Experiencias
Por IberCultura
Em18, May 2016 | EmBrasil | PorIberCultura
Thydêwá: el sueño colectivo que dio voz a los pueblos indígenas
El 9 de julio de 1994, Día de la Independencia de Argentina, Sebastián Gerlic hizo las valijas y fue a vivir a Brasil. Le faltaban dos días para cumplir 25 años. Seis meses antes, había pasado un mes viajando por el Nordeste de Brasil, de Fortaleza a Salvador. Enamorado del país, dejó el empleo en una agencia de publicidad donde era productor audiovisual, abandonó las dos universidades que estaba cursando (Comunicación Social e Historia del Arte), dejó la carrera de cineasta, y se marchó a São Paulo. En la capital paulista, consiguió un trabajo como asistente de un director de comerciales de televisión. Y estuvo trabajando como publicitario en los seis años siguientes. Hasta el día en que una bomba casi le cayó en la cabeza.
“El día 22 de abril de 2000, yo estaba en Porto Seguro (Bahia) filmando la manifestación de los 500 años de resistencia de los indígenas cuando mandaron a bombardear a los manifestantes. Mientras las bombas caían en nuestras cabezas, agarré mi pipa y fumé pidiendo a Tupã para no morir. Ese día dejé la publicidad de una vez y pasé a ‘enseñar’ comunicación a los indígenas, a reaprender lo que es vivir en la convivencia con ellos”, cuenta Sebastián, que en esos más de 20 años en tierras brasileñas tuvo poca conexión con la tierra natal.
La pipa no apareció por casualidad en el medio de la manifestación. Desde que llegó a Brasil, además de actuar como publicitario, Sebastián también se dedicó a los estudios del chamanismo. Un interés que vino de los tiempos de adolescência. “A los 13 años hice un viaje, solo yo y mi padre, fuimos al norte de Argentina y ahí conocí a los indígenas. Años después, hice un viaje por Bolivia y Perú y me enamoré de ellos. Mi sueño era hacer documentales para la televisión y mostrar al mundo que la ‘civilización dominante’ estaba loca y enferma, suicidándose y asesinando a un montón de especies y culturas”, comenta.
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La organización
El sueño pasó a tomar forma con Thydêwá, organización no gubernamental que actuó de manera informal en Salvador (de Bahía) entre 1998 y 2002, período en que coordinó la producción y editó los cuatro primeros volúmenes de la colección Índios na visão dos índios (“Indígenas en la visión de los indígenas”). “Fue justamente haciendo Índios na visão dos índios que decidimos nacer con personería jurídica”, explica Sebastián, uno de los fundadores de la ONG.
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“Thydêwá nace de una alquimia multicultural: indígenas de Alagoas, Bahía y Pernambuco, dos paranaenses, una gaúcha, un baiano, un chileno y un argentino. Éramos un colectivo que a veces tenía más gente, otras menos. Con garra de cuidar de lo institucional éramos menos, pero lo más importante siempre fue lo que circulaba por los corazones, lo que es hecho desde y por los corazones”, afirma el argentino, que actualmente comparte la sociedad con cuatro indígenas: Potyra Tê Tupinambá (Bahía), Mayá Pataxó Hãhãhçae (Bahía), Nhenety Kariri-Xocó (Alagoas) y Atiã Pankararu (Pernambuco).
Más que una serie de libros, Índios na visão dos índios terminó siendo una tecnología sociocultural educativa de Thydêwá. Por medio de ella, indígenas analizan la propia realidad actuando como historiadores, antropólogos y periodistas. Son ellos mismos que sacan las fotos, recogen los testimonios, escriben, dibujan, dialogan con alumnos en las escuelas, dan entrevistas, construyen y comparten sus mensajes.
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La colección de libros ya cuenta con 26 títulos en papel — muchos de ellos están disponibles gratuitamente en formato digital. “Los ejemplares circulan dentro y fuera de las aldeas, sirviendo para estrechar las relaciones interculturales, creando puentes entre las culturas indígenas y las sociedades de la globalización, promoviendo la cultura de paz”, resalta Sebastián. Según él, más de 1000 indígenas de más de 20 etnias ya interactuaron con y desde esta tecnología socioeducativa, reconocida en premiaciones brasileñas e internacionales.
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En red
Otro proyecto muy premiado de Thydêwá es la Red Índios On-Line, que lleva internet a siete aldeas para facilitar la comunicación entre los pueblos, tendiendo puentes de doble mano con las comunidades indígenas. El proyecto recibió en 2004 el Premio de Inclusión Digital Telemar y, el año siguiente, ganó la primera convocatoria de Cultura Viva, pasando a ser reconocido como Punto de Cultura. Aún en 2005, 41 becarios indígenas empezaron a trabajar en seis comunidades como Agentes de Cultura Viva.
