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Los círculos de Cultura Viva, “el movimiento social de las culturas”, reunieron a más de 120 personas en Emergencias, en Río de Janeiro
Em 14, Dic 2015 | Em Noticias |
“No se crea un movimiento, eso es una construcción. Sin embargo, (el programa) Cultura Viva llegó a un nivel de madurez que podemos orgullosamente llamarlo así. Es un movimiento cultural importante en Brasil y en Latinoamérica. Y estamos cada vez más convencidos que es el movimiento social de las culturas”.
Ivana Bentes, secretaria de la Ciudadanía y de la Diversidad Cultural de Ministerio de Cultura de Brasil (SCDC/MinC) y presidenta de IberCultura Viva, terminó así la primera mañana de trabajo del Encuentro de Cultura Viva realizado en el marco del evento Emergencias, en Río de Janeiro. Y esa certeza de la importancia del movimiento siguió hasta el final de los tres días de encuentros de conversación en portugués y español que tuvieron lugar en la Fundição Progresso y el Palacio Gustavo Capanema, en el centro de Río, del jueves al sábado (de 10 a 12 de diciembre).
Más de 120 personas estuvieron presentes en el primero de los tres días del Encuentro de Cultura Viva previstos en la programación de Emergencias. Entre los invitados estuvieron representantes del Comité Intergubernamental IberCultura Viva, del Consejo Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria, de la Comisión Nacional de los Puntos de Cultura, de la Red de Gestores Estatales y Municipales de Cultura Viva y de proyectos contemplados en la Convocatoria Cultura de Redes, promovida recientemente por el Ministerio de Cultura de Brasil.
El jueves empezó con la presentación de los invitados en el Espacio NEC, uno de los espacios de la Fundição Progresso, y terminó con una ciranda guiada por Alexandre Santini, director de la Ciudadanía y de la Diversidad Cultural del Ministerio de Cultura, y todos los presentes danzando y cantando de manos dadas. A lo largo de casi siete horas de conversación, se discutieron temas como el papel de la cultura en el estado democrático, los desafíos de la implementación de la Política Nacional de Cultura Viva y las consecuencias del avance de una ola conservadora en Latinoamérica.
Diversidad
Muchos de los participantes también contaron un poco de sus realidades, de las experiencias de cultura viva comunitaria en sus países o municipios. La costarricense Carolina Picado Pomarth, por ejemplo, destacó la importancia del reconocimiento de la diversidad de procesos en Iberoamérica, de la capacidad de transformación social de los grupos organizados, y del diálogo entre los gobiernos y la sociedad civil. “No queremos una ayuda del Estado. Queremos trabajar juntos, mano a mano.”
“En Centroamérica empezamos hace diez años un proceso de integración a partir del reconocimiento de la diversidad. Como la diversidad es una ley natural de todo sistema y es normal ser diferentes, vimos que la mejor manera de conocernos es aceptando el aprendizaje, el intercambio, el reconocimiento que cada país tiene de sus expresiones de trabajo comunitario”, afirmó Carolina, que es integrante de la Red Maraca, el Movimiento de Arte Comunitario de Centroamérica.
La boliviana Selva Esther Zabala, a su vez, dijo que era necesario dar más atención a las comunidades, a los municipios, “no solamente aquellos donde hay pueblos originarios, sino también los pueblos que no tienen una identidad cultural propia”, como el municipio donde vive. “Como no tiene identidad, el recurso para la cultura es muy pequeño”. Para ella, es necesario hacer redes, “fortalecer el tejido y hacer el intercambio cultural” con acciones dentro de las propias posibilidades, sin esperar que alguien financie, “porque esperamos, esperamos, y no pasa nada”.
La municipalización también fue comentada por Ivana Bentes. “Nosotros creemos que existe una revolución que viene del interior. Es el alcalde, el gestor municipal… El territorio puede hacer una enorme transformación”, resaltó la secretaria. “Hay incluso óptimos gestores de partidos de oposición al gobierno. La eficacia del programa Cultura Viva, el impacto simbólico en el ciudadano es tan grande que los partidos están poniendo ese bien común encima de la disputa política. Vimos eso en las pequeñas ciudades de Brasil. Cultura Viva está en mil de los 5 mil municipios brasileños. Y muchas veces el Punto de Cultura surge por presión de la comunidad”.
Cultura jurídica
Alexandre Santini añadió que la reglamentación de la Ley Cultura Viva (la ley nº 13.018, sancionada por la presidenta Dilma Rousseff en julio de 2014) ha traído algunos avances con la creación de leyes municipales y estatales en Brasil. Además, existen problemas relacionados con el desconocimiento de instrumentos aprobados por la ley, como el Término de Compromiso Cultural (TCC), creado para simplificar la transferencia de recursos para las organizaciones culturales.
De ahí surge la importancia de llevar a debate temas como el Marco Regulatório das Organizações da Sociedade Civil (“Mrosc”), que vino con la Ley nº 13.019/2014, una especie de “ley hermana” de la Ley Cultura Viva en Brasil. Iniciativa de la Secretaría General de la Presidencia, el “Mrosc” tiene como objeto perfeccionar el ambiente jurídico e institucional con respecto a las organizaciones de la sociedad civil y sus relaciones de colaboración con el Estado.
“Es necesario que tengamos una nueva cultura jurídica, tener otros mecanismos de relación con el Estado”, observó Santini. “Este tal vez sea el avance más importante en este momento, de crisis política y económica. Precisamos tener avances institucionales para evitar criminalizaciones y persecuciones a las entidades culturales en cualquier escenario político. Eso vale para otros países de Latinoamérica. Sin una cultura jurídica para proteger las organizaciones culturales comunitarias, estaremos siempre amenazados por las élites, porque la estructura del Estado no está pensada para los sectores populares, para la cultura comunitaria, para las redes culturales.”
Democracia en crisis
La relación de la cultura con la política en este momento de crisis de la democracia en Latinoamérica siguió como pauta a lo largo del día. El rol de las políticas públicas en la construcción de la relación del Estado con la sociedad, cómo crear estructuras jurídicas, políticas e institucionales que tengan en cuenta esa relación compleja, fueron algunas de las cuestiones citadas por los participantes del encuentro.
“La relación de los movimientos con el Estado es opresora”, afirmó el curitibano João Paulo Mehl, de la Rede Livre, uno de los proyectos contemplados en la Convocatoria Cultura de Redes del ministerio brasileño. “Los instrumentos jurídicos que tenemos hoy igualan una organización de base comunitaria y una gran consultora en su exigencia, en el rigor de la aplicación de los recursos. La burocracia coloca como rehenes de ese proceso a los grupos culturales. (…) Ahora tenemos una disputa jurídica y política al mismo tiempo. La jurídica es el desafío de construir una red de abogados culturales para dar soporte a los movimientos, para pensar conjuntamente, para que tengamos más cualidad para crear debate político. Y para que la relación entre el Estado y la sociedad avance de manera más justa.”
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