Experiencias
Por IberCultura
EnEm 17, Feb 2022 | Em Argentina | Por IberCultura
Red Jujuy Cultura Viva: incentivando los encuentros y el rescate de saberes de las comunidades
La Secretaría de Cultura de Jujuy, en Argentina, ha firmado convenios de cooperación con comisionados e intendentes de los municipios de la provincia, con el objetivo de garantizar los derechos culturales de las comunidades, concretar capacitaciones, incentivar encuentros y el rescate de saberes culturales de cada localidad. Un total de 54 municipios de las cuatro regiones de la provincia (Puna, Quebrada, Yungas y Valles) conforman actualmente la Red Jujuy Cultura Viva.
Uno de los ejes de la Red Jujuy Cultura Viva tiene como propuesta trabajar con las personas que hacen base en territorio y que constituyen un nexo entre el Estado y las comunidades originarias. Para la Secretaría de Cultura, ellas son la esencia de esos tejidos, de esos vínculos con las comunidades que día a día luchan por rescatar y preservar los saberes culturales, por cuidar el patrimonio material e inmaterial y por reafirmar su identidad en cada expresión cultural.
El Programa de Formación Continua «Jujuy Cultura Viva», que tuvo inicio el 3 de octubre de 2021, en una primera etapa se destina a estos referentes culturales, que conforman las áreas y los equipos de Cultura de los 54 municipios con los cuales se firmaron los convenios de cooperación, y quienes trabajan íntegramente con las comunidades originarias de cada jurisdicción. La actividad busca fortalecer la articulación permanente entre los organismos municipales y la Secretaría de Cultura de la provincia, además de promover el intercambio de saberes entre las personas participantes.
Este ciclo de capacitaciones y talleres se ha desarrollado de forma virtual, dividido en seis módulos con temáticas como patrimonio, derechos culturales, elaboración de proyectos, ceremonial y protocolo, comunicación y redes sociales y una temática de elección libre a interés de los referentes culturales. En cada encuentro se da un intercambio que se enriquece por las opiniones y las experiencias transmitidas por cada referente cultural. Según la Secretaría de Cultura, este trabajo previo se constituye como un relevamiento necesario para conocer las realidades y las necesidades culturales de cada comunidad, con el objetivo de abarcar en una segunda etapa un programa de talleres comunitarios que se realicen de manera abierta en los municipios y que abarquen las realidades de cada territorio. En este sentido se proyecta abarcar 25 comunidades con 50 talleristas.
.
Reafirmando la identidad
Después de la incorporación de Jujuy a la Red IberCultura Viva de Ciudades y Gobiernos Locales, en el segundo semestre de 2021, una de las actividades propuestas por la Secretaría de Cultura de la Provincia fue la realización de un corredor de murales con temáticas sugeridas por habitantes de las comunidades indígenas de la región de Quebrada y Puna.
La iniciativa, llevada a cabo entre el 1 de octubre y el 30 de noviembre de 2021 por artistas locales de cada región, tuvo como objetivos reafirmar la identidad local y trabajar sobre el respeto a la diversidad cultural, además de lograr un espacio de encuentro y diálogo entre las comunidades. La actividad se concretó de manera gratuita con gastos de pintura y materiales asumidos por la Secretaría de Cultura de la Provincia.
Las regiones de Quebrada y Puna cuentan con paisajes deslumbrantes que encantan a diario a lugareños y visitantes. La propuesta que se presentó con esta actividad fue la de que estos tesoros paisajísticos se complementen con riquezas culturales aportadas desde una herramienta social transformadora como lo es el arte mural.
De esta manera, espacios públicos situados a más de 200 kilómetros de la capital jujeña, por los cuales las comunidades indígenas transitan en su quehacer diario, lucen actualmente murales comunitarios que reafirman la identidad local plasmada a través de los lineamientos y las temáticas que los propios vecinos transmitieron a los artistas para imaginar, crear y pintar juntos.
Los días en que se realizaron los murales se constituyeron en sí mismos como espacios de encuentro y reencuentro luego de la pandemia. Según la Secretaría de Cultura, las comunidades participaron activamente en los lineamientos y propuestas de las temáticas a pintar en los murales. Asimismo, lograron comunicarse entre ellas y mantener un espacio de diálogo sobre esta y otras temáticas, reafirmando, además de la identidad, los lazos entre comunidades.
Son tres los corredores murales reconocidos hoy en la provincia, en los departamentos Cochinoca y Humahuaca, con trazos, dibujos y colores legitimando su historia social y cultural. El Corredor Barrancas abarca las comunidades de Santa Ana de la Puna, Tusaquilla, Sausalito, Rinconadilla y Tres Pozos. El Corredor del Zenta incluye las comunidades de Chorcan, Aparzo, Palca de Aparzo y Varas. El Corredor Quebrada, a su vez, involucra las comunidades de Tres Cruces, Hipólito Yrigoyen y Yacoraite. Se proyecta el desarrollo de seis rutas, que abarquen 50 localidades contando con 14 corredores.
.
.
Artistas jujeños, autoridades de Cultura de Jujuy y comunidades quebradeñas participaron de la inauguración del Corredor de Murales del Zenta, en Humahuaca. Los murales fueron realizados por artistas del MIM (Movimiento Internacional de Muralistas “Italo Grassi”)
Fotos: Jujuy Cultura Viva/ Ministerio de Cultura y Turismo de Jujuy
.
Red IberCultura Viva
La provincia de Jujuy se adhirió a la Red IberCultura Viva de Ciudades y Gobiernos Locales en septiembre de 2021. La carta de solicitud de incorporación a la red fue firmada por el ministro de Cultura y Turismo de la provincia, Federico Posadas. El documento, además de informar que el secretario de Cultura de Jujuy, Luis Medina Zar, sería el representante del gobierno local en la red, presentaba propuestas de actividades a ser desarrolladas en articulación con el programa, incluyendo las capacitaciones destinadas a gestores y referentes culturales. También mencionaba un espacio de participación y diálogo con la sociedad civil en Jujuy: un foro con 24 organizaciones culturales comunitarias.
Argentina también está presente en la red con otras dos provincias -Entre Ríos y Chaco- y tres municipalidades: Almirante Brown, Comodoro Rivadavia y Marcos Juárez. Conoce más sobre la red en https://bit.ly/2Wsx6j1.
Lea también:
La provincia de Jujuy se incorpora a la Red IberCultura Viva de Ciudades y Gobiernos Locales
Por IberCultura
EnEm 28, Ago 2021 | Em Argentina | Por IberCultura
Comodoro Rivadavia: “Cultura Comunitaria” como columna vertebral de políticas públicas y populares
(Texto y fotos: Secretaría de Cultura de Comodoro Rivadavia)
Con la premisa de acercar el Estado a los barrios y descentralizar la actividad cultural del casco céntrico, la Secretaría de Cultura del Municipio de Comodoro Rivadavia (Argentina) lleva adelante el Programa Cultura Comunitaria, con propuestas culturales vinculadas a la recreación, la formación en oficios, literarias y de introducción a la informática y el inglés, que son pilar fundamental para la contención social.
Los talleres se dictan en más de 50 sedes y se trabaja bajo la modalidad de “burbujas”, en grupos que no superan los 15 asistentes a la vez, en espacios amplios y ventilados, con la disposición de sanitizantes para su uso.
En estos tres primeros meses de la experiencia en un contexto sanitario difícil, la secretaria de Cultura, Liliana Peralta, valora el trabajo del personal del área junto a las instituciones barriales, que abren sus puertas para el desarrollo de los talleres. “La articulación y los protocolos que debemos implementar conllevan una tarea muy exhaustiva y con mucha responsabilidad, que hemos podido cumplimentar sin inconvenientes, siempre priorizando la salud de los asistentes”, asegura la funcionaria.
Por el impacto del programa -se estima unas 4 mil personas por semana-, Peralta afirma que “los talleres culturales cumplen una importante función social que no estuvo activa durante el 2020 debido a la pandemia, que fue muy reclamada por la gente de los barrios”.
“Hoy volvemos a poner en escena a este programa, cuyos talleres forman parte de la columna vertebral de las políticas públicas y populares para la inclusión social, por su gratuidad y la amplia oferta destinada a personas de todas las edades, en igualdad de posibilidades”, explica.
