Experiencias
Por IberCultura
Em08, Ene 2019 | Em | PorIberCultura
Caja Lúdica: una legión de gigantes comprometidos con la construcción de la cultura de paz
En Guatemala, el colectivo Caja Lúdica y los grupos juveniles de arte comunitario organizan, entre otras actividades, el Encuentro en Zancos Comparsa Chitik. En diciembre de 2018, la comparsa cerró el 1º Congreso Mesoamericano de Culturas Vivas Comunitarias, llevando al menos 300 personas a las calles de la ciudad de Quetzaltenango con sus mensajes de paz, esperanza y alegría. En diciembre de 2016, en la 10ª edición del encuentro, otros cientos de jóvenes y danzarines en zancos fueron a las calles y parques del centro histórico de la Ciudad de Guatemala para sensibilizar a las personas sobre la problemática del agua y el respeto a la naturaleza.
Es así –por medio del juego público y la comparsa– que los jóvenes activistas, animadores y gestores culturales comunitarios de Caja Lúdica contribuyen a sembrar referentes de paz y convivencia en los barrios y comunidades de Guatemala, basados en la armonía, el respeto y la cooperación. Desde las alturas, jugando a ser gigantes, hacen un llamado para que todos se congreguen en el baile ancestral del Chitik (así como en las otras expresiones culturales y tradiciones que han recuperado) y aporten a la cultura de paz enfocada en los derechos humanos.
La metodología
Creada en el año 2001, la Asociación Civil Caja Lúdica impulsa procesos de formación, organización e incidencia a través de la “Metodología Lúdica, Acción, Participación, Transformación” (MLAPT). Su propósito es crear espacios para la vida, la paz y la convivencia en los barrios, acercando el juego, la lúdica, el arte y las manifestaciones artísticas a las aulas, familias y comunidades para contribuir a la no violencia, a la recuperación de la confianza y a la generación de relaciones basadas en el respeto, el afecto y la solidaridad.
La acción se centra en el enfoque vivencial participativo y aporta contenidos alternativos ausentes en los procesos de enseñanza y aprendizaje del sistema educativo tradicional, partiendo del hacer para potenciar las capacidades creativas del ser. Las niñas, niños, jóvenes y participantes en estos procesos son vistos como sujetos portadores de derechos, por lo tanto protagonistas de su propio desarrollo.
La metodología es un proceso de formador de formadores que les involucra en la multiplicación de los conocimientos adquiridos, fomentando la capacidad de liderazgo y proposición y contribuyendo a la libre organización en la comunidad. Participan mujeres y hombres, maestras y maestros, en su mayoría jóvenes y adolescentes de comunidades urbanas y rurales del país.
“Desarrollamos primeramente un proceso de sensibilización con las y los jóvenes, las personas de las comunidades, procesos más formativos, de cultura, memoria histórica, derechos humanos….Luego pasamos al paso siguiente, de la articulación en sí. (…) En esta metodología participativa, desarrollamos talleres, conversatorios, reuniones entre la sociedad civil y el gobierno local, para plantear la necesidad de crear una política cultural con enfoque de la comunidad, que atienda a las necesidades de la comunidad”, afirmó Pedro Ochoa, representante de Caja Lúdica, en el 2º Encuentro de Redes IberCultura Viva, realizado en Quito (Ecuador) en noviembre de 2017.
El contexto
En diciembre de 2016, en una de las mesas del 1º Encuentro de Redes IberCultura Viva, promovido en Buenos Aires conjuntamente con el 3º Encuentro Nacional de Puntos de Cultura de Argentina, el guatemalteco-colombiano Doryan Bedoya comentó que el país, como muchos de Latinoamérica, atraviesa un proceso de memoria histórica, verdad, justicia y reparación. (Guatemala vivió un conflicto armado interno entre 1960 y 1996; se estiman más de 200 mil muertos y 45 mil desaparecidos en este período.) “Nosotros, como artivistas y como activistas culturales nos situamos ahí, dijimos cómo contribuimos y de hecho nos ubicamos en la memoria histórica para la no repetición.”
Los Acuerdos de Paz en Guatemala fueron firmados el 29 de diciembre de 1996. Caja Lúdica surgió cinco años después. “La idea nuestra no era ir contra de, sino en favor del amor, de la paz, de los derechos. En este sentido, trabajamos procesos de sensibilización artística y cultural que fueron ganando espacio”, contó. “Estos procesos son una combinación de educación popular, psicosocial, lúdica, cultura viva comunitaria… Ayuda a desatar las energías, los nodos que tenemos, que arrastramos como sociedad enferma por las dictaduras, por las guerras. Nosotros jugamos, bailamos, cantamos, hacemos poesía, muralismo, para abordar la memoria, los derechos, y sobre todo para sanar. Ha resultado muy bien.”
