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Seminario conmemorativo: los resultados y desafíos de IberCultura Viva para los próximos 10 años
Em 18, Dic 2024 | Em Noticias, Seminarios |
(Fotos: LR Fernandes)
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[SEMINARIO | MESA 1]
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El año 2024 se cumplieron no sólo 10 años del programa IberCultura Viva, sino también 20 de Cultura Viva en Brasil. Las celebraciones de estos dos aniversarios se estructuraron en torno a cuatro ejes (Memoria, Reflexión, Futuro y Celebración) que se distribuyeron entre las mesas de los dos seminarios propuestos para celebrar la exitosa historia de esta política cultural de base comunitaria, surgida en Brasil en 2004 y que desde entonces viene inspirando a distintos países del Espacio Iberoamericano. El primer seminario, centrado en el modelo brasileño, se llevó a cabo en Salvador (Bahía), en julio de este año. El segundo, que celebró la primera década de este programa de cooperación, tuvo lugar en Brasilia, los días 27 y 28 de noviembre. La mesa inaugural, dedicada a los resultados de IberCultura Viva a lo largo de estos 10 años, también abordó el impacto de esta política en Brasil y los desafíos para los próximos 10 años.
Para Márcia Rollemberg, secretaria de Ciudadanía y Diversidad Cultural del Ministerio de Cultura de Brasil y presidenta de IberCultura Viva, uno de los principales resultados de este proceso es el impacto de esta política en la sociedad civil, y el impacto de la sociedad civil en el Estado. “Es una relación que trajo innovaciones en la democracia, en la calidad de los procesos democráticos. El programa Cultura Viva inspiró el Marco Normativo de las Organizaciones de la Sociedad Civil, que se construyó en el mismo período, en un proceso permanente de participación. Hoy tenemos participación social no sólo en escuchar, sino en gestionar la política. Nos sentamos con la Comisión Nacional de Puntos de Cultura para implementar estrategias”, comentó.
En la presentación que cerró el primer panel del seminario la presidenta también destacó la importancia del diálogo y la construcción conjunta con la red de Pontones de Cultura que actualmente existe en Brasil. Son 42 Pontones fomentados por el Ministerio de Cultura, 27 territoriales y 15 temáticos, que hacen inclusive alianzas con otros ministerios, en áreas como patrimonio y memoria, género, educación, accesibilidad, culturas indígenas, cultura de matriz africana, entre otros temas.
“(Es necesario tener) esta comprensión de la cultura como determinante de la salud, como componente intrínseco, primero de nuestra humanidad, de nuestro proceso educativo, y de todos estos componentes que vivimos en este momento para promover la diversidad cultural, una diversidad que era tan negada en esta región”, observó. “Este es un momento para reflexionar sobre nuestra historia y encontrar capítulos comunes. En las culturas indígenas, por ejemplo. Los pueblos originarios ya estaban aquí y esta no es una historia de 500 años. Es milenaria. Ya ocupaban esta región y no tenían fronteras nacionales. Eran pueblos, naciones, y lo son todavía hoy. Necesitamos entender que tenemos una deuda en relación con esto”.
Según ella, es hora de hablar de derechos culturales y de cómo estos fortalecen un conjunto de derechos, como el derecho al territorio, el derecho a ser quien eres, el derecho a que tu propia historia sea contada y visibilizada. “Vivimos en un mundo que nos pide actuar. Creo que este es un momento para reflexionar y buscar esta acción”, comentó, destacando que el tema de los derechos culturales está presente en todo el mundo, incluso debido a las guerras y los movimientos migratorios.
Pensando en la cultura como un conjunto de normas y responsabilidades en tres dimensiones (simbólica, económica y ciudadana), Márcia Rollemberg también buscó llamar la atención sobre el hecho de que el ejercicio de los derechos culturales, además de mejorar esos mismos derechos, promueve la equidad y la inclusión, “nos permite conectarnos en redes, tejiendo historias muchas veces no contadas, fomentando encuentros”.
Por ello, al hacer balance de estos primeros años de IberCultura Viva, señaló como primer resultado la cooperación para ampliar esta política que reconoce los derechos culturales, “que no es sólo el derecho a acceder a la cultura, sino el derecho a hacer cultura”. El segundo resultado sería el fomento de la participación, el intercambio y el fortalecimiento de las redes de la sociedad civil, y el tercero sería la ampliación de la política de Puntos de Cultura en Iberoamérica, en una integración e interrelación que trasciende a los gobiernos.
“Queremos aportar al mundo, con esta gran diversidad, esta alegría nuestra, esta forma de ser y de bien convivir, y buscamos que esto sea una realidad, porque sabemos que tenemos nuestras contradicciones”, agregó. “Que trabajemos por las cinco P de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS): personas, planeta, prosperidad, paz y parcerias (alianzas). Porque, como siempre digo, la cooperación es la moneda del tercer milenio: si no la usamos bien, arruinaremos el mundo y no quedará nadie”.
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Trabajo colaborativo
En su intervención, Rollemberg recordó que, en el ámbito de este programa de cooperación, el trabajo colaborativo incluye varios componentes: la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), como órgano de cooperación; los gobiernos de los países miembros; movimientos y redes culturales comunitarios locales, nacionales y latinoamericanas; los gobiernos de los estados, departamentos, provincias y municipios, y los agentes y hacedores de cultura, “que son nuestra razón de existir”. Todos unidos para lograr el mismo objetivo.
