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Intercambio Abya Yala: un encuentro multicultural
Em 26, Jul 2016 | Em Noticias |
El proyecto Kwatiara Abya Yala, uno de los siete ganadores de la categoría 3 de la Convocatoria IberCultura Viva de Intercambio, preveía la producción de dos libros digitales, en español y portugués, de autores de comunidades indígenas argentinas. Con estos libros, la colección Kwatiara, que comenzó con ebooks de diferentes etnias del territorio brasileño, se transformaría en una colección mayor, iberoamericana. Pasados algunos meses del inicio de la producción, los libros “La pequeña Francisca” y “Huellas ancestrales” están en la fase final de ilustraciones. Y gracias a ésto, algo más sucedió en este intercambio cultural: se realizaron dos encuentros presenciales de representantes de las organizaciones involucradas en este proyecto.
En enero de 2016, Sebastián Gerlic, del Punto de Cultura indígena Thydewá (Bahía), y Atiã Pankararu, líder espiritual de la etnia Pankararu (Pernambuco), pasaron 15 días en Córdoba y Salta para conocer las comunidades Comechingón Sanavirón Tulián y Linkan Antai Corralitos, cuyas historias serán contadas en los libros. Seis meses después, del 16 al 20 de junio, gracias al apoyo del Ministerio de Cultura de Argentina, Mariela Tulián y Alfredo Casimiro, los referentes de dos Puntos de Cultura indígenas argentinos, retribuyeron la visita participando del Encuentro Multicultural en la sede del Pontão de Cultura Esperança da Terra, en Olivença (Ilhéus, Bahia). También estuvo en Brasil para este encuentro la directora nacional de Diversidad y Cultura Comunitaria del Ministerio de Cultura de Argentina, Sabrina Landoni.
Las impresiones
Mariela Tulián, casqui curaca de la comunidad indígena Tulián (Pueblo Nación Comechingón), de San Marcos Sierras, Córdoba, consideró “muy enriquecedor” este viaje a Bahía. “Conocimos el mundo de los Puntos de Cultura, mundo que era prácticamente desconocido para nosotros”, comentó. “Y el intercambio con otras comunidades indígenas es siempre enriquecedor porque encontramos puntos en común que no estaban tan claros y nuevas estrategias que tampoco veíamos. Ver y conocer cómo otros pueblos indígenas están accionando para defensa del territorio, para defensa de la cultura, nos abre las puertas y las posibilidades para ir en caminos nuevos hacia la defensa de nuestra cultura ancestral.”
A Alfredo Casimiro, cacique de la comunidad Linkan Antai Corralitos, de Salta, le pareció bueno todo el proceso de intercambio, la experiencia del contacto con otro organismo, el espacio dado para ir creciendo y luchando en comunidad. “Es interesante seguir realizando con otro hermano ese intercambio porque se aprende mucho y yo creo que es la manera de ir avanzando en nuestro proceso”, afirmó, destacando también el proceso histórico de las comunidades indígenas en Brasil y la manera que se organizan y pelean por sus derechos.
La programación
El encuentro empezó el jueves 16 de junio con un ritual intercultural en que participaron representantes de los pueblos Pataxó, Pataxó Hãhãhãe, Tupinambá, Terena, Pankararu, Kariri-Xocó (Brasil), Atacama y Comechingón (Argentina). Cada persona, en círculo, comentó sobre su historia de vida, sobre su pueblo y sobre su Punto de Cultura.
Fueron objetos de conversaciones entre brasileños y argentinos iniciativas como el comercio solidario de arte y artesanías indígenas (www.risada.org) realizado en Brasil; el Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios (ENOTPO), presentado por Alfredo Casimiro, y la Coordinadora de Comunicación Audiovisual Indígena de Argentina (CCAIA), presentada por Mariela Tulián.
Muchos de los participantes eran mujeres, ya que el Pontão de Cultura Esperança da Terra trabaja con el tema de género. En este primer día el grupo consensuó hacer radio web, dándole por nombre ̈Radia Cunhá, la voz de las mujeres indígenas”. También se realizó un círculo para dialogar sobre feminismo y la cultura del estupro/abuso; buen vivir y feminismo indígena.
El viernes 17 de junio el grupo participó de la elaboración de programas de radio web hechos por las mujeres indígenas de los Puntos de Cultura con el apoyo de la Universidad Estadual de la Santa Cruz (UESC). Después los participantes del encuentro tomaron el día para darse a conocer los programas de Cultura Viva de ambos países, detallando sus acciones y sus resultados. Hubo distribución de libros y bibliografías.
El día siguiente comenzó con las mujeres dialogando sobre salud y sexualidad. Después se volvió a hablar de las políticas públicas de cultura, y en especial sobre Cultura Viva, comparando las realidades de los dos países. En Argentina, por ejemplo, la población indígena corresponde a 6,6% (2,8 millones) de un total de 42 millones de habitantes; en Brasil, donde la población total es de 200 millones, los indígenas son cerca de 900 mil (0,45%). En Argentina hay 450 Puntos de Cultura; en Brasil se estiman 4.000.
El domingo 19 de junio hubo una charla sobre violencia contra la mujer y un círculo de diálogo de cinco universitarias con las mujeres indígenas “construyendo puentes y alianzas entre los conocimientos científicos y los ancestrales”. Además de una visita a la casa de harina, fue un día de reconocimiento de plantas nativas, hierbas medicinales, intercambio de saberes. Un recorrido a comunidades Tupinambá, la entrega de algunos libros de la colección “Índios na visão dos índios” para sus autores y una presentación de la organización Thydewá sobre sus principales programas complementaron la programación. El lunes fue de evaluación final de los trabajos, providencias y participación en ritual indígena Tupinambá.
