Los Congresos de Cultura Viva Comunitaria: los hilos de la historia y la capacidad de enredarse

Fotos: Georgina García/Puntos de Cultura

Pasó, de mano en mano, un ovillo en el teatro del Centro Cultural San Martín, en Buenos Aires, el segundo día del 1º Encuentro de Redes IberCultura Viva y del 3º  Encuentro Nacional de Puntos de Cultura. El tema era el anuncio de la fecha del 3º Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria —que se  realizará del 20 al 25 de noviembre de 2017 en Quito, Ecuador— pero no se resumió únicamente a eso. Antes de que el ecuatoriano Nelson Ullauri Velasco anunciara los días del evento, otros compañeros del Consejo Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria subieron al escenario para hablar de las ediciones anteriores de los congresos, organizadas por las redes de CVC en Bolivia en 2013, y en El Salvador en 2015.

El historiador brasileño Célio Turino, uno de los creadores y principales impulsores de la idea de Cultura Viva y los Puntos de Cultura, fue el primero en tomar el ovillo en las manos. Buscando recuperar el hilo de la historia, recordó el mito de Ariadna (la hija del rey que le dio a Teseo un ovillo para servirle de guía en el laberinto donde entraría para matar al Minotauro) para decir que  también es así con la cultura, con la historia, con nosotros mismos. “Siempre entramos en laberintos, pero es necesario que tengamos condiciones de salir”, comentó.

Turino: «Es la gente quien tiene la sabiduría, quien construye las cosas»

Según Turino, la historia de la Cultura Viva “empezó con el primer indígena que entró en este continente y compartió los conocimientos más simples, como los secretos de una hierba para curar un dolor”. De ahí viene una parte de la idea de la política de Puntos de Cultura: que los gobiernos dirijan sus presupuestos, sus inversiones, a las iniciativas ya desarrolladas por la gente, “porque es la gente quien tiene la sabiduría, quien construye las cosas”.

Una línea del tiempo proyectada al fondo del escenario ayudó a contar la historia de esta política pensada desde abajo hacia arriba. Entre los principales marcos se encuentra el Fórum Social Mundial de 2009, realizado en Belém (Brasil), con la reunión de organizaciones latinoamericanas en la mesa de debate “Puntos de Cultura: Políticas Públicas y Ciudadanía Cultural”, y el Encuentro Latinoamericano Plataforma Puente, que llevó a Medellín (Colombia) a una centena de organizaciones culturales comunitarias en 2010 y resultó en el lanzamiento de la red continental Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria.

Nogales recordó la Caravana por la Vida, que inspiró el 1º Congreso Latinoamericano: «Fue épico»

Primer congreso

Turino pasó el ovillo al boliviano Iván Nogales cuando la historia llegó a 2012, año en que el Teatro Trono – Compa, fundado por él en 1989, hizo la “Caravana por la Vida – De Copacabana a Copacabana”. En un teatro camión  salieron 25 actores del Lago Titicaca (Bolivia) rumbo a la Cumbre de los Pueblos en Río+20, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, en Río de Janeiro (Brasil). La aventura fue un factor crucial para la decisión de hacer en Bolivia el 1° Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria.

En Río se decidió que del mismo modo que los bolivianos movilizaron una caravana para ir a Brasil, las organizaciones comunitarias de otros países se movilizarían para hacer el camino de vuelta el año siguiente, en una Caravana por la Paz, y allí realizar su primer congreso. “Insistieron para que nosotros fuéramos los organizadores”, contó Nogales. “Me dijeron que serían unos 250, 300. Llegaron 1200. Los argentinos eran casi 300, los brasileños 270, los peruanos unos 170, los colombianos 40… Había de todo. Fue épico. Nos reunimos en tres días y logramos cosas muy significativas en políticas públicas para el continente. El movimiento se hace sólido en la medida en que somos capaces de enredarnos.”