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En 2009, tras recibir el Premio Mídia Livre por las acciones de la Red Índios On-Line, la organización firmó convenio como responsable por el Pontón Esperança da Terra. En 2014, con más premios ganados y ya reconocida como Punto de Memoria y Punto de Lectura, Thydêwá dio inicio a la Red de Puntos de Cultura Indígena de Nordeste de Brasil.
“Cultura Viva es el mejor programa que nuestra institución conoce. Primero porque nació de reconocer lo que existe, pulsa reconociendo y apoyando los trabajos, vive de potenciar la vida. Es un programa especial porque se construye en la interacción real”, escriben ellos en Cultura Viva – Esperança da Terra, el 19º libro de la serie Índios na visão dos índios, que tuvo el Pontón como narrador.
En el 20º título de la colección, Pelas mulheres indígenas, más de 20 mujeres de ocho comunidades del Nordeste de Brasil realizaron fotografias y escribieron sobre sus vidas, sus sueños, sobre ser mujer indígena hoy. El libro, que también cuenta con una cartilla sobre cómo prevenir y actuar en casos de violencia conyugal, era parte de un proyecto de formación de agentes multiplicadoras de transformación social. Además de encuentros en la sede de la ONG, en Olivença (Ilhéus, Bahía), el proyecto preveía la creación de una red multiétnica, la Comunidad Colaborativa de Aprendizaje por las Mujeres Indígenas (www.mulheresindigenas.org).
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Libros digitales
Y fue con la intención de llevar la palabra indígena a mucha más gente, en todo el mundo, que lanzaron la colección de libros digitales Kwatiara. Dirigidos a niños, jóvenes y adultos, descargados en tablets, celulares o en archivos .pdf, los dos primeros e-books (O canto da Lua y Dois irmãos no mundo) tienen versiones en cuatro idiomas: portugués, inglés, francés y español.
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O canto da Lua, título que abre la serie, está basado en un porancy (canto indígena tradicional) que cuenta lo que pasó después que los tupinambás pasaron a dormir frente a la televisión: Jacy (la Luna, en lengua tupi) dejó de brillar. Dois irmãos no mundo, a su vez, es una historia del pueblo kariri-xocó contada por un guardián de las memorias de la aldea, sobre dos hermanos que nacieron a las orillas del río São Francisco, crecieron felices y en comunión con la naturaleza, hasta que un bello día uno de ellos decidió marcharse de la aldea, ansioso por conocer lo que el mundo le reservaba.
Kwatiara empezó con libros de autores indígenas de distintas etnias del territorio brasileño para “niños de 0 a 100 años”. Con el apoyo del programa IberCultura Viva (este proyecto fue uno de los siete ganadores de la categoría 3 de la Convocatoria de Intercambio, lanzada en 2015), la colección ha crecido, pasando a ser de Iberoamérica. En su versión más grande pasó a llamarse Kwatiara Abya Yala (en tupi, “Escrita indígena de América”).
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El intercambio
Las dos primeras historias iberoamericanas que van a tener un e-book en la serie Kwatiara Abya Yala vienen de Argentina: Comunidad Indígena Territorial Comechingón Sanavirón Tulián (de Córdoba) y Comunidad Linkan Antain Corralitos (de Salta). Una de ellas ya terminó el texto y está encargada de los dibujos del libro.
El contacto entre brasileños y argentinos, iniciado por correo electrónico, se estrechó en enero de 2016, cuando Sebastián Gerlic y Atiã Pankararu fueron a Argentina visitar a Mariela Tulián y Alfredo Casimiro, los dos indígenas que contestaron al llamado de Thydêwá para empezar una colaboración a causa de la Convocatoria IberCultura Viva de Intercambio. En junio, Mariela y Alfredo van a retribuir la invitación visitando el Pontón Esperança da Terra, en Ilhéus. Sabrina Landoni, directora de Diversidad y Cultura Comunitaria del Ministerio de Cultura de Argentina, también es esperada en este encuentro en Bahía.
“Era mi deseo compartir con nuestros hermanos indígenas de Argentina los casi 14 años de experiencia en tecnologías socioculturales que creamos con Thydêwá”, afirma Sebastián. En esos años de trabajo en Bahía, él viajó varias veces para Europa llevando indígenas brasileños, fue y volvió a Colombia, recibió a indígenas colombianos en Thydêwá en tres ocasiones, recibió a estadunidenses, a uruguayos, a celtas. Pero solamente ahora puede, finalmente, realizar el sueño de intercambiar experiencias con los coterráneos.
(*Texto publicado el 18 de mayo de 2016)
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