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Usinas Culturales (2): el audiovisual como herramienta de inclusión y participación

Por IberCultura

Em12, Ene 2017 | Em | PorIberCultura

Usinas Culturales (2): el audiovisual como herramienta de inclusión y participación

En las Usinas Culturales de Uruguay se han producido videos de todos los tipos, y ni siempre vinculados a la música, como muestra el canal del programa en YouTube. Entre los más de 400 videos colgados en la plataforma hay videoclips, cortos de ficción y documentales de los más diversos temas. En barrios emblemáticos de Montevideo, como el Cerro (donde se afincaron inmigrantes de las más distintas procedencias) y Barrio Sur/Palermo (la cuna de la cultura afrouruguaya y del candombe), la relación entre cultura, identidad y territorio es destacada en las producciones del programa, que desde 2009 lleva adelante la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura.

“Cerro y Palermo son zonas con identidad muy propia. La gente defiende el barrio, hay un lado comunitario muy fuerte, los vecinos se ayudan. Nunca hay plata, sin embargo muchos proyectos salen adelante por la fuerza de la sociedad organizada, que se junta y mueve. Los recursos son bajos, pero tienen ideas y quieren hacer cosas”, comenta el técnico Manuel Larrosa, responsable del área de audiovisual de la Usina Cultural Cerro desde 2014.

Manuel Larrosa, técnico audiovisual de Usina Cultural Cerro

La Usina del Cerro se inauguró mediante un convenio firmado en 2009 entre el Programa APEX (Aprendizaje y Extensión de la Universidad de la República) y la Dirección Nacional de Cultura. Es una de las 17 Usinas Culturales que se han instalado en Uruguay (ocho están en Montevideo) con el objetivo de promover el potencial creativo de los ciudadanos a partir del uso de las nuevas tecnologías.

(Foto: Usina Cultural Cerro)

Infraestructura

Las Usinas son centros regionales donde los vecinos pueden grabar música o video gratuitamente. Algunos están dotadas de estudios de grabación musical y equipamiento de video, otras sólo tienen la parte musical o la audiovisual. Las que tienen las dos áreas, audio y video, cuentan con un técnico audiovisual y un sonidista contratados por 30 horas semanales (el Ministerio de Educación y Cultura se encarga de los sueldos de los técnicos). En el caso de la Usina del Cerro, Manuel Larrosa es el responsable audiovisual, y Max Capote el encargado del sonido.

Manuel y Max a veces trabajan juntos en proyectos “dos en uno”, filmando a los músicos en el estudio mientras graban sus composiciones. “Es más fácil, inclusive porque en general el músico, si le sacan el instrumento, no sabe qué hacer, no sabe actuar. En el estudio, protegido con su instrumento, se siente cómodo”, justifica Manuel. Las ideas que llegan de la comunidad, sin embargo, son muchas y abarcan varios temas, géneros y públicos. Van desde huertas en centros educativos y Ajedrez para la Convivencia (programa llevado por el Ministerio de Educación y Cultura) hasta la movida under y alternativa de la cultura montevideana (Tevé Alterna).

Dando las herramientas

A veces los vecinos vienen con proyectos ya armados y la Usina les apoya de alguna manera. “Hace unos meses una banda hizo un videoclip involucrando a una compañía de teatro del Cerro. Vinieron con un guión, con un tema ya producido, y dijeron: ‘Necesitamos que ustedes nos filmen’. Entonces sumamos las fuerzas. Este es un proceso ideal, pero muchas veces pasa lo contrario, vienen con una super idea, pero no tienen ni idea de cómo llevarla a cabo.”

El ideal, según el técnico, es que los proyectos partan de los usuarios, y que ellos se los muevan. “No somos una productora de video”, aclara. “La filosofía de Usinas es darle a los usuarios las herramientas y el conocimiento para que se independicen. La primera vez les damos una cámara, les ayudamos y estamos ahí con ellos. La segunda vez les damos la cámara y un asesoramiento. La tercera vez les damos la cámara y lo filman solos.”

Uno para todo

Para Manuel la experiencia de trabajar en el Cerro ha sido un “gran descubrimiento”. “Por más que había trabajado en ambiente público, cuando uno dice población de bajos recursos, contexto crítico, vos no sabés lo que vas a enfrentar hasta que estás ahí”, afirma el técnico, que es licenciado en comunicación y empezó a trabajar en el barrio considerándose cercano al audiovisual comunitario, inclusive por haber cursado en universidad pública. La realidad, sin embargo, fue un poco más difícil de lo que pensaba.

“Vengo del audiovisual fuerte, he hecho películas con mecánica industrial, donde cada uno se encarga de una parte muy específica. A mí me resultaba difícil lo comunitario al comienzo porque aquí soy el que hace todo, tengo que filmar, editar, hacer la parte de sonido, los guiones…”, explica.

Compartiendo tareas

Manuel cuenta que para llevar a cabo los mayores proyectos, los técnicos audiovisuales de las Usinas empezaron a juntarse y a repartir las tareas. “El último concurso de guiones, por ejemplo, fue enorme. Como el premio era realizar un corto, no hubiera sido posible si no hiciéramos eso de juntarnos”, comenta.

El concurso de guiones, que busca difundir la mirada de los jóvenes en torno al consumo de drogas, está en su tercera edición. La convocatoria cerró el 28 de noviembre de 2016 y tuvo como ganador Una noche para el recuerdo, con guión de Guillermo Trochón. El premiado recibirá $15.000 (pesos uruguayos) en equipamiento audiovisual y producirá el corto junto a Usinas Culturales. (El salto y Fruta fueron los ganadores de los concursos anteriores.)

En colaboración

Además de las iniciativas de los vecinos, los videos realizados en las Usinas también pueden partir de trabajos conjuntos con instituciones. En 2015, por ejemplo, en una colaboración con el Instituto Nacional de la Juventud (INJU), la Usina del Cerro hizo un proyecto con el grupo Jóvenes en Red sobre los estudiantes de un liceo que, decididos a juntar plata para un campamento, pidieron permiso para usar la cocina industrial en las vacaciones de julio para hacer pizzas, muffins, tartas, alfajores, etc, y venderlos dentro y fuera de la escuela. “Fuimos a filmar eso y estuvo genial”, elogia Manuel.

Otra experiencia marcante fue la producción del documental sobre el Paisaje Industrial Fray Bentos, declarado patrimonio mundial en 2015. En vez de hacer un simple video sobre la celebración de la declaración de la Unesco, se decidió entrevistar a los habitantes de la localidad y a ex trabajadores del frigorífico Anglo, que allí funcionaba, para que aquello quedara como un testimonio, algo para el futuro. “No queríamos filmar los fuegos artificiales”, justifica el técnico. “Preferimos entrevistar a los veteranos que habían trabajado en el frigorífico en la época de oro, los años 50, 60, y fueron testimonios increíbles.”

(* Texto publicado el 12 de enero de 2017)

Sepa más:

www.mec.gub.uy/usinasculturales

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