Los diplomados
A la Universidad de San Carlos (la universidad pública de Guatemala), Caja Lúdica les presentó un proyecto educativo-institucional que contenía dos diplomados, uno en animación cultural comunitaria y otro en gestión cultural comunitaria. “Estas dos profesiones que incorporamos eran muy necesarias para construir paz y para que la juventud participara en la reconstrucción del tejido social, en la recuperación de la confianza”, resaltó Bedoya. Posteriormente hicieron un diplomado de emprendimiento cultural y producción artística y un diplomado para maestras y maestros en educación lúdica y expresión artística.
En 2018, Caja Lúdica pasó a ofrecer cuatro diplomados que tienen como base la animación y/o la gestión cultural, con proyección específica a campos como el emprendimiento creativo, la creación artística, el team building y el circo social. Estos diplomados están dirigidos a procesos formativos actualizados y sintetizados, a ser realizados con la modalidad presencial de cuatro horas semanales, complementados a distancia, para un total de 80 horas, durante tres meses.
“Los procesos educativos son dinamizados por jóvenes, porque nosotros trabajamos con la lógica de formación de formadores, con un efecto multiplicador muy grande en las comunidades y barrios populares. También impulsamos procesos organizativos, es decir, jóvenes se organizan, artistas se organizan en sus barrios, en sus comunidades según sus formas, sus culturas y también sus sueños, y eso lo acompañamos.”
Según Doryan Bedoya, los procesos de incidencia –que el colectivo también desarrolla y acompaña– empiezan por el ser humano. “Propiciamos metodologías que permiten el autoconocimiento, el sanar, el ganar la confianza en sí mismo y en los otros. La incidencia no es solo en las políticas; es primero en tu corazón, en tu conciencia, por donde germina la paz. Luego, cuando construimos confianza a nivel comunitario, podemos entrar a la construcción de políticas culturales a nivel municipal, a nivel nacional.”
Incidencia en políticas públicas
La idea es que a partir de las acciones lúdicas y artísticas propuestas en los procesos, los/las jóvenes participen proactivamente en la vida de su comunidad y municipio, y con ello transformen su situación y condición a nivel familiar, comunitario, municipal y nacional.
Como resultado de estos procesos, se han impulsado políticas públicas de juventud y cultura en cuatro municipios de Guatemala: Aguacatán, Chiantla, Villa Nueva y Quetzaltenango. Estas políticas están aprobadas, en procesos de gestión de presupuestos participativos o implementándose parcialmente en los municipios.
A nivel nacional, Caja Lúdica participa en redes en las que convergen organizaciones de la sociedad civil que buscan la aprobación de una Ley Nacional de Juventud y la implementación de la Política Nacional de Juventud 2012-2020.
Culturas Vivas Comunitarias
En estos 17 años de existencia, el colectivo ha ayudado a conformar la Red Guatemalteca de Arte Comunitario, que cuenta con más de 40 grupos. Sus procesos organizativos también les llevaron a conformar, junto con organizaciones culturales de los países vecinos, la red Maraca- Movimiento de Arte Comunitario de Centroamérica, que posteriormente se articuló a la Plataforma Puente de Cultura Viva Comunitaria.
Caja Lúdica impulsa el Movimiento de Culturas Vivas Comunitarias de Guatemala, aglutinando a diversas organizaciones culturales del país que promueven el uso de espacios públicos y el sentido de comunidad, el cuidado de la naturaleza, el fomento de la creatividad, la reflexión, la recuperación de la memoria y los conocimientos de las/los abuelos y pueblos originarios.
Además de las comparsas y juegos públicos –expresiones artísticas y culturales que rompen con lo cotidiano e invitan a descubrir y reinventar–, promueven talleres, encuentros, festivales, ferias, intervenciones artísticas y animación de eventos culturales. Entre sus montajes teatrales se encuentran “La Feria” (sobre racismo y discriminación), “Zonas Rojas” (sobre equidad de género, prevención de la violencia contra la mujer, resiliencia, empoderamiento), y “Lavado Completo” (sobre medio ambiente y tecnología digital).
También cuentan con el Editorial Ventana Abierta, para el diseño y mediación de módulos y guías de aprendizaje con metodologías lúdicas, artísticas y de educación popular; edición de spots radiales y audiovisuales, y edición de videos con enfoque social. Asimismo, ofrecen consultorías en expresión artística, educación, derechos humanos y derechos culturales, memoria histórica, cultura de paz, gestión de riesgo, arte como puente para la salud, prevención de la violencia hacia las mujeres e igualdad de género, agua y saneamiento.
Es así, jugando a ser gigantes, que buscan recuperar la espontaneidad del ser, dar alegría y esperanza, posibilitar nuevas maneras de ver y disfrutar la vida. En las palabras de Doryan Bedoya: “La lúdica y el arte hacen magia, despiertan a la gente, les da conciencia”.
Conoce más de Caja Lúdica: https://www.cajaludica.org
(*Texto publicado el 8 de enero de 2019)