.
Variada oferta de talleres
Respecto a las actividades, se dictan talleres de música, danzas, teatro, clown, circo social, zumba, ritmos latinos, manualidades, pintura, dibujo, historieta, inglés y computación, actividades plásticas de percepción, fotografía creativa, huerta, mosaiquismo, telar, porcelana, reciclado, bordado chino y mexicano, pintura decorativa y tejido.
Enmarcados como talleres de oficios, los más importantes son carpintería, peluquería, corte y confección, cocina y repostería, cocineritos y tapicería; mientras que entre las propuestas literarias están los espacios para la narración gráfica, la lectura y la escritura, la narración oral escénica y el taller de arte narrativo aplicado a las bibliotecas.
.
Red Comunitaria de Apoyo a las Trayectorias Escolares
Del Programa Cultura Comunitaria se desprende la propuesta de Red Comunitaria de Apoyo a las Trayectorias Escolares, destinada a niños, niñas y adolescentes que cursan los niveles primario y secundario educativo. La misma surge como medida paliativa ante la crítica situación educativa que se vive en la región, ahora profundizada por la pandemia.
La red es una herramienta para asistir a infantes y adolescentes que atraviesan ciertas dificultades al momento de estudiar, sumado a la ausencia o escaso acompañamiento familiar, este último propio de grupos monoparentales o con exigencias laborales; lo que pone a los niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad educativa, con altas probabilidades de repitencia y abandono escolar. Se desarrolla en 16 sedes, distribuidas en toda la extensión de la ciudad, con un alcance de mil personas.
Para su ejecución, se articulan esfuerzos desde el Municipio de Comodoro Rivadavia, a través de su Secretaría de Cultura; las asociaciones vecinales; los Centros de Promoción Barrial; docentes y auxiliares docentes del Instituto de Formación Docente N° 806; y la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Además del empresariado local, que contribuye con el aporte de meriendas y desayunos para los asistentes, así como también con la compra del material didáctico.
La secretaria de Cultura, Liliana Peralta, explica el impacto de la red señalando que “este proyecto de Cultura Comunitaria ubica al Estado en aquellas familias en las que el contexto socio-económico y personal pone en situación de vulnerabilidad a las posibilidades de acompañamiento a los niños, las niñas y los adolescentes en su ciclo educativo escolar”.
Asimismo, sostiene que “ser un puente entre la tarea escolar, el tiempo familiar y el espacio comunitario se traduce en un intento sin límites por garantizar los derechos culturales; para la armonía social, para enseñar y aprender, para trazar un camino de ciudadanos con herramientas que les permitan ejercer su libertad”.
.
⇒Conoce más sobre el Programa Cultura Comunitaria de Comodoro Rivadavia: cultura.vivamoscomodoro.gob.ar
.
(*Texto publicado el 28 de agosto de 2021)
Por IberCultura
EnEm 04, Mar 2021 | Em Argentina | Por IberCultura
Historias solidarias: Villa Palito
Texto, video y fotos: Ministerio de Cultura de la Nación
Villa Palito es el primer capítulo de una serie de cortos realizados por el Ministerio de Cultura de la Nación de Argentina sobre las vivencias de los y las protagonistas que trabajan en la reconstrucción del tejido social, con el aporte solidario de organizaciones comunitarias, trabajadores de la cultura y un Estado presente.
El corto cuenta la historia de Villa Palito, un barrio solidario con memoria de lucha que, de la mano del Padre Bachi y el apoyo del Estado, consigue la reurbanización. Una parroquia, artistas, vecinos y vecinas confluyen en un verano con propuestas culturales inclusivas y diversas para los pibes y las pibas del barrio.
«Historias Solidarias es una propuesta para visibilizar el trabajo mancomunado y articulado que se realiza entre organizaciones sociales, el Estado Nacional y las diversas comunidades que habitan cada territorio, para reconstruir los lazos sociales, y promover las identidades locales y la participación popular», destacó Maximiliano Uceda, secretario de Gestión Cultural.
La música original del corto pertenece a la Orquesta Latinoamericana de la Casita de los pibes, de Villa Alba – La Plata, integrante del Programa Social de Orquestas infantiles y juveniles de instrumentos latinoamericanos «Andrés Chazarreta».
Por su parte, Gianni Buono, director nacional de Diversidad y Cultura Comunitaria de la Secretaría de Gestión Cultural, brindó detalles acerca de los objetivos de esta serie de cortos y el contexto en el que fueron realizados.
«Historias de Cultura Solidaria es una propuesta organizada para visibilizar el intercambio que se produce entre tres instancias de nuestra sociedad: la sociedad civil, organizada en sus representantes comunitarios; sus organizaciones comunitarias, que son el punto nodal y donde se nuclea la ejecución de políticas públicas; y un Estado presente que vuelve a recuperar políticas activas de cara a la sociedad. También están las y los trabajadores de la cultura, que aportan sus capacidades y sus conocimientos para reconstruir ese tejido social tan dañado por las políticas neoliberales y tan golpeado por esta pandemia. La historia del capítulo 1, en Villa Palito, se articuló entre los distintos niveles y áreas del Estado con una perspectiva de solidaridad entre las políticas públicas, para llegar con mayor potencia a la mayor cantidad de actores que necesitan de la dinámica de esas políticas».
Villa Palito es uno de los barrios más populares de La Matanza, en pleno conurbano bonaerense. Nació en 1962 como consecuencia de la erradicación de villas en la Capital Federal y se calcula que viven alrededor de 10.000 personas. Gracias a la organización de las y los vecinos en articulación con el Estado fueron logrando, en las últimas dos décadas, un mayor acceso a derechos y se convirtieron en un ejemplo de inclusión socio-urbana.
Bajo la premisa de que el juego es un derecho y el Estado lo fomenta y lo protege, el programa Cultura Solidaria estuvo desarrollando sus actividades de verano en Villa Palito, compartiendo propuestas de circo, títeres, música, clowns, humor y talleres artísticos y recreativos para toda la familia, tuvieron lugar en espacios preparados -de acuerdo a los protocolos sanitarios y de cuidado vigentes.
Para Bouno es fundamental continuar trabajando bajo la matriz conceptual que propone la comunidad organizada y, en sintonía, desde la coordinación del Plan Nacional de Cultura Solidaria se desarrollan diferentes líneas de acción con eje en el trabajo colectivo y la articulación solidaria entre la comunidad y el Estado.
«Tenemos que llegar a cada uno de los rincones de nuestra patria, federalizando las políticas públicas, integrando los sectores que fueron excluidos y marginados durante el gobierno neoliberal y que hoy tienen más que nunca la necesidad de ser tenidos en cuenta, para producir este cambio cultural que vamos construyendo. Un cambio que tiene como protagonistas a estos representantes de la diversidad cultural y un tejido tan rico y amplio como es el de la cultura o el de las culturas argentinas», concluyó el director.
Esta línea forma parte del Plan Nacional de Cultura Solidaria, dependiente de la Dirección Nacional de Diversidad y Cultura Comunitaria de la Secretaría de Gestión Cultural.
(*) Texto originalmente publicado en la página web del Ministerio de Cultura de Argentina:
https://www.cultura.gob.ar/historias-de-cultura-solidaria-10172/
Por IberCultura
EnEm 16, May 2017 | Em Argentina | Por IberCultura
Cecual: una experiencia de gestión cultural asociada con la comunidad
Resistencia, la capital de la provincia de Chaco, en Argentina, es conocida como la “ciudad de las esculturas”, un museo al aire libre donde se pueden observar en las calles, plazas y parques más de 600 obras escultóricas de artistas argentinos y de otros países. En el corazón de la ciudad hay dos patios abiertos donde también se respira arte y que desde hace ocho años se afirma como un espacio de encuentro, convivencia y diálogo de vecinos, artistas, gestores y hacedores culturales.