La segunda etapa
Después del regreso de Sabrina Landoni a Buenos Aires, los referentes indígenas argentinos siguieron en viaje unos 800 km, desde Bahía hasta Pernambuco, rumbo al Punto de Cultura Pankararu. Ahí ocurrió la segunda etapa del encuentro, con interacciones del 23 al 30 de junio. La programación empezó el jueves 23 con una charla con las autoridades locales, una ceremonia tradicional y el reconocimiento de la geografía del territorio demarcado en 12.350 hectáreas, homologado y registrado de los 8.000 indígenas Pankararu.
Los libros digitales producidos con el apoyo del programa IberCultura Viva fueron objeto de discusiones el viernes, avanzando en la producción de los mismos y del proyecto como un todo. Además, hubo intercambio sobre salud indígena y hierbas medicinales, sobre cria de ovejas, cabras y gallinas, diálogos sobre cultura y salud, cultura y sustentabilidad, recolección de semillas (cacao, graviola, zapallos) y visita a una casa de parto. Paralelamente a todas las actividades se realizaron clases de fotografía digital.
El sábado hubo recolección de algarroba blanca y otros frutos. Sebastián Gerlic cuenta que para el pueblo de Mariela Tulián, los comechingón, la algarroba tiene un sentido espiritual, además de la soberanía alimentaria. Para los pankararus, la planta no es autóctona, viene de fuera, y orientada a dar de comer a las cabras. “Como la algarroba estaba siendo utilizada solamente en esta función, Mariela les mostró cómo utilizarla, cómo hacer harina, café, achocolatado, para la alimentación familiar. Hubo una reunión con 20 y tantas mujeres, ella preparó unas recetas y comentó sobre el espiritual. Fue interesante porque ellos nunca habían pensado que la planta tenía la función de alimentación del ser humano”, destacó. El día cerró con un Cine Fórum sobre El abrazo de la serpiente, la película colombiana de temática indígena, dirigida por Ciro Guerra.
Domingo y lunes fueron días de discusiones sobre la producción de los libros digitales La pequeña Francisca (Comechingón) y Huellas ancestrales (Atacama). También se realizaron visitas a las escuelas Pankararu y charlas con alumnos y profesores sobre educación intercultural bilingüe. El martes y el miércoles, 28 y 29 de junio, el grupo volvió del Punto Pankararu al Punto Tupinambá para dibujar las conclusiones del encuentro en el Pontão Esperança da Terra.
Al final se consideró que el intercambio fue rico para todas las personas e instituciones relacionadas directamente, generando eco en las comunidades participantes, y abriendo a los Puntos de Cultura Indígenas sus panoramas de expectativas y horizontes. Fue sugerido continuar, a distancia, con el intercambio y buscar la posibilidad de promover expansiones y profundización también presencialmente; en especial en las políticas y los programas de Cultura Viva de ambos países y entre los Puntos de Cultura Indígena iberoamericanos.
Diferencias y similitudes
Según el anfitrión Sebastián Gerlic, el intercambio fue enriquecedor para las seis etnias brasileñas y dos argentinas que ahí estaban y se encontraron en sus diferencias y similitudes, independientemente de los Puntos de Cultura, el trampolín que potenció el encuentro. “Se discutieron las políticas y los derechos en nivel de lo que se entiende como educación diferenciada, salud diferenciada, desarrollo diferenciado. Entonces fue muy rico en el sentido de encontrar la similitud y percibir la diferencia y poder dialogar, encontrar y provocar reflexiones y caminos para seguir en las luchas”, comentó.
Gerlic destacó también los rituales espirituales –hechos de manera diferente, conforme las tradiciones de cada pueblo, pero convergiendo al mismo lugar, a la misma idea–, el interés en conocer la realidad de otros Puntos de Cultura, la necesidad de mostrar a las poblaciones iberoamericanas la realidad de las comunidades indígenas.
“Si en Brasil las personas casi no conocen a sus indígenas, imagina si conocen a los de otros países de América… Lo mismo pasa en Argentina. Si no conocen a sus propios indígenas, imagina si van a tener alguna idea correcta sobre los indígenas de otros países, más allá de las imágenes distorsionadas, folclóricas, del indígena desnudo que la Rede Globo consiguió mostrar. Nadie tiene información clara, no se sabe cuántos son ni dónde viven, cuáles son sus valores culturales y sus tradiciones”, afirmó el presidente de Thydewá.
La posibilidad de contar las historias, luchas, logros, la constitución de las leyes, “desde una perspectiva de Punto de Cultura en cuanto lugar de memoria, lugar de difusión y formación de jóvenes”, fue fundamental para ellos. Inclusive porque los libros producidos en el proyecto tienen esa misión de divulgar las culturas indígenas, valorarlas, respetarlas, provocar diálogos. Según Gerlic, indígenas de otras cinco comunidades argentinas ya estarían interesados en dar continuidad a la colección de libros Kwatiara Abya Yala (en tupi, “escrita indígena de América). “Es grande el deseo de continuar caminando, profundizando este intercambio y avanzando para otros. Vamos a trabajar en eso, cada uno desde su posición.”
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