La ciudad de La Paz fue “tomada poéticamente por asalto” por alrededor de 1.200 activistas artístico culturales provenientes de 17 países de América Latina en mayo de 2013. Participaron 35 representantes de gobiernos, conformando una alianza hacia políticas públicas que garanticen el 0,1% de los presupuestos públicos para la Cultura Viva Comunitaria. Finalizado el congreso, se elaboró de manera colectiva un manifiesto denominado “Declaración de La Paz” en el cual los participantes resaltaban lo que había significado este evento y algunas de sus perspectivas.

Marlen Argueta habló del 2º Congreso, realizado en El Salvador en 2015: «La bandera de la Cultura Viva Comunitaria se convirtió en una esperanza»

Segundo congreso

De las manos de Iván Nogales el ovillo pasó a Marlen Argueta, de la Red Salvadoreña de Cultura Viva Comunitaria, organizadora del 2º Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria, realizado en octubre de 2015, bajo el lema “Convivencia para el bien común”. Al tomar el micrófono, Marlen llamó al escenario a los otros representantes de Centroamérica presentes y comentó cómo la “bandera de la Cultura Viva Comunitaria se convirtió en una esperanza” para las organizaciones de la región, marcada por décadas de luchas, conflictos y masacres.

Según ella, la idea inicial era que Guatemala (aquí representada por Doryan Bedoya, del colectivo Caja Lúdica, y Claudia Orantes, de Caracol) fuera la sede del segundo congreso, pero algunas dificultades acabaron cambiando los planes para El Salvador. “Asumimos el compromiso y recibimos a 500 personas de 17 países. Fuimos al final 700 personas. Estuvimos en  los principales parques y avenidas de San Salvador y aprovechamos para llevar a toda la gente hacia los barrios, las comunidades, tomando las plazas y reivindicando lo público”, resaltó. En San Salvador se acordó que el congreso siguiente sería en Ecuador.

Ullauri: «Existe un largo caminar en la cuestión de lo comunitario; hay que rescatarlo, fortalecerlo»

Tercer congreso

Cuando llegó su turno para hablar, el ecuatoriano Nelson Ullauri Velasco dijo que quería comenzar con una metáfora andina. “Cuando se habla de semillas, de comienzos de procesos, se habla de los prendedores de fuego. Todo prendedor de fuego lo hace desde abajo, y ese fuego encendido por los prendedores, hay que mantenerlo, hay que seguirlo alimentando para que inunde todos los nuestros espacios, sentimientos, corazones y futuros”, afirmó.

Para Ullauri, que trabaja en la gestión cultural comunitaria desde 1990, así también es con el proceso de Cultura Viva. “No surge de la noche a la mañana de tal año, es un proceso milenario de todas las culturas y pueblos ancestrales, puesto que ellos manejaron la cultura y lo comunitario. Hoy somos gratos anfitriones del 3º Congreso de Cultura Viva Comunitaria, y existe un largo proceso y un largo caminar en la cuestión de lo comunitario, de la gestión cultural y barrial. Hay que rescatarlo, fortalecerlo, revitalizarlo. (…) Que el 3º Congreso se constituya en un verdadero referente de lo que queremos que sea realmente el movimiento.”

Lo comunitario, según Ullauri, es el enfoque fundamental del 3º Congreso Latinoamericano. La idea es que en Quito se pueda realmente reflexionar sobre ello, sobre los avances de una sociedad que tenemos que construir, “una sociedad libre de egoísmos, de personalismo, donde prime lo comunitario”. “Queremos invitar a todos los compañeros de Latinoamérica para que reciban ese debate en sus territorios, y podamos llegar a Ecuador con una experiencia y un discurso sólidos, y podamos tener una propuesta sólida de Cultura Viva Comunitaria. Que llevemos un amalgama inmenso de puentes, de saberes, para que realmente se constituya un referente a nivel de los procesos sociales. Que el encuentro sea una reunión de la sagrada familia latinoamericana soñando con futuros mejores, con un mundo mejor, construyendo de poco a poco. No podemos perder nunca la esperanza.”