Allí funciona el Centro Cultural Alternativo, el Cecual, una institución pública que pertenece al Instituto de Cultura de Chaco y llama la atención por una particularidad: en su espacio físico conviven 20 colectivos independientes. En este “vecindario cultural” se encuentran una productora audiovisual, una editora independiente, una asociación que trabaja con arte y salud mental, un colectivo de comunicadores que mantiene una radio, un colectivo de fotógrafos que tiene un laboratorio, grupos de música que tienen su incubadora musical, un colectivo de diseñadores…
Con el lema “cultura del encuentro”, el Cecual funciona como un espacio de formación y extensión a la comunidad, desarrollando múltiples actividades que apuntan a las prácticas culturales solidarias, generación de espacios de convivencia, talleres de inclusión, infancia y medio ambiente, ciclos de charlas, música y espectáculos diversos.
La colaboración
Francisco “Corcho” Benítez, director a cargo del centro cultural, cuenta que se trata de una experiencia de gestión asociada con la comunidad, inclusive en términos de elaboración de proyectos y de decisión de presupuestos. La colaboración entre los colectivos genera instancias de producción conjunta, lo que hace del lugar un espacio de mucha producción cultural. Además, hay un sistema de contraprestación que los colectivos hacen en términos de servicios o recursos no económicos con el centro cultural y con la comunidad.
“Todos los colectivos, por la utilización del espacio físico dentro de la institución, generan diversos talleres, capacitaciones, trabajos hacia afuera de la comunidad, asistencias diversas”, afirma. “Es un esquema de participación dentro del ámbito público, pero también con instancias de horizontalidad en la toma de decisión en lo que respecta la política del contenido del centro cultural, en lo que respecta sus presupuestos”.
“Fue un proceso que fuimos consolidando a lo largo del tiempo”, comenta Corcho. “Nosotros que estamos trabajando ahí, muchos venimos del ámbito independiente y al pasar al ámbito público intentamos llevar adelante un proyecto que creíamos que podía resultar exitoso, que es el Estado dialogando en igualdad con la producción cultural independiente, con las asociaciones, las organizaciones”.
El centro cultural existe hace 20 años, pero los colectivos ocupan su espacio físico hace menos tiempo, desde 2008. Y este proyecto de gestión asociada ha crecido mucho, se van sumando cada vez más colectivos al centro, lo que ha generado un nivel mayor de participación, de empoderamiento de la comunidad con el espacio.
Los desafíos
El Cecual, afirma Corcho, se ha transformado en un espacio de discusiones comunitarias, amplias, “un centro cultural que se piensa como un interlocutor, un mediador entre distintos ámbitos, la calle, el auditorio, los saberes previos, los nuevos conocimientos, las formas de la cultura popular con las nuevas formas de producción cultural, tratando de ver como esos flujos se enriquecen mutuamente”.
En este espacio social se trabajan cuestiones relacionadas con infancia y artes desde una perspectiva de derechos, temáticas relacionadas con discapacidades, la relación de cultura y accesibilidad. “Intentamos que el centro cultural sea un laboratorio de políticas públicas de gestión colectiva, entonces intentamos generar experiencias, documentar, poder hacer aportes a lo que creemos que pueden transformarse luego en políticas públicas”, explica.
“Un desafío importante para nosotros tiene que ver con cómo, desde una institución pública, se puede acompañar a proyectos autogestivos, independientes o autónomos de una manera que no pierdan sus singularidades, sus particularidades, sus formas y sus lógicas de producción, pero que a su vez todos se conviertan a un proyecto colectivo, que es el Centro Cultural Alternativo”, resalta el director. “Es también un desafío nuestro, desde la gestión, acompañar, saber respetar los tiempos y las modalidades organizativas.”
Gestionar espacios de calidad y convivencia, fortalecer procesos colaborativos y acompañar los distintos momentos por lo que pasan los proyectos culturales son algunas de las funciones del centro cultural, cuyo espectro de trabajo va desde la producción de diseño hasta las ciencias sociales. “El proyecto no se entiende sin esa vinculación fuerte entre una institución pública y organizaciones de la sociedad civil, sin la convivencia y el aporte de estos proyectos”, señala Corcho.
El reconocimiento
Convencido de que un espacio cultural no se define sólo por su contenido sino por su manera de construir y compartir, Corcho lleva adelante la idea de que los recursos públicos son herramientas para la participación comunitaria y que es importante pensar la gestión de organismos públicos abiertos a la comunidad, de carácter participativo, inclusivo y sustentable.
A lo largo de estos años, por esta forma organizativa que ha tenido, de reconocimiento, de entusiasmo por el trabajo de la comunidad y los colectivos, el Cecual ha tenido también una relevancia a nivel regional y nacional. Sosteniéndose en una ciudad con poco más de 500 mil habitantes, el centro, con sus múltiples actividades, está en relación con unas 60 mil personas, según Corcho.
Entre diseñadores y ciclistas, amantes de las artes y las huertas, los “cecualeros” que los colectivos congregan en el centro cultural son cerca de 300 personas. “A veces tenemos colectivos que no tienen espacio físico ahí, pero sí participan de alguna manera, y hay toda una producción cultural que tiene que ver con ciclos de música, ciclos de teatro, y mucho con su entorno, su producción local, ampliada en los últimos años a un vínculo fuerte con toda la región (Misiones, Corrientes, Formosa) y con lazos fuertes con Paraguay”, afirma.
Este año, los días 31 de marzo, 1 y 2 de abril, decenas de gestores culturales de Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay se reunieron en el Cecual en el 1er Encuentro Federal de Gestores. Durante tres días, en el patio de la casa, bajo el árbol del ambay, los participantes del encuentro discutieron cuestiones de género, inclusión, militancia cultural, derechos indígenas e industrias culturales, entre otros temas. A final, cómo defiende Corcho Benítez, no se puede hacer o pensar la gestión cultural sin una mirada histórica y política que permita comprender las disputas y complejidades siempre presentes en un territorio, en un país, en una región.
(*Texto publicado el 16 de mayo de 2017)
Lea también:
El Cecual reúne a la cultura bajo el árbol del ambay
Sepa más:
https://cecual.blogspot.com.br/
https://www.facebook.com/CECUAL/
E-mail: cecual.info@gmail.com
Por IberCultura
EnEm 07, Dic 2015 | Em Argentina | Por IberCultura
Silvia Bove, la profesora en artes plásticas que se enamoró del teatro comunitario
Silvia Bove no pensaba que se dedicaría a la labor comunitaria cuando comenzó a estudiar artes. Creía que iba a ser docente como su madre, ya que eso le divertía, pero acabó dándose cuenta que no era una persona que mira para un costado, al contrario. “Grandes satisfacciones me avisan que voy por buen camino y confirman que no podemos ser endogámicos”, afirma.
Licenciada en artes plásticas de la Universidad Nacional de Cuyo, Silvia trabaja en el área de investigación y ludoteca del Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú – Casa de Fader – en Mendoza, Argentina. También es presidenta de la Asociación Civil Chacras para Todos, que actúa en la provincia desde el 2008 y fue declarada en 2012 Círculo de Cultura (el equivalente a un Pontão de Cultura en el modelo brasileño) de teatro comunitario.
Su relación con la comunidad, cuenta, se dio de manera natural, desde la infancia, sobre todo con su madre, que era muy comprometida con su alrededor. “Siempre estuve ligada a tareas de carácter colectivo, centro de estudiantes en la secundaria, unión vecinal en mi barrio. Desde la universidad también participando en el centro de estudiantes, generando proyectos colectivos, realizando actividades culturales…”
Como docente en educación primaria trabajó para el Estado en zonas humildes, realizando actividades comunitarias y en el territorio donde estaba situada la escuela (creando, por ejemplo, murales en el barrio contra el trabajo infantil), y en escuelas de formación laboral para adultos, desarrollando autogestión e independencia laboral. “Siempre laburé en cada territorio donde viví, donde estudié, o donde me movía. Soy una persona dinámica y creativa y eso lo vuelco a tareas colectivas”, explica.
Cuando se casó y se mudó a otro barrio de Mendoza, en esa zona se estaba formando un teatro comunitario, Chacras para Todos. Silvia, que venía del áreade las artes plásticas, no los conocía, pero se interesó por ellos. “El primer día que iniciaron las actividades con la comunidad fui porque quería hacer un taller de acrobacias en tela”, comenta. “Cuando me preguntaron a qué me dedicaba, me ofrecieron trabajar en el espacio de plástica, y como siempre digo que sí, me sumergí en un nuevo mundo del que hace ocho años estoy enamorada, a pesar del enorme esfuerzo que eso conlleva”.
