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Experiencias

La Asociación Pracatum y la revolución de los tambores en Candeal: música, educación y desarrollo comunitario

Por IberCultura

Em17, Ene 2020 | Em | PorIberCultura

La Asociación Pracatum y la revolución de los tambores en Candeal: música, educación y desarrollo comunitario

Candeal Pequeno es una comunidad donde se respira música. En este barrio de Salvador de Bahía (Brasil) donde nació el músico Carlinhos Brown, distintos percusionistas se juntaron y abrieron puertas para una serie de movimientos artísticos y sociales que han cambiado la vida de los habitantes de la región.

En esta favela diferente de las demás, lo que se ve por las calles son personas de todas las edades con instrumentos, con deseos de aprender a tocar, cantar y bailar. “Cuando entras por Candeal por primera vez y empiezas a respirar y a ver a la gente por la calle, y sobre todo a ver a los niños, hay algo dentro de ti que te cambia”, afirmó el español Fernando Trueba, director de El Milagro de Candeal, un documental en forma de “musical social” rodado en el barrio en 2004.

Candeal Pequeno es parte del barrio de Brotas, una comunidad con población de baja renta que limita con barrios de clases media y alta de Salvador de Bahía. En este lugar, donde viven cerca de 1.800 familias y 9.300 personas, existen cuatro asociaciones barriales, cuatro plazas, una cancha de fútbol, una cuadra de deportes, una escuela de música y tecnologías, cuatro estudios de grabación, una cooperativa de reciclaje de aceite residual de cocina, una escuela de inglés, una escuela infantil de período integral y un centro de salud.

Gran parte de esta estructura se debe al trabajo colectivo desarrollado en el barrio por la Asociación Pracatum, creada en 1994 por Carlinhos Brown, este artista inquieto que identificó el potencial de los vecinos y vecinas, y propuso, a través de la música, rescatar la herencia cultural del Candeal y aprovechar elementos de la realidad local para promover la transformación socioeconómica.

 

 

La comunidad es una de las más antiguas de la ciudad, con fuerte herencia africana. “Era una roça santera de candomblé, un centro sagrado donde era difícil llegar. Era una selva. Hasta los 12 años viví allí, sin luz eléctrica, sin saneamiento, sin escuela”, contó Carlinhos Brown en el conversatorio sobre cultura comunitaria que se realizó el 4 de noviembre de 2019 en el Museo del Carnaval de Montevideo (Uruguay), durante la Semana de la Cooperación Iberoamericana.

Brown, que es embajador iberoamericano de la cultura desde 2018, fue invitado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) a participar de este encuentro con representantes del programa IberCultura Viva y de Puntos de Cultura de Uruguay y Argentina, y relatar su experiencia con este proyecto social que desarrolla en el barrio de Candeal desde 1994.

Cómo comenzó

Representantes de Puntos de Cultura participaron de conversatorio con Carlinhos Brown en Montevideo

Al explicar el contexto en el que surgió la Associação Pracatum Ação Social, el músico brasileño contó cómo el barrio dejó de ser una selva en los años 1970 (después que el entonces gobernador del estado decidió abrir un nuevo camino hacia el aeropuerto de Salvador, con una carretera pasando por ahí), y cómo la realidad local años más tarde demostró la necesidad de movilización y cambio de la comunidad.

“Con la carretera que se construyó vino el ‘desarrollo’, y ahí nosotros que vivíamos allí empezamos a conocer la realidad. Nuestros padres comenzaron a llegar a la edad anciana, y teníamos que trabajar, pero no estábamos preparados, no teníamos educación. Hubo una recesión, y pasamos a tener graves problemas sociales, como el alcoholismo y la violencia doméstica”, explicó. “Fue un señor llamado Mestre Pintado do Bongô quien trajo la luz social. Era un músico que estaba casi desistiendo de su profesión, porque la música que hacía, la música rumbera, estaba en decadencia. Un día fui a conocer su toque, y aquello cambió mi vida. Él abrió mi mente para el mundo.”

Fue Mestre Pintado do Bongô (en el documento, Osvaldo Alves da Silva) quien inició a Carlinhos Brown (en el documento de identidad, Antonio Carlos Santos de Freitas) en la percusión. Sin hijos próximos, él lo adoptó como a un hijo, y le enseñó todo lo que sabía en materia de tambores. Cuando Carlinhos avanzó con la percusión, comenzó a frecuentar el barrio del Pelourinho, donde había un importante movimiento de percusionistas. “Éramos chicos con la convicción de que nuestra disciplina podría cambiar lugares, y buscamos aprender. Y allí aprendí todo lo que la percusión puede hacer, cumbia, guaracha, murga, tango, candombe… Pasé por todo este estudio y empecé a crecer como ciudadano, con mucha alegría y mucha disciplina. El problema es que yo saltaba, pero el barrio estaba en la misma situación”, comentó.

Cuando comenzó a componer músicas y a ganar dinero con ellas, Carlinhos Brown pasó a poner en práctica algo que también había aprendido con Mestre Pintado do Bongó:  el compartir. Una parte del dinero que recibía por sus composiciones la guardaba para comer, y la otra era para la comunidad. “Hubo un apoyo de la ancestralidad, de la espiritualidad, que me hizo grande. Y me hizo grande no para ser diferente, sino para ser un agente social”, afirmó el músico, cantante, compositor, arreglador, productor y agitador cultural que nunca se consideró un líder, “sino una mirada atenta junto a otras miradas”. 

