El Congreso de El Salvador termina con una celebración afectuosa y un nuevo punto de encuentro: Ecuador

La red de colectivos y entidades culturales que se organiza desde hace una década en América Latina en torno a la economía solidaria, a la democracia participativa y al buen vivir está hecha de afecto. Por eso una de las principales imágenes del 2º Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria es la de la plenaria final, todos juntos en la Concha Acústica de la Universidad de El Salvador, sonrientes, celebrando el encuentro y convocando al próximo. El tercer congreso de la “cultura de la alegría y de la afectuosidad” será en Ecuador, en 2017.

Además del anuncio del local del próximo congreso, la plenaria realizada en la mañana de sábado, último día del evento en San Salvador, sirvió para informar prioridades, tareas y ejes de trabajo del Consejo Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria para el bienio 2015-2017.

El argentino Eduardo Balán empezó la plenaria hablando de los años de desarrollo del movimiento de Cultura Viva Comunitaria, el esfuerzo de transformarlo en un proyecto continental (con la realización del primer congreso, en Bolivia en mayo de 2013, “un acontecimiento épico maravilloso”), la idea de crear un consejo latinoamericano.

“Vimos que no se trataba apenas de hacer un congreso de dos en dos años, sino que debería haber un equipo latinoamericano que todos los días fuera apoyando, sistematizando y comunicando las diferentes luchas en todos los países, y en algunos casos protegiendo”, comentó Balán, citando el asesinato del compañero Víctor Leiva en 2011. Conocido como El Mono, por sus habilidades acrobáticas, Leiva era uno de los fundadores del colectivo Caja Lúdica. Murió en Guatemala, víctima de un disparo, “víctima de las facciones que generan violencia en toda América Central”.

Eduardo Balán habló de los años de desarrollo del movimiento y de la idea de crear un consejo latinoamericano de CVC. Foto: Mario Alberto Siniawski

Grupos de trabajo

Al enfatizar que no se trata de un órgano representativo en los términos clásicos (ya que la Cultura Viva Comunitaria no es un fenómeno representable en los moldes tradicionales, con presidente, secretario, etc), Balán se refirió al Consejo Latinoamericano como “un equipo que trata de ayudar a alentar, visibilizar y empoderar todo lo que va ocurriendo en los territorios”.

Para tener un “mínimo esquema organizativo” el consejo definió cinco grandes áreas de trabajo: a) legislación y políticas públicas; b) economía social; c) desarrollo territorial; d) formación; e) comunicación. Estos cinco temas fueron escritos en carteles pegados al lado del escenario de la Concha Acústica. Todos los que quisieran entrar en los grupos de trabajo para participar de las discusiones debían anotar sus correos electrónicos.

Creado durante el 1º Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria, en Bolivia, el consejo se reunió en Buenos Aires en 2013, y en São Paulo en noviembre de 2014. Esta fue la vez de San Salvador. La próxima reunión debe ser en Salvador (Bahía, Brasil) en el marco de la Teia, el gran encuentro de Puntos de Cultura brasileños, en mayo de 2016. Leandro Anton, del Punto de Cultura Quilombo do Sopapo (Rio Grande do Sul), invitó a todos durante la plenaria.

Leandro Anton invitó al Consejo a participar de la próxima Teia, en Salvador (Bahía), en mayo de 2016. Foto: Mario Alberto Siniawski

Evaluación

La peruana Lula Martínez Cornejo leyó la primera parte del documento elaborado por el grupo durante el congreso, con vistas a dar continuidad a las reflexiones allí iniciadas para que el consejo siga con su rol de articulador y facilitador de los procesos de Cultura Viva Comunitaria en el continente.

Lula habló de las prioridades y de los ejes de trabajo para 2015-2017, de las evaluaciones sobre el funcionamiento de las comisiones y, principalmente, de la preocupación de que el consejo recupere su naturaleza de “núcleo dinamizador” con respecto al flujo de información, a las articulaciones, a los encuentros, a las incidencias políticas.

Lula Martinez habló de los ejes de trabajo para 2015-2017. Foto: Mario Alberto Siniawski

“El Consejo Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria ha tenido una importancia simbólica clave, sobre todo en los procesos de negociación con actores más poderosos, del Estado, de los gobiernos”, afirmó la ex-regidora, autora de la Ley Cultura Viva de Lima. “Y las metodologías han privilegiado la articulación, el consenso, lo que no sería posible si no estuviéramos cuidando también de la hermandad, de la escucha, de la administración de las complejidades que vienen surgiendo en los distintos procesos de construcción en varios países.”

Comunicación, formación y sistematización son las tres acciones centrales del consejo. Y entre las prioridades está la constitución de espacios de intercambio, celebración, aprendizaje y organización en cada uno de los países. De ahí la importancia de los congresos nacionales de CVC, de los festivales locales, de las caravanas. En palabras de Lula: “Que avancemos en una demostración creciente de nuestro movimiento en un proceso de empoderamiento de todas las redes, de todos los actores”.

… Y todos corrieron para hacer la foto final