La asociación
En este nuevo mundo Silvia Bove encontró gente de todos los tipos, edades y clases sociales. En la zona donde la Asociación Chacras para Todos trabaja están aquellos que viven en barrios privados, buscando seguridad detrás de un muro, y aquellos que viven en zonas ocupadas, o sin papeles de escritura, y son muchas veces el servicio doméstico, de jardinería o albañilería de los que viven detrás del muro. “Todos estos vecinos integran el teatro y allí todos somos iguales, eso ha nutrido mucho a la comunidad para integrar, y construir un pueblo más justo y solidario”, afirma.
La asociación actúa desde el 2008 formando jóvenes, niños y adultos en la construcción de ciudadanía y el empoderamiento por medio del arte. Trabaja en redes y actividades de acción cultural mediante lenguajes artísticos como teatro, música, circo y plástica escenográfica. Y no solo acompaña, sino capacita en la formación de cooperativas culturales. “Entendemos que no podemos transformar solos, si lo hacemos entre diversas organizaciones y actores sociales, por ejemplo, salud, educación, gobiernos y empresarios, todos acompañamos las transformaciones”, resalta Silvia.
Eventos culturales, recuperación de fiestas populares, carnavales y fiestas vendimiales también son parte del trabajo, pues ellos creen que la comunidad debe hacerse cargo de sus celebraciones. “También intentamos unir barrios y territorios por medio de acciones constantes en sus plazas (talleres de percusión, plástica, murales, bailes, día del niño, día la madre, etc)”, añade.
Silvia cree en la fuerza del aprendizaje cuando existen referentes cercanos, como vecinos, familiares o grupos que colaboran en donde vives. En 2000, ella y su familia sufrieron la crisis que se vivió en Argentina y se vieron obligados a empezar de nuevo. Y fueron sus amigos y familiares quienes les ayudaron a salir adelante. “Eso te marca. Me dije en ese momento que yo debía hacer lo mismo y opino que el arte es una maravillosa herramienta de llegar a la comunidad.”
Una de las maneras que encontró de acercarse al vecino fue por medio de un proyecto de estimulación artística con juegos (su tesis de licenciatura), algo que tiene que ver con el juego y el arte y es una manera de hacer que la gente intervenga la obra, sea individual o colectiva. “Siento que toda la vida me estuve preparando para lo que soy ahora y siempre hice lo que quise. «
El Salvador
Silvia Bove fue una de las ganadoras de la Convocatoria IberCultura Viva de Intercambio, en la categoría II, que tenía como objetivo el apoyo a la participación en el II Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria, entre los días 27 y 31 de octubre. El viaje a El Salvador, según ella, fue “una experiencia transformadora”, “un enamoramiento colectivo”, “un alto aprendizaje, una confirmación del camino transitado, una profunda emoción de lo logrado en sus comunidades, en sus pueblos o territorios”.
“Yo pude participar del I Congreso de Cultura Viva Comunitaria en Bolivia y fue algo que no se puede describir en pocas palabras, nos llenó el alma de nuevas miradas, rompió muros y fronteras, nos llevó al ritual, a lo ancestral, y El Salvador a las revoluciones, a la mirada colectiva y solidaria de su pueblo, a dolor transformado en arte.”
A pocos días de su regreso, aún con la emoción en la piel, Silvia escribió sobre la experiencia, desde la llegada al aeropuerto de San Salvador hasta el último día, cuando tuvo lugar la comparsa escénica y el abrazo colectivo “que selló este pacto de almas y dejó abierta la invitación al siguiente encuentro de hermandades, en Ecuador”. (Quito será la sede del III Congreso Latinoamericano de Cultura Viva Comunitaria, en 2017).
“Fuimos un movimiento de almas, una consecuencia de acciones invadiendo nuestro corazón. Fuimos hábitat de los pueblos, voces que resuenan en América. Somos constructores de nuestra historia, de nuestro pasado, presente y futuro”, escribió en su bitácora del viaje. “(…) Mi alma representa mi comunidad, mi punto esencial, ya nada impedirá que dejemos de vibrar.”
(*Texto publicado el 6 de diciembre de 2015)
Lea también:
Por IberCultura
EnEm 06, Dic 2015 | Em Argentina | Por IberCultura
Asociación Chacras para Todos: el teatro como herramienta de transformación social y empoderamiento de la comunidad
No existe un rol protagónico en las obras de teatro comunitario creadas en la Asociación Chacras para Todos, que actúa desde 2008 en la provincia de Mendoza, Argentina. Cualquiera puede tomar el lugar del otro en el escenario. Y los tipos allí son los más diversos, en gustos, voluntades, edades y condiciones sociales. “De eso se trata lo colectivo, de la celebración, de la memoria, de la pluralidad de gente y de pensamientos”, afirma la presidenta de la organización, Silvia Bove.
Desde que se formó el grupo en el territorio de Chacras de Coria (Luján de Cuyo) se crearon varias obras, la mayoría con la participación de aproximadamente 40 vecinos en escena. La primera fue “El corazón en la botella” (2008). Después vinieron “Aroma de mil colores” (2009), “¿¿Chacras sobre ruedas??” (2011), “De muros a Puentes” (2013), “De esto no se habla” (2014), “Una higuera para contar”(2014)”… Como muchas de las obras cuentan historias que afectan a la comunidad, es importante que sean muchos los actores-vecinos y de todas las edades. A veces hay familias completas en escena.
Silvia Bove cuenta que la creación de los espectáculos se hace de manera colectiva con los aportes de los vecinos, y luego el equipo de coordinadores realiza la dramaturgia. “Las obras comunitarias nunca quedan cerradas, siempre van mutando.” La mayoría tiene un alto contenido social y habla de lo que pasa en la comunidad. En realidad, no hay mucho texto hablado en las obras. Se utiliza como recurso expresivo la voz colectiva y el cardumen (agrupamiento de personas) por medio del canto.
“Todos se comprometen ya que son parte de la creación”, dice la presidenta de la asociación. “Con la obra salimos a las plazas, que es el lugar de pertenencia y vivificación de la comunidad, reivindicadas pos dictadura militar, ya que el proceso militar, del 76 al 82, se encargó de que la comunidad no pudiera reunirse, y también suprimió el carnaval.” (Hace cuatro años que ellos trabajan en red para fortalecer el carnaval en su comunidad).
El teatro Chacras para Todos forma parte de varias redes, como la Red Nacional de Teatro Comunitario, la Red Mendocina de Teatro Comunitario, los Puntos de Cultura de Argentina y el movimiento de Cultura Viva Comunitaria. El grupo se define como independiente, con una política comunitaria, no partidaria, ya que el arte es una herramienta de transformación social y empoderamiento de la comunidad. “Si le ponemos un color partidario perderemos a una parte de los vecinos”, explica Silvia.
Los vecinos en general van y vienen, se van rotando los actores en el escenario. Actualmente, son cerca de 75 vecinos en los diversos talleres. Participan del elenco unos 35, algunas veces más, otras menos. Les encanta el escenario, aunque sean personas con profesiones que nada tienen que ver con el teatro. “La verdad es que se han convertido en grandes profesionales y gestores culturales, ya que el vecino una vez que se empodera del teatro la fuerza viva comunitaria fluye”, destaca la presidenta, que comparte el equipo de coordinación con Pía Santarelli y Maria Lacau. El proyecto cuenta con 17 docentes.
Círculo de Cultura
La Asociación Chacras para Todos fue reconocida por Ministerio de Cultura de la Nación como Círculo de Cultura en 2012. Uno de los objetivos era la conformación de tres cooperativas culturales en el territorio y el fin que tuviera independencia y autogestión. Lo lograron. Siendo Círculo de Cultura la organización pudo contribuir con la formación no sólo de tres cooperativas con financiamiento del programa, sino también ayudar a que surgieran cuatro más sin financiamiento. Son cooperativas de diversas ramas del arte: murgas estilo uruguayo, circo aéreo, un centro cultural, una banda de música flamenca impura, como le llaman, y un centro de investigación de la cultura africana.