Mirando hacia atrás, viendo los resultados del presente, cita algunos, como la exitosa experiencia de formación que inició en 2018 con el Posgrado Internacional en Políticas Culturales de Base Comunitaria, desarrollado en conjunto con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO- Argentina); la conformación del Banco de Saberes Culturales y Comunitarios IberCultura Viva; las publicaciones realizadas durante este período; el Grupo de Trabajo de Sistematización que se conformó con 59 investigadores e investigadoras de 10 países iberoamericanos y que próximamente también se reunirá en la Red Educativa IberCultura Viva.
De cara a los próximos 10 años, lanzando la flecha hacia adelante, Márcia Rollemberg mencionó la importancia de adoptar nuevos compromisos, buscando sinergia temporal e histórica con el programa; tener cada vez más clara la dimensión de la cultura como bien público; promover la democracia y la justicia social; contribuir a la resiliencia ante el cambio climático, y contribuir a la superación de los desafíos que plantea la inteligencia artificial. “Si se usa bien, la inteligencia artificial puede ser buena para todos, de modo que podamos tener tiempo para desarrollar nuestra inteligencia emocional, espiritual y sensorial. Quién sabe, tal vez tengamos una nueva dimensión de la humanidad basada en la inteligencia artificial”, se preguntó.
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Compromisos para otros 10 años
Y para que el programa IberCultura Viva pueda continuar al menos otros 10 años, la presidenta del Consejo Intergubernamental enumeró seis compromisos: 1) Cualificar los datos; 2) Ampliar la integración del campo de la diversidad cultural; 3) Evaluar los impactos; 4) Dar más visibilidad a las políticas de los países miembros; 5) Incorporar nuevos conceptos; 6) Mejorar la política de comunicación.
En el primero de ellos recordó que toda política pública tiene tres pilares: información, educación y comunicación. “Es un bien público. Y para acceder a cualquier política, la gente necesita saber que existe. Entonces es importante la información, saber si es efectiva, si funciona, buscar datos, evidencia y control social”, comentó. Según ella, los datos históricos de cada acción desarrollada agregan valor a la cooperación, y la disponibilidad y calidad de datos e información contribuyen al mejoramiento de acciones y políticas que promueven la ciudadanía cultural, siempre alineadas con lo local, nacional, regional y mundial.
Respecto al segundo compromiso, ampliar la integración del campo de la diversidad cultural, reforzó la importancia de incluir segmentos que quieren ser vistos y quieren participar, basándose en el principio “Nada de nosotros sin nosotros” para promover aún más la escucha, la participación social y la interacción con nuevas voces. También mencionó la idea de incorporar el tema de género, con estudios y acciones específicas; valorar y promover la rica diversidad cultural de la región como un activo para el desarrollo sostenible y el buen vivir, además de potenciar los encuentros de saberes ancestrales, tradicionales y populares, de los pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes y otros pueblos y comunidades que habitan nuestra tierra.
Respecto al tercer compromiso, evaluar los impactos, dijo que le parece difícil, pero no imposible. En este sentido, propuso dar visibilidad al trabajo desarrollado por las y los estudiantes becados del Posgrado en Políticas Culturales de Base Comunitaria de FLACSO-Argentina, y los impactos de este curso en sus trayectorias. Y planteó cuestiones relevantes que los países miembros podrían discutir e intercambiar, como las formas en que evalúan sus políticas culturales; cómo evalúan el trabajo de los Puntos de Cultura en los territorios, qué herramientas de sistematización se utilizan.
Dar más visibilidad a las políticas de los países miembros, que sería el cuarto compromiso, surge de la idea de ampliar y consolidar esta red entre países, potenciar el intercambio de experiencias y dar visibilidad a las políticas culturales de base comunitaria en cada uno de ellos. También comentó que la participación en foros como Mondiacult, la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible, que tendrá lugar en Barcelona (España) en 2025, es fundamental para posicionar a la cultura comunitaria en los ámbitos internacionales vinculados a la cultura.
El quinto compromiso, sobre la incorporación de nuevos conceptos, incluiría temas como la vinculación entre población y políticas públicas frente a los desafíos que plantean, por ejemplo, la cultura digital, las redes sociales y la inteligencia artificial. Además, se pretende crear grupos de trabajo (GT) de participación social con nuevas agendas y otros actores sociales, especialmente jóvenes. Y resaltar y potenciar la transversalidad de la cultura, que valora, da sentido y contribuye a la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
Finalmente, el sexto compromiso, mejorar la política de comunicación, teniendo en cuenta la tríada de información, educación y comunicación. “Cuando hablamos de comunicación calificada, hablamos de comunicación diseñada de forma horizontal. De un proceso interactivo de respeto, de espacio, de un lugar para que cada uno hable, de búsqueda de consensos, de difusión de sus contenidos y experiencias, de cualificación y difusión de la producción de IberCultura Viva”, resumió.
Este balance presentado por Márcia Rollemberg cerró la Mesa 1 del seminario conmemorativo (“Resultados y desafíos del programa IberCultura Viva”), que también contó con una línea de tiempo de la cultura de base comunitaria en la región iberoamericana, a cargo de Diego Benhabib, consultor de redes y formación de IberCultura Viva, y un panorama de la Cultura Viva Comunitaria, trazado por las y los representantes de los países miembros que viajaron a Brasilia para la 14ª Reunión del Consejo Intergubernamental, realizada los dos días anteriores. La mediación quedó a cargo de Flor Minici, secretaria técnica de IberCultura Viva.
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