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Las visitas a las comunidades marcan el segundo día del Congreso de El Salvador
Em 29, Oct 2015 | Em Noticias |
Fotos: Zulma Masi
San Miguel, Jiquilisco, Sonsonate, Chalatenango, San Vicente, Cacaopera y Segundo Montes fueron algunos de los pueblos/municipios de El Salvador visitados por los participantes del 2º Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria a lo largo de este miércoles (28).
Se organizaron nueve circuitos para que los congresistas conocieran la realidad de las comunidades salvadoreñas y el trabajo que ha sido desarrollado por las Casas de la Cultura Viva Comunitaria. Los integrantes del Comité Intergubernamental del programa IberCultura Viva hicieron la “ruta de la memoria histórica”: Jiquilisco, San Miguel y El Mozote.
La primera parada, en Jiquilisco, fue al sonido de las mañanitas de la chanchona de Los Tabales de Eriguayquín. El grupo se había presentado un día antes en San Salvador, llevando a bailar en el escenario del Teatro Nacional a una gran parte de la audiencia, durante la apertura oficial del congreso. Comidas típicas, como “corazas”, “totopostes” y “honradas”, fueron servidas en la Casa de la Cultura Viva Comunitaria, una de las 155 que existen en el país y que había sido reabierta dos meses antes.
En la segunda ciudad, San Miguel, la visita empezó por el Teatro Luis Poma, que estaba en ruinas y está siendo restaurado desde hace cinco años. A continuación, en la plaza central, se presentaron la banda de chicas Lolotique y un grupo de danza folclórica. Actores de un grupo de teatro local, el Chapeltique, hicieron una performance en la plaza, vestidos y pintados de blanco, como estatuas.
El circuito terminó en el Sitio Histórico de El Mozote, donde hubo una de las mayores masacres contra civiles de la historia reciente de América Latina. El 11 de diciembre de 1981, durante la guerra civil salvadoreña, fueron asesinadas allí cerca de mil personas. Hombres, mujeres, niños.
Supervivientes como María Dorila Márquez, que perdió a los padres, a la hermana que estaba embarazada, a los sobrinos y a la mayor parte de la familia del marido, luchan aún hoy por justicia. “Sabemos quiénes fueron. Hay testimonios de soldados que cuentan con detalles lo que hicieron con los niños. Y nadie pagó por eso”, contó Dorila, actualmente presidenta de la Asociación Promotora de los Derechos Humanos de El Mozote.
Decenas de congresistas homenajearon las víctimas de la masacre de El Mozote entregando rosas y encendiendo velas en el memorial donde están los nombres (y restos mortales) de muchos de ellos.