“Además de trabajar en nuestro espacio cultural y alrededores contamos con un equipo de trabajo hermoso, la mayoría jóvenes estudiantes de distintas carreras artísticas y de comunicación de la Universidad Nacional de Cuyo. Eso les ayudó, a ellos y a nosotros, y nos permitió afianzarnos más en el territorio. Nos demanda actualmente bastante tarea, pero es muy lindo lo que devuelve de la gente”, añade Silvia.
“El programa continúa y esperamos en esta etapa poder fortalecernos más por medio de la generación de redes que hemos formado y hermanarnos aún más”, comenta la presidenta, resaltando también que el hecho de ser Círculo de Cultura les dio autoestima, les vinculó con el Estado y con la Red de Puntos de Cultura, además de ayudar a sistematizar la información y a ver todo lo que han realizado a lo largo de estos años.
Según Silvia en estos ocho años de trabajo en plazas, espacios comunitarios y teatros, muchas cosas cambiaron en la vida de los integrantes y en la cultura local de la zona donde viven. “Somos los mayores referentes de teatro comunitario en la provincia, ya que hemos podido sostenernos en el tiempo, crecer, reinventarnos, adaptarnos a los cambios, trabajar en red”, festeja.
Primeros pasos
Desde el comienzo de las actividades en Chacras de Coria, en 2008, el proyecto artístico comunitario Chacras para Todos fue declarado de interés provincial por la Cámara de Senadores de la Provincia de Mendoza. En 2010 la organización de vecinos ganó su sede en el antiguo cine Splendid (hoy Teatro Leonardo Favio), y desde 2012 actúa también en barrios aledaños a Chacras de Coria, como parte de los Proyectos de Inclusión Social e Igualdad de Oportunidades Gustavo Andrés Kent y Mauricio López.
La asociación, además de realizar aportes al proyecto de ley de Cultura Viva Comunitaria y a la Ley Federal de Cultura, se encarga de organizar encuentros de coordinadores de teatro comunitario de Argentina, favoreciendo la construcción de la Red Nacional de Teatro Comunitario, que hoy cuenta con 52 teatros distribuidos en todo el país, hermanados con un mismo fin.
Difundir la Cultura Viva Comunitaria “por la región, la provincia, el país y el mundo”, realizando y participando de actividades, congresos y encuentros de CVC, es uno de los principales objetivos de la institución. Así como “construir y formar redes de labor con el espíritu de la Cultura Viva Comunitaria” e “incluir a la mayor cantidad de vecinos, empoderándolos en su fuerza viva”. “Tenemos la convicción de que la transformación se da desde las bases hacia arriba y desde el hacer cotidiano y la entrega comunitaria”, afirma Silvia. La voz colectiva, ella cree, “es la fuerza que derriba fronteras y construye puentes”.
(*Texto publicado el 6 de diciembre de 2015)
Lea también:
Silvia Bove, la profesora en artes plásticas que se enamoró del teatro comunitario
Sepa más:
www.facebook.com/chacras.paratodos
Por IberCultura
EnEm 25, Sep 2015 | Em Argentina | Por IberCultura
Catalinas Sur: cuando el teatro de la plaza gana el mundo
Cuando el uruguayo Adhemar Bianchi le dijo a los padres de alumnos de la Escuela Carlos Della Penna, en el barrio de Catalinas Sur, en Buenos Aires, que quería hacer teatro en las plazas, la primera reacción fue de espanto. “¡¿En la plaza?!”, preguntaron todos, de alguna manera incrédulos. Venidos de una dictadura sangrienta, desacostumbrados a ocupar las calles de la ciudad, aquelllos encontraron su idea una temeridad. Eran todos vecinos en el pequeño barrio ubicado en la entrada de La Boca, y aunque vivieran muy ocupados con sus trabajos, aceptaron la idea del director uruguayo en aquella hermosa tarde de marzo de 1983. Y nunca más salieron de la plaza.
Hace 32 años que aquel grupo de padres descubrió en el teatro de la plaza la posibilidad de comunicarse con otros vecinos, de manifestarse, de trabajar la memoria y la identidad del territorio al que pertenecían. Allí, en la Plaza Malvinas, con sus “fiestas teatrales” (era así que llamaban los encuentros, con “choriceada” incluida), los vecinos pudieron ver, felices, que los “pequeños pedacitos de arte” de cada uno se entrelazaban y se convertían en un poderoso resultado de comunicación y entusiasmo.
Actualmente son más de 300 los “vecinos” que hacen de la Asociación Mutual Catalinas Sur una de las experiencias más increíbles de cultura de base comunitaria en Iberoamérica. En vez de fiestas, organizan talleres de teatro comunitario para adultos, teatro para adolescentes, teatro infantil, circo, títeres, orquesta de tango, formación en instrumentos musicales, movimiento, coreografía y baile, cine y fotografía comunitaria.
Hoy día, aunque tengan un teatro y salgan de viaje por el mundo, siguen siendo “vecinos trabajando para convertir en realidad las utopías” en las que creen. Aunque muchos no vivan más en el barrio, son un grupo de La Boca del Riachuelo. Trabajan en el barrio y se reconocen seguidores de las tradicionales manifestaciones artísticas del lugar. El arte de los titiriteros, la opereta, la zarzuela — traída por tanos (italianos) y gallegos —, el sainete (esa mezcla de criollos inmigrantes en el patio del conventillo), el circo, la murga, el candombe, todas las manifestaciones se mezclan y ambientan las producciones del grupo.
Mil proyectos
Son varios los proyectos en que “los vecinos” actúan. Entre ellos está La Red Nacional de Teatro Comunitario que desde 2003 multiplica la experiencia de La Boca en otras comunidades. En búsqueda de generar acciones conjuntas e intercambiar saberes, recursos y experiencias, el Grupo Catalinas Sur también participa de iniciativas como la Alianza Metropolitana de Arte y Transformación Social, la Red Latinoamericana de Arte y Transformación Social y la red “Artetransformador”.
Además, tienen un espacio radial desde el 89.3 FM para charlar sobre arte, política, imaginación, sueños colectivos, utopías… Y ofrecen talleres a la comunidad en el Galpón de Catalinas, la “plaza techada” del grupo, donde hay disciplinas de circo, teatro, títeres, candombe, música, percusión. Y organizan encuentros nacionales de teatro comunitario. Y el Festival Internacional de Títeres al Sur…
Las diferentes actividades artísticas son concebidas como formas de comunicación, participación y transformación social. Sus espectáculos usan un lenguaje directo y comprensible para todos y abordan con profundidad los temas sociales y comunitarios.
“A través del teatro intentamos recordar el valor de nuestras historias individuales y colectivas y recuperar la memoria que creyó y que cree en un mundo mejor. Nuestro desafío es seguir creyendo que las utopías son posibles y trabajando día a día para lograrlo, apoyándonos en las ricas tradiciones y en la historia vital de lo popular”, ellos dicen en su sitio web (www.catalinasur.com.ar). “Entendemos el teatro que hacemos como un teatro de la comunidad, para la comunidad, ya que somos vecinos que trabajamos para nuestros vecinos de todos los barrios”.
El barrio Catalinas Sur
En 2013, cuando se cumplieron los 30 años del grupo y los 50 del barrio Catalinas Sur, se lanzó la película “Venimos de muy lejos”, del director Ricardo Piterbarg. Nacida de la obra de teatro que lleva el mismo nombre y que el grupo viene realizando desde 1990 en La Boca, la película parte de la fusión del cine y el teatro, de la ficción y el documental, para abordar procesos importantes de la historia local, como la construcción del barrio y la confluencia de las vidas en la plaza pública.
La Boca es el barrio donde muchos inmigrantes italianos y gallegos se instalaron a finales del siglo XIX, principios del siglo XX. Ganó este nombre porque está en la desembocadura del Riachuelo en el Río de la Plata, a 4 kilómetros de distancia del centro de Buenos Aires.
Catalinas Sur fue el nombre dado al pequeño barrio ubicado en la entrada de La Boca. El complejo habitacional, creado en la década de 1960 por la Comisión Municipal de la Vivienda, es considerado un “oasis” dentro del caos porteño, un rincón urbano sin asfalto, sólo con veredas (los autos no pasan ahí), donde viven cerca de 10 mil personas. La Plaza Malvinas, donde unos 30 padres participaron de la primera reunión de teatro, es una de las cinco plazas del barrio.
