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Experiencias

Cecual: una experiencia de gestión cultural asociada con la comunidad

Por IberCultura

Em16, May 2017 | Em | PorIberCultura

Cecual: una experiencia de gestión cultural asociada con la comunidad

Resistencia, la capital de la provincia de Chaco, en Argentina, es conocida como la “ciudad de las esculturas”, un museo al aire libre donde se pueden observar en las calles, plazas y parques más de 600 obras escultóricas de artistas argentinos y de otros países. En el corazón de la ciudad hay dos patios abiertos donde también se respira arte y que desde hace ocho años se afirma como un espacio de encuentro, convivencia y diálogo de vecinos, artistas, gestores y hacedores culturales.

Allí funciona el Centro Cultural Alternativo, el Cecual, una institución pública que pertenece al Instituto de Cultura de Chaco y llama la atención por una particularidad: en su espacio físico conviven 20 colectivos independientes. En este “vecindario cultural” se encuentran una productora audiovisual, una editora independiente, una asociación que trabaja con arte y salud mental, un colectivo de comunicadores que mantiene una radio, un colectivo de fotógrafos que tiene un laboratorio, grupos de música que tienen su incubadora musical, un colectivo de diseñadores…

Con el lema “cultura del encuentro”, el Cecual funciona como un espacio de formación y extensión a la comunidad, desarrollando múltiples actividades que apuntan a las prácticas culturales solidarias, generación de espacios de convivencia, talleres de inclusión, infancia y medio ambiente, ciclos de charlas, música y espectáculos diversos.

(Fotos: Cecual)

La colaboración

Francisco “Corcho” Benítez, director a cargo del centro cultural, cuenta que se trata de una experiencia de gestión asociada con la comunidad, inclusive en términos de elaboración de proyectos y de decisión de presupuestos. La colaboración entre los colectivos genera instancias de producción conjunta, lo que hace del lugar un espacio de mucha producción cultural. Además, hay un sistema de contraprestación que los colectivos hacen en términos de servicios o recursos no económicos con el centro cultural y con la comunidad.

“Todos los colectivos, por la utilización del espacio físico dentro de la institución, generan diversos talleres, capacitaciones, trabajos hacia afuera de la comunidad, asistencias diversas”, afirma. “Es un esquema de participación dentro del ámbito público,  pero también con instancias de horizontalidad en la toma de decisión en lo que respecta la política del contenido del centro cultural, en lo que respecta sus presupuestos”.

“Fue un proceso que fuimos consolidando a lo largo del tiempo”, comenta Corcho. “Nosotros que estamos trabajando ahí, muchos venimos del ámbito independiente y al pasar al ámbito público intentamos llevar adelante un proyecto que creíamos que podía resultar exitoso, que es el Estado dialogando en igualdad con la producción cultural independiente, con las asociaciones, las organizaciones”.

El centro cultural existe hace 20 años, pero los colectivos ocupan su espacio físico hace menos tiempo, desde 2008. Y este proyecto de gestión asociada ha crecido mucho, se van sumando cada vez más colectivos al centro, lo que ha generado un nivel mayor de participación, de empoderamiento de la comunidad con el espacio.

Los desafíos

El Cecual, afirma Corcho, se ha transformado en un espacio de discusiones comunitarias, amplias, “un centro cultural que se piensa como un interlocutor, un mediador entre distintos ámbitos, la calle, el auditorio, los saberes previos, los nuevos conocimientos, las formas de la cultura popular con las nuevas formas de producción cultural, tratando de ver como esos flujos se enriquecen mutuamente”.

En este espacio social se trabajan cuestiones relacionadas con infancia y artes desde una perspectiva de derechos, temáticas relacionadas con discapacidades, la relación de cultura y accesibilidad. “Intentamos que el centro cultural sea un laboratorio de políticas públicas de gestión colectiva, entonces intentamos generar experiencias, documentar, poder hacer aportes a lo que creemos que pueden transformarse luego en políticas públicas”, explica.

“Un desafío importante para nosotros tiene que ver con cómo, desde una institución pública, se puede acompañar a proyectos autogestivos, independientes o autónomos de una manera que no pierdan sus singularidades, sus particularidades, sus formas y sus lógicas de producción, pero que a su vez todos se conviertan a un proyecto colectivo, que es el Centro Cultural Alternativo”, resalta el director. “Es también un desafío nuestro, desde la gestión, acompañar, saber respetar los tiempos y las modalidades organizativas.”

Gestionar espacios de calidad y convivencia, fortalecer procesos colaborativos y acompañar los distintos momentos por lo que pasan los proyectos culturales son algunas de las funciones del centro cultural, cuyo espectro de trabajo va desde la producción de diseño hasta las ciencias sociales. “El proyecto no se entiende sin esa vinculación fuerte entre una institución pública y organizaciones de la sociedad civil, sin la convivencia y el aporte de estos proyectos”, señala Corcho.

El reconocimiento

Convencido de que un espacio cultural no se define sólo por su contenido sino por su manera de construir y compartir, Corcho lleva adelante la idea de que los recursos públicos son herramientas para la participación comunitaria y que es importante pensar la gestión de organismos públicos abiertos a la comunidad, de carácter participativo, inclusivo y sustentable.

A lo largo de estos años, por esta forma organizativa que ha tenido, de reconocimiento, de entusiasmo por el trabajo de la comunidad y los colectivos, el Cecual ha tenido también una relevancia a nivel regional y nacional. Sosteniéndose en una ciudad con poco más de 500 mil habitantes, el centro, con sus múltiples actividades, está en relación con unas 60 mil personas, según Corcho.

Entre diseñadores y ciclistas, amantes de las artes y las huertas, los “cecualeros” que los colectivos congregan en el centro cultural son cerca de 300 personas. “A veces tenemos colectivos que no tienen espacio físico ahí, pero sí participan de alguna manera, y hay toda una producción cultural que tiene que ver con ciclos de música, ciclos de teatro, y mucho con su entorno, su producción local, ampliada en los últimos años a un vínculo fuerte con toda la región (Misiones, Corrientes, Formosa) y con lazos fuertes con Paraguay”, afirma.

Este año, los días 31 de marzo, 1 y 2 de abril, decenas de gestores culturales de Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay se reunieron en el Cecual en el 1er Encuentro Federal de Gestores. Durante tres días, en el patio de la casa, bajo el árbol del ambay, los participantes del encuentro discutieron cuestiones de género, inclusión, militancia cultural, derechos indígenas e industrias culturales, entre otros temas. A final, cómo defiende Corcho Benítez, no se puede hacer o pensar la gestión cultural sin una mirada histórica y política que permita comprender las disputas y complejidades siempre presentes en un territorio, en un país, en una región.

(*Texto publicado el 16 de mayo de 2017)

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