“Los percusionistas nos juntamos y todos salieron sabiendo cómo hacer lo que yo estaba haciendo. Conseguimos crear nuevas formas de liderar la comunidad, y eso ha sido una revolución”, resaltó Brown. “Así empezamos a buscar un movimiento de alfabetización, porque el autobús pasaba y la gente no sabía cuál tomar. Invité a psicólogos, pedagogos, técnicos, profesores, y comenzamos a tener un desarrollo social colectivo. La comunidad hablaba de sus necesidades en encuentros como este, y con ello fuimos buscar escuelas para los niños, buscar saneamiento, buscar una forma de que las casas no se vinieran abajo con las lluvias, y así las cosas fueron saliendo.”

Por algunos años fue Carlinhos Brown quien financió el proyecto; hoy en día, la Asociación Pracatum se sostiene con recursos y servicios de organismos internacionales, gubernamentales, instituciones de enseñanza, empresas y asociaciones del tercer sector. La entidad también es uno de los Puntos de Cultura certificados por el gobierno federal.  

 

Cómo funciona

La Asociación Pracatum es una organización de la sociedad civil, sin fines de lucro, que surge de la necesidad de profesionalización de la comunidad y de la búsqueda de alternativas para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Sus actividades se dividen en dos programas principales: Tá Rebocado, orientado al desarrollo comunitario, y Pracatum, la escuela de música y tecnologías. A partir de estos dos ejes se desarrolla una serie de proyectos educativos, culturales, de urbanización y saneamiento del barrio. 

El programa de desarrollo comunitario de Candeal se inicia en 1994 con el objetivo de promover la transformación social a partir de las necesidades de la comunidad, siempre respetando la realidad local y las subjetividades de sus habitantes. (“Tá Rebocado” es una jerga local, popular en la década de 1990, que designa confirmación, asertividad.) 

El proyecto tiene como filosofía la construcción comunitaria, participativa y democrática. Los pobladores del barrio han sido la base legitimadora del proceso, pues identifican las reales necesidades vivenciadas en la comunidad y colaboran con soluciones prácticas y tangibles. La participación activa de la comunidad ha sido un factor preponderante, desde la fase de identificación de demandas hasta el momento de construcción de propuestas, de implementación y ejecución de las actividades, así como de seguimiento y evaluación de los procesos iniciados.

A lo largo de estos años, el programa ha logrado resultados como la ampliación de las redes de cloacas y saneamiento urbano, abastecimiento de agua y electricidad; la construcción de 120 unidades habitacionales; mejoras en 50 residencias; pintura y revoco en 60 casas; mejora en la cancha de fútbol; el fortalecimiento de microempresas, a través de cursos de capacitación; la implementación de un centro de salud; la creación de una escuela infantil; la formación de una escuela de música, y la construcción de dos plazas públicas.

 

La escuela de música

El programa de música, educación y cultura de la Asociación Pracatum utiliza metodologías que contribuyen al desarrollo de los alumnos, buscando, más allá de la enseñanza teórica, la promoción de una actitud responsable, solidaria y ciudadana.

Fundada en 1999, la Pracatum-Escuela de Música y Tecnologías tiene un enfoque en la enseñanza técnica y profesional en el campo musical. La escuela se propone a pensar la música a partir de sus múltiples facetas, buscando capacitar sus alumnos por medio del aprendizaje práctico de los instrumentos y del estudio de las teorías musicales, sus repertorios y procesos históricos. La propuesta pedagógica abarca la apropiación de los ritmos populares y la búsqueda por innovaciones.

Desde su creación, la escuela ha formado a cerca de 2 mil músicos, en un espacio pedagógico que proporciona el desarrollo de estudios, investigaciones y producciones en el terreno musical. La estructura dispone de un estudio de grabación, salas de aula, biblioteca, estudios individuales y para la práctica en grupo, y una sala con cerca de 400 instrumentos diversificados.

 

Los cursos de Educación Profesional Técnica ofrecidos por la Pracatum son: Curso Técnico en Instrumento Musical (con una carga de 1.200 horas) y Curso Técnico en Procesos Fonográficos (864 horas). Estos cursos fueron reglamentados por el Ministerio de Educación de Brasil en noviembre de 2014, y las primeras cohortes iniciaron en mayo de 2016.

Los cursos, talleres y workshops realizados en la escuela proporcionan a los alumnos diversas vivencias e intercambios. La intención es prepararlos para el mercado musical, enseñándoles las etapas de preparación, producción y difusión de la música, fomentando el respeto y la importancia de todos los profesionales involucrados en el cadena musical. 

Una referencia iberoamericana

Esta historia de cómo los vecinos y vecinas de Candeal han logrado mejoras en la parte de vivienda y saneamiento básico a partir de los tambores -y de cómo la solidaridad, la lucha y el trabajo de un pequeño grupo de personas pudieron cambiar y mejorar la vida de toda una comunidad- hoy es una referencia para organizaciones culturales comunitarias de varios países de Iberoamérica. En el encuentro realizado en Montevideo con Puntos de Cultura de Uruguay y Argentina, los representantes de las organizaciones participantes comentaron cómo El Milagro de Candeal, el documental de Fernando Trueba, les sirvió de inspiración para desarrollar los trabajos en sus territorios.

Para Fernando Trueba, Carlinhos Brown comenzó a desarrollar esta serie de acciones musicales y sociales, a las que pronto se sumaron otras personas, porque sabía que la música le había salvado y creyó que podía representar lo mismo para los demás jóvenes. “Carlinhos tiene muy desarrollado el sentido de la responsabilidad hacia su comunidad”, comentó el cineasta. “Es un espejo para muchos chicos e intenta repartir esa responsabilidad para que Candeal no sea sólo él. Es la reencarnación perfecta de Peter Pan: cuida de los niños, los organiza, los hace vivir aventuras, fabrica una realidad”. 

 

(*) Texto publicado el 17 de enero de 2020

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Página web: https://www.pracatum.org.br/

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(Fotos: Associação Pracatum Ação Social)