La Escuela Carlos Della Penna, también conocida por Primaria N° 8, fue donada por un inmigrante (que le da el nombre) y quedó a medio construir por las cíclicas inflaciones. Los vecinos se constituyeron entonces en una mutual y trabajaron juntos hasta que la escuela estuviera terminada. Con la dictadura militar, iniciada en el año 1976, la mutual fue expulsada de la primaria. Por eso el temor inicial de aquellos padres en hacer teatro en la plaza. Por suerte había alguien como Adhemar Bianchi para convencerlos. El uruguayo todavía dirige el grupo, que después de 32 años sigue siendo un grupo de vecinos que hacen teatro para otros vecinos y sigue emocionando al público a cada función.
(**Texto publicado el 25 de septiembre de 2015)
Sepa más:
https://www.facebook.com/grupodeteatrocatalinasur
www.catalinasur.com.ar
Asista el trailer de la película «Venimos de muy lejos»
Asista los vídeos:
Historia de una utopía – Parte 1
Historia de una utopía – Parte 2
Por IberCultura
EnEm 25, Sep 2015 | Em Argentina | Por IberCultura
Tantanakuy: donde todos se encuentran para celebrar la música de la tierra
En la Quebrada de Humahuaca, uno de los paisajes más singulares del noroeste argentino, hay un lugar que sirve desde hace 40 años de punto de encuentro para el arte y la cultura de la región. Su nombre es Tantanakuy, palabra quechua que significa encuentro de unos con otros. Surgido inicialmente como una reunión anual de amigos para celebrar la cultura regional, el Tantanakuy se convirtió en un importante centro cultural de la provincia de Jujuy donde niños, jóvenes y adultos aprenden que el desarrollo empieza por valorar las costumbres y tradiciones de sus pueblos.
La historia del Tantanakuy se escribe en medio de los cerros multicolores, las casas de adobe y las calles estrechas y empedradas de Humahuaca. Es una historia de reconocimiento a los pueblos aborígenes, a los “hombres morenos” que allí vivieron y que se mezcla con la trayectoria de uno de sus creadores, el maestro charanguista Jaime Torres.
Uno de los grandes nombres de la música folklórica argentina, hijo de padre boliviano y madre chilena, Jaime Torres empezó a reunir en Humahuaca, a partir de 1975, artistas amigos como el músico Jaime Dávalos, el pintor Medardo Pantoja y el poeta Jorge Calvetti. Figuras de trayectoria internacional, que participaban de las fiestas en igualdad de condiciones con artistas locales, sin ninguna remuneración por estar presentes, satisfechos por compartir la música de la tierra, las costumbres y tradiciones — cosas que a veces parecen tan simples pero que son profundas y marcan el destino de los pueblos.
Así, al menos una vez por año, el Tantanakuy convertía en protagonistas a aquellos instrumentistas andinos no profesionales, pastores, mineros, alfareros que hacían la música del altiplano. Sin fines comerciales ni competitivos, los encuentros tenían un único objetivo: potenciar las manifestaciones que fortalecían la identidad cultural, regional y el intercambio de saberes.
El encuentro anual de amigos inspiró una versión para niños: el Tantanakuy infantil, creado en 1980. En 1987 se constituyó una asociación civil sin fines de lucro, con Jaime Torres como presidente. Después fue la vez de la Casa del Tantanakuy, centro cultural que se mantiene desde el año 2000 con actividades permanentes para rescatar la cultura de la zona de la Quebrada y Puna.
A cargo del músico Juan Cruz Torres (el cuarto de los cinco hijos de Jaime Torres) y su mujer, Aldana Loiseau, el centro cultural, además de organizar los encuentros, desarrolla un proyecto educativo y sociocultural que contempla una biblioteca popular, una sala de cine, un salón-auditorio de 110 metros cuadrados y espacios para talleres de música, telar, tejido, piano, guitarra, animación, teatro, danzas folklóricas, plástica, corte y confección regional y artesanal, entre otros.
La fiesta
Del 26 al 28 de agosto de 2015, tuvo lugar una gran fiesta popular en Humahuaca titulada “Tantanakuy, 40 años de identidad cultural”. “Todo salió muy bien y con momentos muy emotivos”, cuenta Juan Cruz Torres. La primer jornada, el 26 de agosto, se realizó en San Salvador de Jujuy un entrecruzamiento de músicos que no estaba previsto y que según Juan resultó “una linda mezcla de músicos y música”.
El día 27 se dieron charlas en el centro cultural, presentación de libros y revistas y proyección de videos recorriendo emotivamente los 40 años de la iniciativa. El día 28, al mediodía, compartieron una ceremonia tradicional del mundo andino, el corpachar (o darle de comer a la tierra), que se realiza siempre en el mes de agosto. “Fue muy emocionante compartir ese momento con muchos amigos y hermanos músicos”, dice Juan. Por la tarde comenzó el encuentro de músicos, en un gran escenario en la plaza del pueblo de Humahuaca. Como en los viejos tiempos.
El valle
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el año 2003, la Quebrada de Humahuaca se extiende por 170 kilómetros de valles y montañas, a lo largo de un importante itinerario cultural, el Camino del Inca, que abarca a otros países de la región, yendo desde la provincia de Córdoba hasta el Alto Perú.
El valle andino constituye un itinerario cultural de 10.000 años. Allí habitaron pueblos originarios de distintas etnias, que aún hoy conservan creencias religiosas, ritos, fiestas, arte, música y técnicas agrícolas, coexistiendo con la naturaleza, la Pachamama (la madre tierra), y todos los seres vivos a los cuales respetan.
Las raíces
Nacido en 1938 en San Miguel de Tucumán, al norte de Argentina, Jaime Torres creció escuchando sus familiares hablando a veces en quechua, oyendo los “hombres morenos” a llevar sus charangos con gran profundidad. Él se creó en este medio, tuvo su niñez en Cochabamba, Bolivia. Y aunque haya pasado la mayor parte de la vida en Buenos Aires, se mantuvo fiel a sus raíces y valores culturales.
Jaime Torres recibió las primeras enseñanzas sobre el charango del boliviano Mauro Nuñez, quien le construyó sus primeros instrumentos. Otros fueron hechos por su padre, Eduardo Torres, un habilidoso ebanista chuquisaqueño. Creado por los pueblos criollos, probablemente en el siglo XVIII, el charango es un cordófono parecido a la vihuela española. Tiene algo de guitarra y elementos de mandolín (el tamaño, las cuerdas dobles, la caja abovedada).
En las manos hábiles de Torres, el instrumento ha dejado de ser sólo acompañante, siendo apto para interpretar toda clase de melodías. Las clásicas son los huaynos, camavalitos, cuecas, bailecitos, chutunquis, pasacalles. El maestro charanguista ha tocado en todo tipo de escenario con idéntico fervor, desde las calles de Jujuy (al pie de monumentos o bajo centenarios árboles), hasta el prestigioso Teatro Colón de Buenos Aires y la Filarmónica de Berlín.
Tres preguntas para Juan Cruz Torres
1.Usted y su mujer viven en el centro cultural, en pleno corazón de Humahuaca, criando a sus hijas, proyectando cine para la barriada, dando talleres musicales, ensayando y grabando. ¿Por qué decidieron vivir ahí?
En 1998 se inauguró el Centro Cultural Casa del Tantanakuy, pero al no tener una persona que viviese en él las actividades eran muy limitadas. Desde el año 2000 propusimos comenzar con las actividades de cine y dibujo (mi mujer) y de música (yo). En ese momento vinimos a Humahuaca pensando en estar cuatro meses, pero fuimos extendiendo y prorrogando esas fechas y ya vamos pasando los 15 años. Fue revelador para nosotros y formamos una linda generación de chicos.
2.La Casa del Tantanakuy es Punto de Cultura desde el año 2012. ¿De qué manera eso cambió las actividades que venían desarrollando?
