos para ser gestionados en conjunto. Los tres talleres están programados para realizarse los días 10, 15 y 20 de octubre, en Sala de Sesiones del Concejo Municipal de Alajuelita.
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Video completo del encuentro:
https://www.facebook.com/municipalidadalajuelita/videos/864939568584347
Inscripciones en la convocatoria: https://mapa.iberculturaviva.org/oportunidade/294/
Consultas: cultura@munialajuelita.go.cr/ Teléfono +506 85576488