Pasar a ser un Punto de Cultura potenció distintas áreas y talleres de la casa. Fue un nuevo impulso en ese momento que estábamos en un cambio generacional, de los niños que dejaron de serlo y los nuevos que se fueron acercando. La experiencia en particular fue con un taller de música que fue dictado por uno de mis alumnos, lo que hace sentir que la herencia está asegurada. La sala de grabación recibió ayuda del programa para poder equiparse. De este modo estamos comenzando a desarrollar el primer estudio de grabación comunitário.
3. ¿Qué les enorgullece más de estos 40 años?
El orgullo de saber que desde Tantanakuy, tanto el encuentro como el centro cultural han sido motivadores de muchísimos artistas. O sea, gracias a este encuentro muchos niños se animaron a cantar, a tocar instrumentos nativos. Eso era algo que se estaba perdiendo y que mi padre advirtió allá por 1973. Entonces este encuentro fue un motivador para el rescate y conservación de la cultura. Antes muchas personas sentían vergüenza de su origen, cultura y costumbres. El Tantanakuy revirtió esa vergüenza y la transformó en un movimiento grande, con músicos de la región de la Quebrada de Humahuaca y Jujuy que dieron a conocer su arte, cultura y a sentir orgullo de su origen.
(*Texto publicado el 25 de septiembre de 2015)
Asista el video en que Jaime Torres toca «Diablo suelto»
Asista el video en que Jaime Torres habla sobre el Tantanakuy
Asista el video de Wayuro sobre el Tantanakuy
Por IberCultura
EnEm 24, Sep 2015 | Em Argentina | Por IberCultura
La Colmena y la “radio de la esperanza”: un barrio unido para romper el silencio
En la región metropolitana de Buenos Aires – más específicamente en Villa Hidalgo, José León Suárez, partido de San Martín –, hay una radio que no solamente dice, sino también hace, que no sólo denuncia situaciones de violación de derechos, sino que también anuncia las buenas nuevas, las buenas experiencias. ¿Su lema? “FM Reconquista, para volver a creer y hacer más fuerte la esperanza.”
En el aire desde 1988 la “radio de la esperanza”, gestionada por la Asociación Civil de Mujeres La Colmena, es una de las organizaciones que surgieron del Centro de Comunicación Popular Renaciendo, creado por un grupo de vecinos en 1982, 1983, cuando Argentina empezaba a despertar de la pesadilla de la dictadura militar.
El Centro de Comunicación Popular Renaciendo surgió con el intento de dar voz a quienes habían estado silenciados por tanto tiempo, con la propuesta de hacer de la comunicación comunitaria una herramienta para que las organizaciones y el barrio pudieran expresarse auténtica y libremente, siendo dueños y protagonistas de sus propios mensajes.
Comenzó como una organización territorial, donde se incluía a propietarios y no propietarios (“villeros”) para llevar adelante tareas propias del desarrollo local, como la titularidad de las tierras, la creación de escuelas, la provisión de agua potable, luz eléctrica, construcción de veredas, cruce de calles, etc.
Simultáneamente vino la propuesta cultural “como un puente que entrelaza vidas, sueños, experiencias de las provincias de origen de cada uno de sus habitantes”, como dice Margarita Palacio, dirigente de la Asociación de Mujeres La Colmena.
Surgieron, entonces, el teatro callejero, los músicos locales, los audiovisuales, hechos en diapositivas y musicalizados y editados con cinta de grabación, el grupo de lectura crítica de medios, el grupo de fotografía y cine super 8 mm, la revista barrial.
La Revista Renaciendo, que llegó a tener un tiraje de 2000 ejemplares vendidos casa por casa, megáfono en mano, anunció en sus últimos números la puesta en el aire de FM Reconquista en 1988. Dos años después, en 1990, las mujeres reunidas, reclamando su lugar, se constituyeron jurídicamente como organización con La Asociación de Mujeres La Colmena.
Derechos
La Colmena tiene como misión trabajar por la promoción integral de los derechos de las mujeres y sus familias a través del desarrollo de estrategias de inclusión educativa, política, económica y social, basadas en el respeto a la cultura del trabajo, al medioambiente y a los derechos de los niños y adolescentes desde una perspectiva de género.
La radio coordina un espacio en red constituido por 30 organizaciones sociales y comunitarias del territorio, que conforman la Red Comunicacional y Social Reconquista. Uno de sus programas se llama «Mateando juntas». Producido y conducido por las mujeres de la asociación, tiene como temática central la cuestión de género, pero también trata de cosas que conciernen al barrio. Otro programa es “Hagan correr la voz”, que realiza transmisiones en vivo de las actividades que se llevan a cabo en la villa.
Actualmente La Colmena gestiona la Casa del Niño, con 170 niños de 6 a 12 años, un grupo de 160 adolescentes que comparten talleres de reflexión, paseos y capacitaciones, una orquesta juvenil conformada por 45 integrantes, un comedor social infantil con más de 720 comensales, un jardín maternal y de infantes, con 340 niños y niñas.
Además de una colonia de vacaciones, brinda diversos talleres. Para los niños y jóvenes hay talleres de teatro, cine, danza, música, informatica y deportes, entre otros. La asociación también ofrece capacitación en microemprendimientos, formulación de proyectos, desarrollo de huerta orgánica, talleres sobre violencia, maltrato infantil y abuso, prevención de adicciones, capacitación, asesoramiento, primera escucha y derivación, asistencia y acompañamiento hacia centros especializados.
Décadas de lucha
“En los 80 el deseo de los argentinos, por lo menos en su mayoría, era respirar el aire puro de la democracia luego de la sangrienta dictadura. La primera década fue de reacomodamiento de metas dejadas de lado por el golpe militar”, comenta Margarita Palacio. “En los 90 surge el ‘todo vale’,se profundiza la destrucción de la industria nacional y el pensamiento y acción de los argentinos se adormece.”
A partir de este marco histórico la experiencia de comunicación comunitaria, educación popular y reconstrucción de cultura identitaria se fortaleció, llevando adelante el lema “Para volver a creer y hacer más fuerte la esperanza”. Según Margarita “porque había que volver a creer en nosotros unidos, organizados como un colectivo local, luchando por sus necesidades y sueños”.
“Hoy, mirando a la distancia podemos afirmar que el desarrollo de nuestra propuesta comunicacional, cultural y popular fue de la mano del desarrollo local. Y decimos que nuestra radio no es una radio que dice solamente, sino también que hace, ya que sus miembros integran distintas organizaciones que trabajan incansablemente al servicio de las comunidades.”
Tres preguntas para Margarita Palacio
1. Ustedes crecieron bastante en esos años. Cuando empezaron las actividades ¿ imaginaban que sería así?
El grupo fundador de esta experiencia, en su mayoría, venía con saberes y vivencias previas, realizadas en épocas anteriores con mucho compromiso. Sumado a esta cuestión, algunos de nuestro grupo veníamos capacitándonos e intercambiando experiencias con muchos grupos de Latinoamérica, ya que estábamos cursando en el año 1983, 1984, 1985 y hasta los 90 en el Centro de Comunicación Educativa La Crujia, quienes nos pusieron en contacto con experiencias de comunicación y educación popular muy importantes en Centro América y Latinoamérica. Desarrollábamos planes y proyectos con perspectivas a corto, mediano y largo plazo, buscando recursos financieros y formando y fortaleciendo recursos humanos, con la creatividad de aplicarlos al territorio urbano empobrecido.
2. Se construyó y equipó una sala para grabación cuando se sumó la asociación como Punto de Cultura en 2011. ¿Algo más cambió con el Punto de Cultura?
La sala de grabación fue construida con recursos de Puntos de Cultura, como así también parte del equipamiento. El equipamiento restante fue obtenido mediante otros recursos. Y sí, cambió mucho, ya que pudimos destinar un espacio exclusivamente para la comunidad y no sólo para los integrantes de la Radio. Los programas de radio pudieron grabar allí sus spots, sus cortinas, editar sus entrevistas pero también la comunidad: la orquesta juvenil pudo grabar sus canciones, los jóvenes de otras localidades pudieron grabar sus demos o ensayar previo a una actuación. Tal vez en medio de tantas necesidades, inundaciones, desempleo, etc, podría parecer algo innecesario, pero nosotros decimos que hay un pan que nos provee alimento a nuestro cuerpo y también debe existir necesariamente ese otro pan, que es el pan del alma, que no es otra cosa que la puesta en valor de la cultura, comunicación y educación popular.
3.¿La experiencia ha valido la pena?
Sí, nos sentimos orgullosos y orgullosas de lo realizado. Sentimos que cada vez tenemos que seguir ofreciendo más posibilidades. En estos momentos estamos transitando los primeros pasos del lenguaje más profesional audiovisual. Puntos de Cultura, en su segunda etapa, nos ha provisto de una buena cámara filmadora. Y allá vamos con el mismo empuje, iniciando una nueva mirada para estos tiempos, pero como en este caso somos “nuevos”, con la humildad de quien inicia un nuevo recorrido, pusimos en marcha “Crecer desde el pie”. Desde abajo, con los sólidos cimientos de nuestra experiencia anterior, con el deseo de capacitarnos en este nuevo lenguaje, con las nuevas estéticas del momento, tratando o soñando con producir nuevos contenidos, propios, que partan del mismo corazón de nuestras comunidades.
Sepa más:
https://www.fmreconquista.org.ar/
https://www.facebook.com/lacolme
(**Texto publicado el 24 de septiembre de 2015)
Por IberCultura
EnEm 23, Sep 2015 | Em Argentina | Por IberCultura
Biblioteca Popular Sur: puertas abiertas y ruedas para llegar a todos
Una biblioteca con ruedas pasea desde 2009 por la provincia de San Juan, en Argentina. Dentro de ella hay 10 computadoras conectables a internet, libros para todas las edades, ludoteca, titiritero, instrumentos musicales, materiales didácticos para talleres, alfombras, pequeñas mesas y sillas. Así, lleno de imaginación, el Bibliomóvil viaja por la provincia llevando libros y magia, buscando formar nuevos lectores, queriendo formar ciudadanos.
El Bibliomóvil es uno de los principales proyectos de la Biblioteca Popular Sur, creada en 2007 en la ciudad de Rawson. Ubicada desde 2013 en un gran edificio entre las calles Doctor Ortega y Mendoza, la biblioteca actualmente es un espacio cultural donde se ofrecen talleres de ensamble musical, percusión, ajedrez, salsa y bachata, computación, artesanías, gimnasia aeróbica, violín, murga, teatro, folklore, tejido, guitarra, porcelana en frío, dibujo, plástica y ballet.
De puertas abiertas para quienes quieran unirse, la biblioteca cuenta con un salón de 320 metros utilizado para conferencias, charlas, exposiciones, concursos, cine etc, y un primer piso donde se presenta todo el material bibliográfico y un espacio de formación con 25 computadoras. El edificio está adaptado a las necesidades inclusivas. En el Espacio Integrador Braille, las personas con discapacidad asisten a algunos de los talleres, como los de música, artesanías, computación y folklore.
Primeros libros
La Biblioteca Popular Sur nació en diciembre de 2007, en la calle República del Líbano, como una iniciativa de vecinos, profesionales, funcionarios y artistas que se organizaron con el fin de consolidar un programa integral de educación y cultura para la comunidad. Para ellos este emprendimiento podría dar respuesta a una problemática que percibían en su territorio en torno a la falta de incentivo para la lectura y de apoyo familiar para promover esta tarea.
El resultado fue mejor de lo que esperaban. Dos años después del comienzo de las actividades el grupo ya empezaba a ponerle ruedas al programa, ampliando con el Bibliomóvil el acceso de sus propuestas a otras regiones de la provincia.
Haciendo con que la biblioteca vaya hasta el usuario, para que éste haga el camino de vuelta hasta la biblioteca, el proyecto ha posibilitado que niños y jóvenes de todos los rincones de la provincia tengan acceso a los servicios, como fuente de información y enriquecimiento cultural, y que la comunidad los tenga también como una herramienta de participación y ciudadanía. En el Bibliomóvil se realizan encuentros de lectura, festejos, talleres y espacios de narración para todas las edades.
“El principal objetivo es poder acercar al usuario a las bibliotecas mostrando que no solamente es un depósito de libros, sino que es un lugar culturalmente activo al servicio de la comunidad”, dice Andrea Narváez, coordinadora de la Biblioteca Popular Sur.
La biblioteca andariega empezó a rodar en 2009. “En 2011, con el aporte del programa Puntos de Cultura, pudimos fortalecer el proyecto inicial aportando nuevos talleres y dándole un completo cambio interno, modificando el interior de la movilidad para hacerla más accesible a todos”, cuenta Andrea. Con el apoyo del programa, el colectivo ganó, por ejemplo, rampas para el acceso en sillas de ruedas.
Biblioinquieta
Otro proyecto de la Biblioteca Popular Sur que lleva libros adonde están los usuarios es “Biblioinquieta, carritos andariegos de la imaginación”. Teniendo en cuenta que la educación no se limita a la educación escolar, y que el aprendizaje y la lectura están íntimamente ligados, el programa busca satisfacer las necesidades lectoras de alumnos y docentes llevando una amplia variedad de libros a escuelas de la ciudad de Rawson.
Trasladados de un lugar a otro en carritos andariegos, los libros tienen diferentes formatos (papel, digital, audiolibros) y son cuidadosamente elegidos para que respondan a intereses reales, a necesidades expresivas, emocionales y de información de la mayor parte de los lectores.
En cada escuela se distribuye un carro “infobot”, cargado con una computadora lectora de libros digitales y audiolibros, mas tres cajas de 35 libros cada una. Una por cada ciclo del nivel primario. El carrito permanece allí durante ocho semanas, período en que los profesores siguen un plan de trabajo de actividades sugeridas, dando a los niños tareas relacionadas con aquellos libros.
Entre los “ejercicios inquietos para una imaginación andariega” están conversaciones sobre los libros y su contenido, improvisaciones de obras de teatro basadas en los textos, invenciones de cuentos, adivinanzas, frases y dichos, dibujos libres, representaciones de cuentos con marionetas, títeres o muñecos.
En los ciclos lectivos 2012, 2013 y 2014, nueve carros distribuyeron un total de 295 libros a 52 establecimientos educativos de nivel primario y de educación especial del municipio de Rawson.
Tres preguntas para Andrea Narváez
1. Cuando la biblioteca surgió, en 2007, ustedes tenían el intento de consolidar un programa integral de educación y cultura para la comunidad, creyendo que podría dar respuesta a una problemática que percibían en su territorio a la falta de incentivo para la lectura. Después de ocho años ¿ya pueden ver esa respuesta?
La institución como la comunidad avanzó mucho en estos ocho años, ya que no sólo tuvimos el resultado esperado sino que la demanda se fue extendiendo a otras necesidades básicas de la comunidad, como las capacitaciones para poder buscar un trabajo como operador de PC, auxiliar de bibliotecario, talleres y cursos basados en las nuevas tecnologías. En realidad fue mucho más de lo que esperábamos, ya que le pusimos mucha atención a lo que el territorio necesitaba y fuimos tratando de cubrir todas sus expectativas.
2.¿Cuándo surgió el programa Biblioinquieta?
Biblioinquieta surge de la inquietud de la comunidad desde el programa Bibliomóvil Popular Sur, en donde se ve nuestro objetivo inicial, que es ponerle ruedas a la biblioteca y a la cultura. El cronograma del Bibliomóvil consta de una visita de una jornada por escuela o institución, donde las mismas plantean la necesidad de que se extienda por más tiempo la visita. Tratándose de un programa que no posee medios propios para el mantenimiento de actividades por varios días, es que surge la idea de dejar carritos con bibliografía para que se siga trabajando la lectura en más profundidad.
3.Además de promover la lectura, ustedes tienen el objetivo de promover la cultura popular en San Juan. ¿Cuándo se dieron cuenta de que la biblioteca podría ser una herramienta para visibilizar, por ejemplo, la cultura huarpe, propia de los pueblos originarios en la región?
Sí, exactamente, la biblioteca es un importante centro cultural. Nos dimos cuenta de que no sólo teníamos que fomentar la lectura, sino que podíamos fortalecer las identidades propias de nuestra región como una forma de aprender nuestra base cultural indígena, de nuestros antepasados los huarpes. Otro objetivo fue reflotar todas las comunidades indígenas que hay en la región y ponernos a disposición para que no pierdan la identidad propia de su cultura al mezclarse con la sociedad actual.